↳ 💌₊˚. ··· Diary of a Lover »-Saiouma-«

↳ ੈ‧₊ BITÁCORA #13

Hay mucho que desempacar en mi mente, incluso para mí. Ha sido un mes y medio desde la última vez que me pude sentar a escribir, por lo que sinceramente espero poder ser capaz de recordar todos los eventos que han concurrido en este periodo de tiempo.

La razón de mi ausencia es aquella involucrando al joven Momota. Su caso ha estado siendo procesado y analizado por un periodo considerable de tiempo en lo que terminaban de arreglar asuntos legales. Estoy pendiente de todo lo que ocurre gracias a las noticias, las redes sociales o los periódicos, y estar al tanto de toda la situación no es para nada sencillo.

Es cierto que me molesta que el proceso dure tanto, pero de vez en cuando es entretenido simplemente sentarse a leer como tu víctima debate por su inocencia mientras miles de personas lo difamaban.

Desde entonces no he podido poner mis manos sobre ninguna otra víctima. Es lamentable, enserio, pero he sido una persona ocupada y no quiero arriesgar nada en lo absoluto.

Estando Kaito en prisión y constante custodia, no puedo abducir nuevas víctimas y esperar que las autoridades no se dieran cuenta que Momota no es quien lo hizo. Para mi fortuna, tenía bajo a mis cuidados a otra persona a la que fácilmente puedo causarle agonía mediante el asesinato sin que la gentuza del exterior lo supiese.

En vez de exterminar a ciudadanos de forma directa, estoy saciando mi sed de miseria ajena ocasionando pequeños accidentes. Para lograrlo desde la distancia sin involucrarme demasiado, he saboteado a algunas personas en las semanas recientes. Específicamente a dos jóvenes, una siendo una chica que va por el apellido Chabashira, y el otro siendo un muchacho de nombre Korekiyo Shinguji.

Sin hacer el asunto más largo de lo que es, hice un par de ajustes a los frenos de la motocicleta de la joven Tenko, cosa que resultó en un accidente sobre la calle principal. En estos instantes, la fémina está hospitalizada luego de sufrir un terrible choque. Estaba tan cerca de morir, que es considerado un milagro que esté viva.

Por el otro lado, se puede decir que Shinguji tuvo un pequeño incidente con una botella de cloro cuando limpiaba los pisos de su casa. Después de un largo viaje a la sala de emergencias del hospital, el azabache quedó completamente ciego del ojo derecho. Es una lástima, puesto que el color de sus ojos me recuerda mucho a los míos.

Kokichi ni siquiera conoce a Tenko o a Korekiyo, pero Momota ciertamente lo hace. No es como si ese dato importara de todas formas, puesto que debía parecer un accidente común y no una acción intensional.

Regresando a la situación actual, me había encontrado la mañana entera leyendo las noticias en el periódico de ese específico día. La sonrisa en mi rostro era una señal de que nada bueno podría estar pasando en las palabras que leía sin cesar, lo cual era lindo de procesar en mi cabeza.

Después de un largo juicio, se deliberó que la única solución a las faltas de Kaito era la muerte. En muchas regiones esta sanción es ilegal, pero ese era uno de los múltiples factores que tomé en cuenta antes de mudarme aquí. Su ejecución se llevaría a cabo en un par de semanas, pero por ahora, era reconfortante saber que no debía preocuparme más por la situación.

Así que sonreí de oreja a oreja, carcajeando como si fuese el chiste más divertido que había escuchado en mi vida. Me sentía efervescente, lleno de vida, alegre y contento de pies a cabeza, como nunca antes me sentí.

Mis escandalosas risillas fueron suficientemente fuertes como para captar la atención de mi conejito, que veía la televisión de la sala en la que estábamos mientras se acurrucaba a mi lado. Se veía ameno al hacerlo, por lo que era una lástima que lo hubiese distraído.

Decidí brindarle contexto, leyendo algunos de los párrafos del papel que sostenía entre ambas manos. Lo hacía sonar como el asunto más normal de la vida, incluso cuando se trataba de uno de los casos criminales más grandes de la ciudad en décadas.