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*VALENT

Tenía que encontrar la manera de trabajar con Zico. Dos razones muy fuertes me determinaban a trabajar para él, una de ellas era el hermoso príncipe enmascarado.

En una de esas veces que fui al club, vi a Zico salir con solos dos guardaespaldas detrás de él y ninguno se percató de la amenaza que se dirigía a su jefe. Sin pensarlo dos veces me abalancé sobre el hombre que tenía un arma apuntando hacia Zico y forcejeo con el derribándolo de inmediato. Confundido y sorprendido por lo que había pasado el dueño del club se acercó donde tenía al hombre.

--Pedazo de mierda, quien te mando? Responde, de cualquier forma, estas muerto. - dijo dirigiéndose al hombre bajo mío.

--Tienes a mi novia aquí adentro, la secuestraste y la obligas a tener sexo con todos los bastardos que pasan por aquí. – el hombre sí que tenía huevos por enfrentar a la muerte. – Déjala ir maldito hijo de puta.

--¿Quién es tu novia? Dímelo y aré que manden un ramo de flores en su nombre a tu funeral. Si es que encuentran tu cuerpo.

--No te diré su nombre, no permitiré que le hagas más daño, maldito psicópata, matame si quieres, pero vas a pagar por todo el mal que has hecho y que haces. Y tú pedazo de mierda acabas de salvarle la vida a la peor escoria de este mundo. Espero que tu alma se pudra en el infierno junto a la de él.

--Cállate, idiota. – y arremetí un contundente golpe a su cara y cayó  inconsciente al piso. Me levanté y enderece mi postura para que me viera en todo mi esplendor. Era fuerte hábil y decido, estaba bien preparado y eso se notaba. El hombre con autoridad me observo de arriba abajo y luego sus ojos se clavaron en los míos.

--Quién eres?

--Mi nombre es Valent.

--Valent? Ok. Gracias por salvarme la vida, te debo una. Si hay algo que pueda hacer por ti, dinero, lo que sea es tuyo.

--Trabajo, de hecho, he venido para que me entreviste, y rogaba que quisiera atenderme. Necesito trabajo.

-- Mmm ya veo. ¿Cómo encontraste este lugar?

--De hecho, mi un amigo trabaja para usted. Jackson

--¿Jackson? ¿De dónde lo conoces, hace cuánto son amigos?

--Desde niño, luego tube que irme de corea a los dieciséis años y hace poco volví. Nos reencontramos y le pedí que me ayudar a encontrar trabajo. Me dijo que no sería fácil pero que intentara con usted. Y aquí estoy.

--Y resultaste más eficiente que estos dos pares de inútiles. Ven a mi oficina Valent, hablaremos un rato y veremos que hacer contigo. Ustedes idiotas lleven a este bastardo y ya saben que hacer. Háganlo bien si no quieren seguir su camino.

Los hombres tomaron al intruso tirado en el suelo y nosotros entramos al club. Las miradas desconcertadas de sus guardias cuando cruzamos el umbral de la puerta fue evidente, ellos salían con armas cargadas hacia el exterior, pero se detuvieron al vernos.

--Señor está bien?

--Lo estoy, pero no por ustedes par de ineptos. Guarden esas armas que llaman la atención de los clientes, y desaparezcan de mi vista, llamen a Jackson a mi oficina. Vamos Valent.

Entramos a su oficina, era un poco oscura para mi gusto. Pero no era decorador de interiores así que no me importaba.

--Toma asiento y cuéntame de ti.

--Tengo 29 años, no tengo familia, fueron asesinados. Mate al asesino y para no ir preso me fui de corea a Londres, allí estuve trabajando para un grupo de mercenarios que se dedicaban a limpiar la mierda que estorbaba a grande empresario. Una redada de la policía termino con ella, casi muero allí de no ser por que logré escapar con dos más. Estuve cruzando fronteras hasta llegar aquí nuevamente.

--¿Qué paso con los otros dos?

--Uno muerto por traidor y el otro en Tokio, decidimos separarnos, para evitar que nos encontraran. Él no sabe de mí y yo no sé de él mas de los lugares donde nos separamos, pero ninguno sabe realmente donde nos encontramos.       

--Me parece buena estratégia – golpearon la puerta y dio permiso a que entraran. Mi amigo al verme abrió ligeramente los ojos, me miro y luego a su jefe.

--Zico me llamabas?

--Así es, ¿lo conoces verdad?

--Sí, es amigo mío desde la niñez.

--Así que es verdad. Hoy me salvó la vida.

--De verdad Val? La verdad no me sorprende es muy ágil e inteligente. Hiciste bien amigo.

--Me informo que está buscando trabajo, que dices, debería darle una oportunidad.

--Nos haría falta un hombre como él. Es inteligente, estratégico y muy fuerte.  Y lo más importante está más que dispuesto a todo.

--Es bueno saberlo, pero tengo mis dudas.

--Ponlo a prueba, hazlo luchar con tus hombres mas fuertes. Dale un trabajo de alto riesgo para probar sus estrategia e inteligencia. Prueba su confianza.

El imponente hombre sentado del otro lado del escritorio, nos observó fijamente a ambos. Asintió después de un rato.

--Está bien. Organiza un enfrentamiento con Minho. Si quedas vivo, eres bienvenido a trabajar para mí.

Todo pasó muy rápido. En menos de 20 minutos, estaba en el sótano, en una jaula de box con el tal Minho enfrente y Jackson y Zico a un costado observándome.

--Que gane el mejor.

Estudie a mi oponente, su forma de parase y esperé que de el primer golpe. Y como lo predecí, el chico se abalanzó hacia a mí tirando un puño a mi cara. Lo esquive y mi puño paró en su estómago, seguido de un codazo en su espalda. Giré rápidamente, lo vi de rodillas, se recuperó rápidamente y nuevamente arremetió contra mí. Su puño roso mi cara a la altura de mi pómulo, si no fuese porque lo bloquee con mi mano era un puño directo. 

El tipo era bueno peleando, no puedo negar que varios de sus golpes me tocaron, pero los míos eran certeros, buscaba cada punto débil de su cuerpo y allí atacaba. Después de un par de rondas, decidí que ya era tiempo de terminar, ya me había divertido bastante con este santurrón.

Una de mis piernas fue a la parte tracera de sus rodillas haciéndolo caer en ella, le di un codazo en la nuca hasta desplomarse por completo. Sin darle tiempo a nada, lo giré me senté encima de él y le di tantos golpes en el rostro y cuerpo, hasta que una vos grito.

--Suficiente. – no fue el señor Zico que grito. Me detuve de igual manera, no quería matar al bastardo, después de todo era una prueba. Me pare y mire al sujeto tendido en el suelo, estaba muy golpeado, pero viviría.

--Y yo pensaba que no había nadie que derribara a este hijo de puta. Me equivoque supongo. Bienvenido Valent, no me traiciones y llegarás lejos, de lo contrarios tu vida no valdrá más que un tarro de mierda.

--Créame señor, haré lo que me pida y me volveré su mejor hombre. – determinado y con convicción miro a los ojos del hombre frente a él.

SUICIDED LOVE KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora