Las Chicas Como Tú

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Zari se perdió por un lado y Sara se fue rápidamente hacia el pasillo. Revisó su nuevo cuarto y nada. Lo mismo hizo con el de sus amigas y tampoco allí estaba. Trató de entrar al baño pero un grito varonil de "ocupado" le dio la respuesta que buscaba. Sólo quedaba uno. Justo la puerta por la cual se podía ver un pequeño hilo de luz a través de la rendija que separaba el piso del mueble. Sara se frenó frente a la puerta y apoyó sus oídos, no escuchó ruido alguno.

- Nada de cosas raras bajo mis narices Sharpe – subió el puño y golpeó sin prudencia. Nada escapa del control Lance.

Después de los golpes en la puerta, la rubia volvió a apoyar su oreja en la pared y esta vez sí escuchó ruidos. Eran ruidos de movimientos, una silla que se corría tal vez, también captó uno que otro paso. Por fin iba a volver a ver a la morena.

Escuchó varios pasos y estaba lista para ver abrir la puerta, hasta que un estruendo en la sala la hizo cambiar su atención - ¡ERES UN IDOTA! – Un hombre con la boca rota desde el piso le gritaba a otro – MIRA LO QUE HICISTE – la vasija que había alojado velas flotantes se había convertido en pequeños pedacitos de vidrio que estaban desparramados por el piso de la sala. Vaya saber a dónde habrán ido a parar las velas. El tipo que estaba en el piso se levantó y agarró a otro por el cuello de su camisa, estaba listo para romperle la cara de un golpe.

- Mhmm – una carraspera lo detuvo e hizo que ambos hombres y todo el círculo de personas que observaban divertidos la pelea, fijaran su mirada en la persona que tenían enfrente. Parada en la entrada del pasillo estaba Sara Lance cruzada de brazos y con un gesto inmutable.

-Sara... digo... Señorita Lance... Lo siento mucho – El primero de los hombres que lanzó el golpe se agachó y empezó a recoger los pedazos de cristal.

- Deja eso – ordenó Sara haciendo que el hombre detuviera su intento. La rubia sabía que Zari ya debía estar en su cuarto entre las piernas de alguna mujer, asique era el momento perfecto para terminar con esta fiesta. – De más está decir que quiero que mi departamento quede vació en menos de un minuto ¿Cierto? – No hubo respuestas verbales, directamente cada persona fue tomando sus pertenencias y saliendo por donde habían entrado – Y Paul – esta vez sí se dirigió al chico golpeador, quien a su vez se frenó y volteó a verla – No aparezcas por la oficina el lunes, ni ningún otro día – ordenó. Ups, Alguien se había quedado sin empleo.

La rubia sintió una puerta cerrarse y voltio rápidamente a la habitación donde estaba Ava, evidentemente la morena había contestado a su llamado pero al no ver a nadie volvió a cerrar. – Carajo – Se quejó Sara con todas las intenciones de volver a esa puerta y golpear nuevamente. Alguien frenó su intento agarrándola del brazo.

-Sara- la llamó.

- ¿Qué quieres Queen? – la rubia se sacó la mano del chico de su brazo

- ¿Yo también me tengo que ir? – preguntó tratando de sonar seductor

La empresaria miró a Queen, luego volvió a mirar la puerta de Ava, volvió a Queen, volvió a la puerta y finalmente suspiró – Espérame en mi habitación – le dijo al chico finalmente.

Con una sonrisa de superioridad el chico contestó – De acuerdo. Pero no me hagas esperar tanto, no creo poder aguantar mucho tiempo – esto último lo dijo mientras caminaba hacia el cuarto sacándose su cinturón.

- Genial – se dijo Sara para sí misma – Al menos se va a pasar rápido – caminó despacio hasta la puerta de Ava por segunda vez en la noche. Levantó su puño cerrado para golpear...

- ¡SARA! SI NO VIENES EMPIEZO SIN TI – fue el grito de Queen que la frenó

- Estúpido Queen – se quejó volviendo a su propia habitación. EL plan confrontar a Ava Sharpe quedaba para después.

No Soy Para Ti (Adaptación AvaLance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora