Desaparecidos

Capitulo VII: Desconocido.

La persona dentro de la habitación de hotel caminaba de lado a lado, sopesando su plan, afinando todos los pequeños detalles, nada podía salir mal, no después de todo el esfuerzo que ha puesto en este plan por un año entero. La sed a venganza bullía en su interior, le cosquilleaban la punta de los dedos de solo saborearla.

Todos ellos merecían lo que estaba por venir y mucho más, después de lo que le hicieron merecían pagar con lágrimas de sangre.

Se había deshecho de los demás y tenía a Tamara, todo iba como el plan lo indicaba.

Ellos estaban cada vez más aterrados y era una sensación agradable la que lo recorría cada vez que se acordaba de sus caras llenas de terror, se sentía poderoso y eso era justo lo que ellos iban a presenciar, su poder. Lo merecían después de aquello que hicieron. '

Las personas creen que solo porque ocultes algo esta no saldrá a la luz, pues se equivocan, no importas con cuanto ahínco trates de ocultar algo, siempre saldrá a la luz.

Y más si es un secreto entre un grupo de adolescentes.

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Tamara Riley se encontraba acostada en un viejo colchón dentro de una habitación con las paredes con la pintura cayendo, miraba todo con atención tratando de encontrar algo que la pudiera ayudar a escapar o en su lugar, a desatarse las manos. Pero no veía nada y eso solo hacía que su desesperación creciera, en esa habitación no había nada más que el colchón viejo donde Tamara se encontraba.

De pronto escucho pasos acercándose y un silbido, cada vez más cerca de la puerta. Se preparó para lo que sea que fuera lo que vería a continuación o a quien.

La perilla giro lentamente, como en aquellas películas de terror. La persona detrás de la puerta apareció y a Tamara se le fue la respiración al igual que el color de la piel. No podía creer lo que estuviera viendo, era como ver a un fantasma.

La persona junto a la puerta se regodeo con la reacción de Tamara, eso era justo lo que quería lograr. Se acercó los pocos pasos que lo separaban del colchón dónde estaba Tamara, en reacción ella se alejó, huyendo de él.

Esa pequeña acción le dio una satisfacción pura, podía sentir el miedo emanando de ella. Termino de acercarse y se puso en cuclillas para estar a su altura.

— Hola Tamara, ¿Me recuerdas? — Lo dijo con una lenta sonrisa deslizándose por sus labios.