"Que sea lo que Dios quiera"

148 13 4
                                    


- ¿Pam? – la morena no había cambiado su cara de confundida desde que Astra entró a su departamento. No paraba de mirar entre ambas mujeres y de moverse en forma nerviosa. Su cabeza y su cuerpo tenían una terrible necesidad de que Sara estuviera a su lado.

- Hola hij... hola Ava – saludó la mujer tratando con cuidado a la persona que tenía en frente

Ava se alejó varios pasos y Pam sintió como la mano de la joyera iba a su espalda para darle fuerzas. La morena mayor agitó la cabeza en señal de que estaba bien. Entre las charlas con su marido, las charlas con las mellizas, los señores Lance y todos lo que tenían algo que ver en la vida de Ava, Pam había aprendido que alrededor de su hija se tenía que mover como si caminara sobre vidrio, con sumo cuidado.

- ¿Qué... qué... que haces aquí? – Ava aun no relacionaba el favor que tenía que hacerle a Astra con la presencia de su madre aquí - ¿Por qué la trajiste? ¿Por qué... - No podía evitar sentirse un poco enojada con su amiga

Astra y Pam se miraron y fue la joyera la que tomó la palabra – Tu madre... - la morena apretó sus labios y la elegante mujer se apuró en corregirse - Pam estaba trabajando en la empresa cuando mi padre entró para obligarme a ir a esa fiesta. Escuchó nuestra pelea sin querer y la terminé de usar como terapeuta para contarle la situación. Ella misma se ofreció a cuidar a las niñas – resumió los hechos ocurridos en Logue & Co.

Ante el silencio y la cara de preocupación y confusión de su hija Pam decidió hablar – Se que probablemente no te guste mucho la idea pero yo amo a esas tres niñas. Dos son mis nietas y la otra es casi como si lo fuera, las voy a cuidar mejor que a mi misma – agregó segura.

Ava agitó la cabeza en negativa. Eran sus hijas y su sobrina, ella las iba a cuidar

- Por favor Ava – Astra insistió mostrándole el smoking – Estoy desesperada – la voz le salía como un chillido.

- Sara... quiero hablar con Sara... - Ava necesitaba que su novia le dijera que todo iba a estar bien.

Esta vez fue Pam la que agarró su celular e intentó llamar a la empresaria. Sabía que si alguien podía sacarle la cara de pánico y de sufrimiento a Ava era su nuera – Lo siento – se disculpó cerrando la llamada – No contesta...

- La señorita Tomaz tampoco – Astra había intentado por otro lado.

- Entonces es mejor que me qued...

- Ava – dijeron las dos mujeres al mismo tiempo. Astra le hizo un gesto a Pam cediéndole la palabra. – Si no quieres ir con Astra está bien – la madre de la morena no hizo caso al quejido de protesta de la joyera – Pero si ese es el caso, te pido que me dejes quedarme aquí, contigo, hasta que Sara regrese. Puedo ayudarte a cuidar a mis nietas – no iba a obligar a su hija a ir a una fiesta a la que claramente no quería asistir, pero al menos iba a intentar pasar tiempo con ella. Cualquier minuto que le concediera iba a ser bien recibido.

- Escuchen – Astra volvió a tomar la palabra y logró que la mirada de la morena se concentrara en ella – Pam se que tienes miedo de que Ava se sienta incomoda en este lugar, pero prometo – miró a Ava – Te prometo que no me voy a separar de tu lado y que a penas quieras irte nos iremos – le dijo con total sinceridad – Pero de verdad, de verdad te necesito a mi lado Ava. Necesito que me des la fuerza que solo una amiga puede dar. Eres la única persona que nunca ha esperado nada de mi – la morena iba aflojándose con cada palabra – Por favor Ava... por favor – eran las últimas suplicas que iban a salir de la boca de Astra.

La tatuadora miró a su amiga y después a su madre, luego volvió a su amiga y se enfocó en s u cara de desesperada. Por último volvió la vista a su madre y allí la dejó para pensar por unos momentos. Sin decir nada caminó hasta la mesita donde había una hoja escrita – Sara... Esta es la lista que me dejó Sara – la morena, desde lejos, estiró su brazo y le dio la lista a la mujer mayor – Están... estos son todos los números importantes y el de... el de Astra lo tienes supongo – Pam agitó su cabeza con una sonrisa. Su hija le estaba dando una oportunidad - Creo que van a dormir toda la noche pero... pero si me necesitas me vas a llamar ¿cierto? – Ava casi nunca miraba a su madre a los ojos pero cuando lo hizo por segundo vio la capa de lágrimas que los cubría. La morena corrió la cara rápidamente.

No Soy Para Ti (Adaptación AvaLance)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora