- ¿Lista?. - le preguntó Steve a Mariana mientras los dos bajaban del auto. Acaban de llegar a su casa; finalmente Mariana estaba preparada para volver con ellos. Ahora mismo lo que les preocupaba era la reacción de los chicos; habían decidido hacerles la gran revelación en la casa.
Mariana asintió con seguridad y los dos caminaron hacia la puerta que conectaba el garaje con el interior de la casa. Él le habrió la puerta, como el caballero que es, sintiéndose también nervioso por la reacción de sus ya grandes hijos, y a la vez con cierta nostalgia al revivir esos momentos en los que le abría la puerta en cualquier lugar que estuvieran, y más aún en un lugar tan especial como su casa, y aunque esta no era la misma en la que solían vivir, era su hogar.
Entraron y se quedaron en la planta baja. Steve llamó a los chicos, que se encontraban arriba, desde el pie de la escalera. Mariana se quedó mirando las fotos que eran parte de la decoración, sintiéndose ajena y a la vez parte de todos los momentos plasmados en ellas.
Los hijos del Capitán América bajaron unos minutos después; primero Sab, tan energética como siempre, luego Adrien, alegre y curioso ante la razón por la que su padre los haya llamado a los tres, y por último, Eva, con los audífonos puestos y su celular en la mano.
- ¿Papi, para qué nos llamas... ?. - los tres se quedaron estáticos al ver parada en frente de ellos a su madre. Ella los saludó con la mano, cautelosa.
Sabrina fue la primera en reaccionar, corrió hacia los brazos de Mariana y la abrazó con fuerza, varias lágrimas se escapaban de sus ojos. Luego Adrien hizo exactamente lo mismo, sólo que llorando a cántaros. Steve miraba la escena con los ojos aguarapados.
Eva, por su parte, se quedó ahí parada; el celular se le había resbalado apenas la vió, y la miraba con el seño fruncido.
- Pero... ¿Cómo... Por qué... Qué...?. - la castaña tartamudeaba, sin poder hacer nada más; estaba paralizada.
Steve la empujó suavemente hacia Mariana y sus hermanos, y él también se unió al abrazo.
Sin duda, tenían muchísimo de qué hablar, pero por ahora sólo disfrutarían de ese hermoso momento en familia, ahora que estaba del todo completa nuevamente.
Mientras tanto, un amor juvenil florecía entre Terry y Mía, quienes por fin habían podido tener su primera cita. Los asuntos y problemas familiares habían retrasado el momento hasta ahora; primero el divorcio de los padres de la morena, y luego la situación con la madre del chico, pero ahora que el momento se dió, los dos lo aprovechaban al máximo.
Caminaban por el parque, uno al lado del otro; el clima comenzaba a hacerse frío pues el otoño se avecinaba. Ella reía por alguna cosa que le haya contado su acompañante, cada ves que estaban juntos nunca faltaban las risas.
- Te ves preciosa cuando ríes, ¿Te lo había dicho?. - le confesó el pelinegro mirándola a los ojos. Enseguida, Mía se sonrojó; ella era bastante tímida, pero él le transmitía la confianza suficiente para ser más abierta y estar más relajada.
- Gracias. - le respondió ella mirando el suelo avergonzada, en el buen sentido.
A él le parecía súper tierno cada vez que se sonrojaba, en realidad, toda ella transmitía ternura y dulzura. A ella le encantaba su carisma, su alegría, e ingenio a la hora de hacerla reír, pues siempre ideaba algún chiste o recordaba alguna anécdota que le causara una carcajada.
Se sentaron en una banca y se quedaron mirando a un par niños jugar con un perrito. Sus manos chocaron y terminaron entrelazándolas, causando otro sonrojo por parte de la chica.
Al finalizar la cita, volvieron en taxi a la Base, pues aún eran muy jóvenes para manejar. Él la acompañó hasta su habitación, para despedirse de ella.
- Fue un lindo día. - le sonrió. - Gracias.-
- Gracias a ti. - le dijo ella y se quedó viéndolo, dudando en su hacer lo que pasaba por la mente o no. Finalmente, se decidió por hacerlo, y le dió un beso en la mejilla; él se sorprendió por el acto. - Adiós. - Se despidió sonriendo.
- Adiós. - Le dijo después de tardarse unos segundos en reaccionar.
A él le atraía lo que ella escondía tras esa personalidad tímida, a ella le encantaba la seguridad que él transmitía. Los dos exudan amor puro, no cabe duda.
Nota de la autora:
Sorry, gente. Últimamente ando sin inspiración 😔.
¿Qué tal? ¿Cómo están?
Mañana es día del niño 😏.
¡No olviden votar!
¡Los amo!
Bye! 💜.
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Inmortal: Nueva Generación. || Avengers
ספרות חובביםAños después, aquellos pequeños niños que solían jugar juntos, ya están preparados para pelear y seguir el legado de sus padres, mientras luchan contra las adversidades de la adolescencia. NO TOMO CRÉDITOS DE LAS IMÁGENES USADAS PARA LA PORTADA