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Stefan P.D.V

Salí corriendo detrás de ella. No sabia qué acababa de pasar ni por qué, lo único que sabía es que una persona así de extraña no puede correr por un bosque sola.

Después de unos minutos le perdí el rastro, así que decidí usar mi oído vampirico para tratar de escuchar sus pisadas y volverla a seguir. Comencé a escuchar ligeras y lentas pisadas, al igual que pequeños sollozos y una respiración acelerada. Comencé a caminar.

-¿______? -Dije al verla sentada ,aún llorando, sobre un gran tronco. Me acerqué lentamente a ella. De repente miró al cielo y sonrió, cada vez más y más lágrimas cubrían su rostro. 

¿Por qué sonreía? 

La miré detenidamente y al llegar con mi mirada a sus manos, las cuales descansaban en sus piernas, vi que sostenía una roca la cual no dejaba de girar.

-¿Por qué yo? -Dijo en voz baja.

-Escucha, muchas personas tienen cosas que no merecen y otras merecen más de lo que tienen, pero así es la vida, no es tu culpa -Y comencé a caminar cada vez más cerca de ella, hasta quedar a unos centímetros.

De repente ______ se puso de pie y tiró la roca con gran fuerza al piso, para después caminar un tanto rápido de regreso a la casa Gilbert. Di unos cuantos pasos para seguirla.

-Escucha... -Dije para llamar su atención, pero siguió caminando. Pensé en esperar unos segundos para después volver a seguirla, pero un ruido me detuvo. 

Giré la cabeza, no había nadie.

Camine silenciosamente para tratar de localizar el ruido, venía del piso.

Me puse de rodillas al instante y comencé a mover las hojas lentamente y me encontré con la roca de hace unos segundos.

La levanté, había algo extraño en ella. La miré más detenidamente y noté algo de lo más raro, comenzaba a pintarse de un fuerte color rojo. Al instante la guardé en mi bolsillo delantero. ¿Qué diablos estaba pasando?


_____ P.D.V

Sentía gran enojo, tristeza y desilusión dentro de mi, era como un gran remolino de emociones dentro de mi cabeza, el cual no sabía de dónde provenía. Era de lo más raro, de repente sólo apareció.

Seguí caminando rápidamente hasta que escuche una voz, la voz de Stefan.

-¿Qué eres? -Preguntó confundido y algo alterado.

-¿Qué soy? Gran pregunta -Un gran enojo se mostraba en cada una de mis palabras -Ni siquiera sé qué o quién soy. A veces solo quisiera...

Al instante escuché un gran ruido sobre mi cabeza el cual me distrajo, al momento miré hacia arriba, un gran tronco en lo alto de un árbol comenzó a caer directo sobre mi. Me limité a cerrar los ojos y cubrir mi cabeza, simplemente esperando el golpe, uno grande.

Todo El Mundo Tiene Derecho A Ser Feliz (Damon Salvatore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora