Las dos primeras desapariciones.
06 de agosto del 2019
10:30 Pm.
El bosque de Comehell.
Tomas Dipson y Sara Lionel se encontraban escabulléndose al bosque, aunque sabían que no tenían permitido entrar a ese lugar a esas horas de la noche, aun así, lo hicieron. Como decían ellos, lo prohibido lo hacia mas tentador.
Se adentraron al bosque, hasta encontrar lo que buscaban. Una pequeña cabaña que había estado ahí desde hace tiempo, ellos la encontraron en sus tantas escapadas que se daban entre horas de colegio y horas no adecuadas. En sus brazos llevaban un par de mantas, una botella de vino, velas y una linterna. Se encontraban riendo por la pequeña travesura que estaban realizando. Sara iba agarrada del brazo de tomas, ya que el llevaba la linterna, en eso ella tropieza y suelta un gritito.
— Shhhhh, haz silencio — Se apresura a decir Tomas, ya que si los descubren estarán en problemas.
— Si nos descubren, te culpare de todo Tom.
Y Sara lo decía en serio, porque la idea había sido de Tomas. Sin mas percances que aquel tropezón, llegaron a la cabaña. Se ocuparon de poner las velas en lugares estratégicos para que tuvieran una buena iluminación. Después pusieron una manta en el centro de la cabaña y se sentaron, destaparon el vino y empezaron a beber. Después de media botella, empezó la acción entre ellos. Empezaron besándose lento, luego fue subiendo de tono, se tocaban aquí y allá, no lo hacían solo con lujuria, sino también con amor. Tomas empezó a tocarla y ella a el y al final paso lo que tuvo que pasar, tuvieron sexo. O como ellos le decían, crearon magia.
Terminaron satisfechos, como siempre que lo hacían. Se conocían tan bien que sabían dónde tocar para hacer sentir bien al otro. Se quedaron acostados, terminando de beber lo poco que quedaba de aquel vino que Sara robo de la bodega de su padre.
Se encontraban un poco achispados y hablando de sus planes juntos, que harían cuando lograran salir de aquel pueblo de mala muerte como Tomas le decía, cuando escucharon ramas quebrándose, como si alguien o algo estuviera caminando allá afuera.
— ¿Escuchaste eso? — Pregunto Sara
— No Sara, no escuche nada — Le paso un brazo por los hombros en un intento de calmarla y que se olvidara del ruido — Entonces, ¿A dónde nos iremos mi amor?
— No lo sé Tom, algún lugar lejos de aquí y que sea soleado.
— Tus deseos son órdenes para mí.
Empezaron a besarse de nuevo, cuando escucharon nuevamente un ruido, pero diferente, se escuchaba como gruñidos de algún animal salvaje, pero eso no era posible, ya que en Comehell no había animales salvajes. Sara se aparto abruptamente y se quedó en silencio, atenta.
— ¿Ahora si escuchaste eso? — La pregunta le salió en un susurro y no era para menos, ella estaba empezando a asustarse.
— Si, ahora si escuche — Tomas termino por separarse — Debemos vestirnos e irnos de aquí, rápido.
Empezaron a vestirse lo más rápido que pudieron cuando de pronto escucharon otro ruido, mas cerca que el anterior. Se quedaron quietos mirándose, podían ver en los ojos del otro que estaban empezando a asustarse, así que reaccionaron y salieron de ahí rápidamente, sin siquiera molestarse en recoger las cosas.
Empezaron a caminar lo más rápido posible, agarrados de la mano, cuando sintieron que algo los estaba siguiendo junto con otro ruido, mucho mas fuerte. No lo pensaron dos veces cuando empezaron a correr despavoridos, a esas alturas ya estaban mas que asustados. Estaba oscuro, no traían la linterna, y Sara tropezó. Tomas la ayudo a levantarse y después se escondieron detrás de un árbol. Sara tenia las manos cubriendo su rostro, llorando del pánico que sentía en ese momento.
— Deja de llorar mi amor — Tomas le agarro las manos y las alejo de su rostro.
— No puedo, no se que es esa cosa que nos sigue — Siguió llorando — Quiero irme de aquí Tomas, ya quiero irme.
— Saldremos de aquí preciosa, te lo prometo.
Pero quien diría que esa promesa no la podría cumplir.
Empezaron a caminar de nuevo, con más cuidado, cuando sintió que la mano de Sara se soltó. Se giro de inmediato, pero sara no estaba en ningún lugar.
— ¡Sara! — susurro con desesperación, lo suficiente alto para que ella escuchara, pero no recibió respuesta. Regreso por donde habían estado caminando, con la esperanza de encontrarla.
— ¡Sara! — Intento de nuevo — ¡Sara! ¿Dónde estás amor? — Grito con pánico.
— ¡Tomas! ¡Tomas, ayúdame por favor!
Se giro cuando escucho el grito, pero no sabía de donde venia.
— ¡Tomas, por favor!
Esa vez pudo identificar de donde venia y echo a correr con desesperación, tratando de llegar lo más rápido posible con ella. La escuchaba llorar, estaba cerca, solo un poco más. Pero cuando estaba a punto de llegar, lo que vio lo dejo petrificado.
Aquella cosa que los estaba siguiendo, tenia a Sara entre sus garras y el no sabia que hacer para ayudarla.
— ¡Tomas, por favor ayúdame! — Grito Sara con desesperación.
Pero Tomas no se movía, estaba en shock por ver a esa cosa tan horrible. De un momento a otro, de una manera inexplicable, esa cosa desapareció y Sara también. No se oía nada, ni pisadas, ni gruñidos salvajes, absolutamente nada, solo su respiración acelerada.
Giro a todas partes para ver si lo encontraba, pero no fue posible, entonces cayo en cuenta que Sara desapareció y salió corriendo para buscar ayuda. Corrió con desesperación, cuando sintió de nuevo la presencia y entonces sintió pánico de nuevo. Corrió mas rápido, por su supervivencia, estaba cerca de salir del bosque, cuando sintió que unas garras lo agarraban de las piernas. Grito por ayuda, pero nadie escucho, peleo para sobrevivir, pero eso no funciono. Y eso fue lo ultimo que él pudo hacer.
A la mañana siguiente, se dio la alarma de que dos adolescentes estaban desaparecidos, preguntaron a todos los demás adolescentes de la secundaria de Comehell por Sara y Tomas, pero como eran ellos, decían que era solo una de sus tantas escapadas. Al tercer día, empezaron los volantes con la cara de aquellos dos jóvenes y ahí la gente de Comehell se preocupo y todos empezaron a ayudar. Buscaron en los alrededores, en los pueblos cercanos, en el bosque, encontraron la cabaña, pero ahí solo estaban las cosas que aquellos dos habían dejado olvidadas, pero nadie los encontro a ellos, era como si la tierra se los hubiera tragado y lejos de la realidad no estaban.
Lo único que quedo de Sara y Tomas, es el recuerdo de que alguna vez existieron.
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Desaparecidos
Mystery / ThrillerEn el pequeño pueblo de Comehell suceden muchas cosas. Se dice que cada dos semanas desaparecen alrededor de dos personas, ya sean niños, jóvenes o adultos, sin excepción alguna. Nadie se explica por qué sucede esto o quien lo hace. Así que cuando...