Desaparecidos

CAPITULO XVIII: La verdad

Las chicas se encontraban sentadas, tratando de entender la situación. Todo era tan confuso y no entendían como pudo haber pasado. Lo que paso hace dos años era algo de lo que jamás hablaban, no después de lo que paso. Juraron no mencionarlo y hasta ahora lo cumplieron.

Pero que el este aquí, cuando lo creían muerto, era algo que no entendían.

Simone era una de las que más confundida se sentía y, sobre todo, la que sufría. Parecía que todos los demás manejaban esto a la perfección y que no sentían ni una pizca de arrepentimiento. No sabían cómo podían no sentir nada, al contrario de ella.

— ¿Cómo se supone que esto paso? — Pregunto Tamara — ¿Cómo es que él está vivo?

La tres se estaban haciendo la misma pregunta desde que el apareció.

— No tengo la menor idea de lo que está pasando, nosotros lo vimos ahí, tirado. — Harper se agarro la cabeza entre sus manos, tratando de entender toda esta situación.

— Si, lo vimos tirado, pero nunca nos cercioramos de que estuviera muerto — Simone contesto, con la mirada perdida, recordando aquel día — nosotros lo creímos muerto, y lo dejamos ahí. Ni siquiera fuimos capaces de enterrarlo.

— ¿Y qué tiene que ver que no lo enterráramos? Lo matamos, ¿y aun así querías que lo enterráramos? — Tamara alzo la voz.

­— ¡Era nuestro amigo! — Simone grito en un ataque de ira y se levantó del suelo — ¡Era nuestro amigo y lo matamos! — Movía sus manos con cada grito que daba, recostó su espalda en la pared y varias lagrimas se deslizaron por su cara — Era lo mínimo que debíamos hacer.

Tamara y Harper sabían que Simone tenía razón. Era su amigo, no conforme con matarlo, lo dejaron ahí tirado en la tierra, sin miramientos. Y ahora sabían que sea lo que sea que el les fuera a hacer, lo merecían.

Ahora lo entendían. 

Holaaaaa, si aun siguen leyendo, muchas gracias. 

La historia ya esta en la recta final, despues de tanto tiempo. 

¡Gracias por llegar hasta aquí!