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-¿Me extrañaste? -Preguntó con voz ronca y apagada, era claro que estaba muriendo de sueño.

-Extrañarte es poco -Dije con gran tristeza. Él dio un suspiro -Esto me entristece demasiado, hay muerte por todos lados, es como si me siguiera.

-Eso pasa sólo en tu imaginación ______, las personas mueren todo el tiempo, ¿sabes?

-Que rudo -Y pude escuchar como adornaba su cara con una brillante sonrisa -Como sea, ¿cómo va tu pierna?

-Bastante bien de hecho, saldré del hospital en unos días -Dijo con gran felicidad.

Hace unos días, antes de la muerte de Elena, Ashton había caído por las escaleras de mi habitación y lo internaron en el hospital. Tuvo una gran contusión y debía estar bajo observación un tiempo. Al segundo día del accidente recibí la trágica llamada y, bueno, lo demás no importa.

-Grandioso, ¿crees que podrás venir a Mystic Falls en cuanto te den de alta?

-Dijiste que regresarías mañana -Dijo un tanto apagado.

-Lo sé, pero los chicos me necesitan y no puedo dejarlos.

-Bien, iré. Pero que quede claro que esto lo haré sólo por ti -Dijo aún más ronco mientas yo solo dedicaba una sonrisa a mi celular.

-¿Sabes cuanto te amo?

-¿Desde donde estoy yo, hasta donde estas tú? -Preguntó mientras reía ligeramente.

-Aún más -Y colgué el celular, eso sin antes susurrar un pequeño "adiós".

Ashton es la primera persona en la que pienso cuando alguien pregunta sobre mi familia. Lo conocí en la escuela, poco después del funeral de mi abuela. Él tampoco tenía padres, lo habían abandonado a los 2 años y, básicamente, para él ellos son historia. Además de su abuela, no tenía más familia, pero a sus 12 ella también desapareció del mapa. Gracias a eso, nos mantiene el gobierno. Vivimos juntos en un gran departamento en el centro de Nueva Orleans, justo a unas calles del barrio francés. Mi cuarto y el de él están juntos, solo que el mío se encuentra en la planta alta, hay unas grandes escaleras para llegar. Si me preguntan, es un departamento bastante raro.

Decidí regresar dentro.

Jeremy seguía donde mismo y, al igual que Matt y todos ahí, durmiendo, solo faltaban los hermanos Stefan y Damon pero decidí no darle importancia.

Fui directo a la cocina, necesitaba algo de café para aclarar mi mente la cual no dejaba de repetir lo que sentí al contarle todo a Jeremy, toda esa fuerza.

Tomé una taza de porcelana la cual descansaba en un estante y al instante sentí una respiración en mi hombro izquierdo, decidí voltear pero no había nadie.

-¿________? -Preguntó alguien a mis espaldas.

-¿Si, Damon? -Pregunté algo nerviosa, aún sin voltear.

-¿Podrías pasarme una taza? -Preguntó, al instante tomé una y estiré la mano para entregársela, cuando de repente sentí alguien a un lado mío y, al voltear, vi a Stefan mirándome, recargando todo su peso sobre la barra. Me sobresalté a tal punto que dejé caer la taza, ocasionando que se rompiera en pedazos.

-¡Stefan! -Susurré con gran fuerza, pero no dijo nada.

Al momento corrí al pasillo para ver a cuantos había despertado este gran ruido, pero logré ver a todos en la misma posición que antes, totalmente dormidos. Damon corrió a mi lado después de que mi expresión se tornara preocupada y, al igual que yo, se extrañó al instante.

-No es posible, el ruido debió de haberlos despertado -Susurré y miré a Damon, quien también había cambiado por completo su expresión.

-¿Qué acabas de hacer? -Preguntó con preocupación.

-Nada, yo... -Y volvimos a mirar a la sala, todo seguía en calma, como si nada hubiera pasado.

Todo El Mundo Tiene Derecho A Ser Feliz (Damon Salvatore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora