Desaparecidos

CAPITULO VI: Dudas

Después de lo que le sucedió a Simone Ellister, todos se reunieron de nuevo en la cafetería, era mejor estar todos juntos por el momento. Simone seguía alterada por lo que paso, no se explica cómo es eso posible, se supone que es una cosa la que es responsable de las desapariciones, pero ahora resulta que no. Porque hay una persona involucrada y nadie sabe quién es. Podría ser cualquier persona del pueblo.

— ¿Qué carajo se supone que está pasando? — Pregunto Isaac tan incrédulo como los demás — ¿Quién rayos dejo esa nota en el cuarto de Simone? ¿No se supone que era una cosa fea y llena de garras? Ya no entiendo nada.

Metió su cabeza entre sus manos, agarrando su cabello. No entendía nada de lo que estaba pasando, solo quería que esto terminara lo antes posible. Quería regresar a su vida aburrida y normal, sin desapariciones y con todos sus amigos junto a él.

— No lo sé Isaac, ni yo entiendo que está pasando. Anoche estaba aterrada como nunca, solo de pensar que ayer casi les pudo pasar algo a mis padres... — Simone no pudo terminar de decirlo, era algo que no se quería imaginar. Ella tampoco sabía cómo alguien pudo entrar, tenía todo cerrado.

— Lo que menos entiendo es por qué esa cosa viene contra nosotros, porque no a alguien más — Derek les dijo, esta vez mirándolos a todos — ¿Por qué llevarse a Tamara si quiere que la encontremos? Por qué está claro que la nota que dejo es para que la busquemos.

— Quizás es un juego para él, ¿Qué tal si solo quiere divertirse con nosotros y Tamara solo es la carnada que nos lleva a quien sea que esté detrás de esto? — Harper expreso sus pensamientos, esto lo llevaba pensando desde que se reunieron en la cafetería, solo había algo que no terminaba de entender — Pero, ¿Quién podría estar detrás de esto? ¿Quién podría ser tan cruel como para hacernos esto?

Dejo la pregunta al aire, nadie tenía idea de quien podría ser, no se les ocurría ni una sola persona en el pueblo que quisiera hacerles daño, todos se conocían y todos los conocían a ellos. Era imposible pensar que alguien del pueblo, que los conocían de toda la vida, pudiera hacerles daño, ni siquiera se imaginaban a otros de su edad haciéndolo.

De pronto, Verónica dio un respingo que hizo que todos la voltearan a ver, estaba pálida y sus manos temblaban.

— ¿Y si es él?

Todos se paralizaron, negándose a creer que fuera posible, la miraron como si estuviera loca.

— Eso es imposible. — Simone le dijo con los puños apretados y negando con la cabeza — y tu más que nadie sabe por qué.

Era imposible, todos los presentes lo negaban, estaban seguros que después de lo que paso, era casi irreal que fuera él. Pero si no era el, ¿entonces quién era?