Bajé la mirada rápidamente con un único pensamiento, "que no sea..."
-Claro señor Salvatore -Respondió Dylan, bastante respetuoso. Éste se sentó a mi lado.
Sin pensarlo más lo miré, esta vez no vestía un traje, llevaba una camisa oscura en forma de V, y unos pantalones de mezclilla.
-¿También estás dispuesto a acosarme aquí? -Pregunté al instante.
Después de un largo suspiro por parte suya decidió hablar.
-Escucha -Y me miró directo a los ojos -Primero, no vengo a acosarte -Decidí romper aquella mirada y dirigirla a Dylan, quien servía una gran cantidad de alcohol en un contenedor de cristal -Está bien -Dijo de repente -Lo siento -decidí ignorarlo.
Al momento, Dylan puso aquel vaso a su disposición. Damon le dio un gran trago en menos de un segundo, dejándolo casi vacío.
-¿Quieres algo _____? -Preguntó Dylan con una gran sonrisa adornando su rostro, yo le sonreí de vuelta.
-Una ensalada, por favor.
-En un segundo -Y se dio vuelta sobre sus tobillos para después encaminarse a la cocina.
Justo en el momento en que desapareció detrás de aquellas grandes puertas, mi celular comenzó a vibrar dentro de mi bolso.
-¿Hola? -Respondí al tenerlo en mis manos.
-Adivina quien esta fuera del hospital y de camino a casa -Y sonreí al vacío.
-¿El mismo que cayó por mis escaleras? -Pregunté en tono de burla.
-Ja Ja -Dijo sarcásticamente -¿Cuándo regresas?
-No lo sé, el ambiente sigue tenso, no puedo prometer nada aún -Dije con cierto tono de pena.
El silencio dominó el otro lado de la línea.
-Puedo esperar -Dijo por fin, algo alivianado.
-Claro -Susurré.
-Oye, tengo que irme. Te extraño -Y colgó.
De repente Dylan apareció con un gran plato de ensalada.
-Yo también -Susurré, sabiendo que aún así no me escucharía.
Devolví mi celular al bolso y, al tener aquel plato a mi disposición, le sonreí a Dylan en gesto de agradecimiento.
-¿Ahora conoces a todos en este pueblo? -Preguntó Damon irónicamente.
-Llegué primero -Y comencé a comer después de aquellas palabras.
-No lo creo... -Susurró Damon, casi inaudible.
Le dio un último trago a aquel vaso con alcohol, puso un billete de 5 dólares a un lado de éste y desapareció de aquel lugar.
Damon P.D.V
Aún después de salir de aquel lugar seguía sintiendo aquella vibra. Aquella que siempre se sentía al estar con alguien sobrenatural, sólo había un detalle, aquella vibra era totalmente diferente a las demás.
Al salir me encontré con Stefan, caminé hacía él.
-¿Ahora me crees? -Preguntó al instante, y comenzamos a caminar.
Guardé silencio por unos segundos.
-¿Qué haremos con ella? -Pregunté.
-¿"Hacer"?
-Sabe de nosotros, y si ella ya sabe, ¿cuántos más saben? -No era seguro que ya hubiera abierto la boca, pero nadie aquí la conocía. No desde que era una niña.
-No la conocemos, no sabemos ni siquiera qué es.
-Tal vez ella tampoco lo sabe -Dijo, para después parar en seco y voltear hacia mi.
-¿Qué? -Dije, haciendo una leve mueca de desesperación, ¿no podíamos matarla y ya?
-Piénsalo. Anoche, al llegar a la casa Gilbert, nunca sentimos nada hasta...
Y por fin entendí que trataba de decir.
-Hasta después del bosque. ¿Crees que algo la atacó?
-Tal vez, pero, ¿y la roca?
¿Qué diablos era aquella chica?
-Está bien -Dije por fin -La vigilaremos más de cerca.
Fin Damon P.D.V
Al terminar aquella ensalada pagué y me despedí de Dylan. Salí del Grill con una gran sonrisa por aquel amigo con el cual había tenido tantos recuerdos que no podría mencionar ni un cuarto de nuestra historia.
Saqué las llaves de mi bolso y entré al instante para dirigirme a la compañía de luz.
^*^*^*^*^*^
Regresé a casa con unas cuantas bolsas de supermercado, después de la compañía de luz decidí ir por algo de comida, ya que honestamente aún no sabía cuanto me quedaría.
Al entrar comencé a poner cada cosa en su lugar hasta acabar, una hora después.
Estaba dispuesta a subir las escaleras e ir a descansar un poco, entonces me di cuenta de algo, no había salido al patio trasero desde que había llegado.
Bajé los pocos escalones subidos anteriormente y me dirigí a la puerta trasera, aquella puerta blanca por donde había salido miles de veces.
Al girar la perilla y abrir, ésta dio un leve rechinido, cortando el pesado silencio por unos instantes.
El aire atacó de repente, comenzaba a oscurecer, y ahí fue cuando recordé.
Cuando tenía ocho años mi madre se prometió a sí misma no decorar más la casa para Navidad ya que mi padre siempre lo arruinaba todo. Días antes de Navidad desechó aquel maravilloso pino, el cual nos acompañó por largos años. Yo, en búsqueda desesperada por tener una buena navidad, tomé unas cuantas cajas de luces y decoré el gran árbol trasero, el cual mi padre no pudo arruinar.
Corrí a enchufar aquellas luces de nuevo, aunque éstas no encendieron.
-Vamos... -Susurré.
Nada.
Comprobé que los cables y conectores estuvieran en su lugar, todo parecía perfecto. Tal vez el único fallo eran todos los años abandonado.
Completamente rendida, di vuelta sobre mis tobillos dispuesta a entrar.
Estaba apenas a unos metros de aquel árbol cuando, de repente y como por arte de magia, mi espalda se iluminó.
Giré rápidamente y, como había imaginado, aquel árbol brillaba.
Sonreí automáticamente.
-Felices fiestas... -Susurré para mi misma.
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Todo El Mundo Tiene Derecho A Ser Feliz (Damon Salvatore)
FanfictionToda mi vida cambió al recibir una llamada, mi mejor amiga de la infancia, Elena Gilbert, había muerto. Debía regresar al lugar donde había tantos recuerdos de tantas personas, de las cuales ninguna seguía con vida.