La vida no es justa, (...) lo sabe de primera mano, pues en su vida todo parece ser una desgracia.
A penas nació fue abandonada a las puertas de un orfanato. Ahí creció y fue criada por el tirano que le dirigía, las cosas eran malas pero ella nunca se quejaba, dentro de todo trataba de mantener una sonrisa en el rostro, pues creía que esto animaría a los demás.
-(...)-gritó el director del orfanato, llamándola a su despacho.
La pequeña obedeció y fue corriendo a este, no le gustaba tener problemas.
Había un par de señores en la oficina, por primera vez los ojos de (...) se iluminaron, quizá planeaban adoptarle.
-Te irás con ellos, recoge tus cosas-sonrió interesadamente el director.
Acató la orden, corrió y saltó feliz hasta llegar a la habitación común, abrió su pequeño baúl y tomó lo poco que tenía: un oso, al que cariñosamente decía Teddy, y una sudadera ya desgastada.
Una nueva vida estaba a su alcance, todo cambiaría.
-Te quiero haciendo las labores como te explicó mi prometida, de otra forma tendrás problemas-gritó el hombre, dueño de la casa, en la que paro (...)-Haz que mi dinero haya servido de algo-
-S... s... s... si-respondió tartamudeando, su mundo de ensueño se caía y desmoronaba.
Pasó tiempos muy duros, le golpeaban al más pequeño error, ya no sonreía como antes, lo intentaba, pero no podía y su único amigo era el oso de peluche.
-¿Estás bien?-preguntó un infante rubio, un poco mayor que ella.
(...) solo lloraba, quería irse de ahí, ya había soportado mucho.
Él se sentó a su lado -Yo también me quiero ir-miro al techo.
-¿Qué te pasó?-al alzar la mirada se encontró con un niño bastante herido.
-Mucho parloteo-el vil hombre que les había comprado, iba a golpear al rubio pero (...) instintivamente se atraveso. Al ver esto, el hombre se puso histérico -Larguense- gritó y les hecho a patadas.
Ambos terminaron en la calle, con sus pocas cosas y a merced del clima.
-¡¿Ustedes de nuevo?!-preguntó molesto el dueño de aquel orfanato al verlos en la puerta y los acepto a regañadientes.
-Se me había olvidado presentarme-sonrió tiernamente-Soy Kou-
-Yo (...)-le sonrió, primera vez que alguien era amable con ella.
-¿Te duele?-vió el golpe de hace rato-Se ve doloroso-
-¡¿Kou?!-se escucho una voz-¿Qué haces aquí?, se suponía que estarías en un lugar segu...-se paro en seco al ver su estado.
-Tenía techo y comida, no estaba tan mal Yuma-replicó Kou.
-Nos iremos de aquí-habló Yuma decidido, aun sin notar la presencia de (...).
-No podemos-intervino ella.
-Es eso o seguir recibiendo maltratos-Yuma levantó la voz.
Y así un plan creado en segundos se convirtió con el paso de los días en una esperanza, (...) cedió, se iría con ellos y alguien mas se adicionó al grupo, Azusa, un niño callado al que solían hacer mucho daño. Y poco después Ruki, un amigo de Azusa, también se animó a ayudar en el escape.
-¡Corran!-grito (...), el director se había dado cuenta de ausencia y seguro les perseguiría, pues valían mucho en el mercado de personas.
-¡Kou!-gritó Yuma al ver que este caía, regresó inmediatamente a levantarle, nadie sería dejado atrás.
El hombre casi les alcanzaba, pero alguien en ese momento les salvó, a ese alguien le llamarian Karlheinz y más adelante padre.
(...) no aceptó su oferta, el hombre le daba miedo. Siguió su camino tras despedirse. Ya se había acostumbrado a que todo le saliera mal, por consecuente no esperaba nada en esta situación. La naturaleza se hacía interminable, no tenía ningun tipo de alimento, se arrepentía de no haberse ido con aquel personaje que salvó a sus amigos.
Escucho un llanto a lo lejos y corrió a él, vislumbró una enorme mansión con hermosos rosales, un par de mujeres se encontraban en el patio de aquella enorme edificación con sus hijos.
-¿Te pasa algo?-(...) se acercó apenada a aquel de cabellos morados que yacía llorando -Te dare algo muy especial para mi, pero prometeme que no verás ahora-
El peli morado cerró los ojos y bajo la intensidad de su llanto.
Sentó a su querido oso frente a él -Abrelos-
Sonrió a ver al osito.
-Se llama Teddy, siempre me ha acompañado y hará lo mismo por ti para que no te sientas triste-
-Ahora que él esta conmigo yo te acompañare para que tu no estes triste-dijo dulcemente el niño
-¿Qué haces aquí?-la voz de un adulto resonó en el lugar.
