"La última caricia"

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Zari miró fijamente la cara de Sara y tuvo miedo. Su amiga miraba para todos lados confundida, la latina sabía que el estúpido de Oliver no le había dicho nada de eso y que lo había preparado todo para agarrarla por sorpresa – Di que no S por favor, di que no – Zari pudo leer todo el lenguaje corporal de Sara y cerró los ojos. Sabía que no iban a poder frenarla después de las dos palabras de Sara – Dios por favor no permites que le pase nada – rezó justo a tiempo

- SI ACEPTO – la voz de Sara se sintió al mismo tiempo que Ava se soltó de ellas.

Zari cerró los ojos mientras sentía como su socia aceptaba la oferta de Oliver y al mismo tiempo el brazo de Ava se resbalaba de su agarre. Después de contar seis segundos en su mente la latina pensó que iba a escuchar gritos, pedidos de seguridad y hasta se estaba preparando para saltar a defender a su rarita de cualquier injusta acusación, pero en lugar de eso una mano cálida en su espalda la hizo reaccionar.

- Zari... - con su vista Charlie le señalaba hacia su frente. Ava no había avanzado más de diez pasos lejos de ellas tres. La pelinegra se había quedado con la cabeza agachada, con sus brazos tensos al costado del cuerpo y por lo blanco de sus nudillos se podía adivinar que no estaba para nada calma.

Zari miró hacia su derecha y se encontró con que Astra miraba a la morena con preocupación. La joyera no parecía enfadada, sino más bien cautivada por toda la situación. Si otro hubiese sido el contexto, la latina podría haber visto una debilidad en la mujer y aprovecharla para atacar. Pero este no era el caso. La debilidad de Astra se traducía en cariño por Ava y cualquier persona que comparta el mismo cariño por la rari que ella, merece sus respetos. En su otro costado estaba Charlie, su novia. La bailarina estaba aferrada a ella como si Zari tuviera todas las soluciones, como si Zari tuviera el hechizo para hacer que la tatuadora dejara de sufrir.

- ¿Señorita se encuentra bien? – la voz de un mozo que pasaba por allí cerca, hizo que tanto Astra como Charlie y Zari se enfocaran en la pelinegra. La imagen fue de lo más devastador. Ava ya no estaba parada firmemente, al contrario, la morena se había encuclillado sobre sus pies y usaba sus dos codos apoyados en sus rodillas para darle fuerza a sus manos y que sirvieran para esconder su cabeza.

- Zari... - Charlie no tuvo que ni decirlo. Zari no tardó en arrodillarse junto a Ava

- Rari... Ava... - No sabía que forma de llamarla la iba a hacer reaccionar – Rari por favor, me estás preocupando... - la latina trataba de sacar la cabeza de Ava de la cueva que ella misma se había creado entre sus brazos pero la pelinegra no cedía, su respiración era dificultosa y Zari podía escuchar murmullos y sentir pequeños pero fuertes tiritones.

- No se qué hacer – les dijo de forma frustrada Zari a las otras dos que ya estaban a su lado.

- Ava, querida... – Astra intentó sobarle la espalda mientras Charlie solo estaba tiesa a su lado y lloraba sin parar. Al menos la bailarina se ocupaba que los ojos de cualquier curioso fueran hacia otra parte.

- Rari... - la voz de Ava la interrumpió

- Ayúdenme – el pedido fue seco y muy silencioso, tanto que Zari no creyó lo que escuchó hasta que levantó su cabeza para encontrarse con unas sorprendidas Charlie y Astra.

Zari se movió con velocidad hasta que, sin importarle su elegante vestimenta, quedó sentada enfrente de Ava – Rari... - agarró las manos que cubrían la cara de la morena – Quiero que me mires rari ¿de acuerdo? – Sabia que si Ava no aflojaba sus brazos no iba a lograr verla – Yo te voy a ayudar, te vamos a ayudar ¿cierto? – las afirmaciones de las otras dos se escucharon rápidamente - pero necesito que me mires por favor – pocas veces como esa noche se había escuchado a Zari Tomaz decir tantas veces esas dos palabras – Rari... por favor...

No Soy Para Ti (Adaptación AvaLance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora