Capítulo #12

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Nota: Sigue narrando Isabella.

-¿Por qué esto tenía que ser aquí Nathan?-pregunté mirándolo mal y antes de esperar a que respondiera tomé mi teléfono y decidí enviarle un mensaje de texto a Summer: “Alguien de las tres zarrapastrosas es sobrina del profesor de anatomía y al hijo de puta ese se le escapó en una conversación consigo mismo  lo del soborno, la sobrina lo escuchó, lo comentó con sus amigas y mañana nos irán a denunciar con el director por eso tuve que salir urgente a ver a Nathan y no sé quién mierda de las tres es la sobrina de ese tipo” al terminar de escribir lo envié y Summer respondió casi de inmediato: “Mátalo Isabella, hazlo” terminé de leer sonriendo y guardé de nuevo mi teléfono en el bolsillo.

-Porque la comida es muy buena ¿No crees Sebastián?-dijo Nathan sonriendo y Sebastián asintió distraído mientras tecleaba su teléfono.

-Perfecto Nathan ahora tengo que acabar con cierto problemas, llama a Summer y pídele la dirección de la casa, aquí están las llaves y ocupa la habitación que está al lado mío, es la mejor que hay, regresaré más de noche, nos vemos pronto-dije tirándole las llaves las cuáles fueron agarradas hábilmente mientras me daba un beso en la mejilla como símbolo de despedida y sonreí divertida. Sebastián me miró impaciente y lo tomé de la mano arrastrándolo hacia el estacionamiento.

-Vamos sueltalo-dije suspirando.

-¡¿Por qué mierda tuvieron que sobornar a un profesor que justamente es el director de área de la universidad?!-soltó enojado pero ¡Nosotras no sabíamos eso!

-Eso realmente no te interesa así que ¿Me ayudaras o no?-pregunté sosteniendo una mano contra mi cadera impaciente. Tengo planeado absolutamente todo y más le vale que acepte.

-Yo conduzco-dijo sentándose en la moto tomando el casco rendido.

-Oh no lo harás-dije.

-Sí que lo haré, dame las llaves, súbete en este instante y agárrate fuerte-dijo subiéndose en la moto. Bufé enojada tirándole la llave muy fuerte pero desgraciadamente tiene buenos reflejos y las alcanzó.

-¿Sabes la dirección del profesor?-pregunté.

-Vive en un barrio para nada vigilado que después de las 10 nadie se asoma, no es casado, vive solo y es demasiado inseguro para ser hombre-dijo mirando su celular otra vez.

-¿Cómo la conseguiste?-pregunté de nuevo.

-¿Qué creías que hacia cuando estaba en el teléfono?-preguntó respondiendo a mi pregunta y asentí divertida-Joder lo olvidaba bájate-continuó bajándose también. Lo miré extrañada pero imité su acto. Sebastián alzó el asiento sacando una placa sin ser matriculada y la colocó como sustituta de la otra dejándola como nueva usando herramientas también guardadas, claro está que eso demoró varios minutos, luego de eso subió a la moto y una vez que subi también éste salió disparado hasta situarnos frente a una pequeña casa de clase media-baja.

-Isabella ten esto-dijo lanzándome un par de guantes negros mientras se colocaba unos iguales, ni idea de donde los habrá sacado pero los acepte.

-Gracias. Toquemos el timbre-dije acercándome a la puerta con cautela. Toqué el timbre varias veces pero nadie abrió la puerta.

-Busca debajo de esa planta, es lo típico que puede funcionar-dijo Sebastián detrás mío. No suena tan mal la idea así que me agaché y busqué entre la maseta llena de plantitas hasta que encontré una llave. La tomé y abrí delicadamente la puerta hasta dejarla abierta de par en par.

-Al parecer no hay nadie-dijo entrando en la casa. Sebastián prendió los focos dejando ver  un espacio desordenado, si lo hubiera planeado seguro no saldría tan bien.

Oscuras DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora