-Tomaré toda tu sangre, no dejaré que seas de nadie más. No me importa cuanto luches, no dejaré que te escapes de mis brazos de nuevo-Subaru se acercaba a (...), quien permanecía estática.
Desde que (...) llego a la mansión en compañía de los Mukami el ambiente había estado relativamente tranquilo, se debe hacer énfasis en la palabra 'había', puesto a que no duró por mucho la calma.
-Manda a volar la razón y enloquece-Raito le susurró al oído y poco después encajó sus colmillos en el cuello de la chica.
Los hermanos Sakamki empezaron un juego con ella, un juego de amor y deseo, un juego de placer y dolor, un juego de guerra y traición.
-Repite tras de mi-(...) podía sentir la respiración de Ayato, uno de los trillisos, contra su rostro-Ore-sama-pronunció muy cerca de sus labios-Así debes llamarme de ahora en más-
Al parecer el conflicto sólo empezaba, más y más se sumaban al juego.
-Teddy y yo gustaríamos de tener tu compañía eternamente, nos lo debes-el pequeño Kanato miraba a (...) con su clásica sonrisa que emanaba tanto sadismo como inocencia.
¿En qué se había metido?
-Deberías considerar ese dolor que te he hecho sentir como un honor-Reiji sacó sus colmillos del cuello de (...)-Si lo que buscas por otra parte es placer-se acercó a su oído y pronunció en un tono seductor-Sólo debes suplicar miserablemente-
La respuesta a esa interrogante seguramente era 'problemas', en definitiva estaba en el ojo de la tormenta.
-Para mi, los humanos solían ser sólo alimento-Shuu la tomó del brazo y la colocó sobre él-Pero tu, tu sencillamente escalaste y te convertiste en algo más-le envolvió con sus brazos.
Quizá el haber aceptado la propuesta de Yuma, que le permitía vivir con ellos, había significado condenarse.