Capitulo 32

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Mis ojos estaban cerrados, podía sentir el viento en mi cara. Esto es tan relajante, me abrace más fuerte al cuerpo de Austin con miedo a que mi agarre no fuera tan fuerte y resbalará de la moto, el pareció entenderlo por que puso una de sus manos en las mías, pero eso solo hizo que me pusiera mas nerviosa, ¡como se supone que está manejando la moto con una sola mano! Pude escuchar su risa antes de que retirará su mano de las mías.
Una media hora después pude sentir que la velocidad de la moto bajo, así que abrí los ojos. Oh Dios mío. Una hermosa vista estaba ante mis ojos. Estábamos en una colina en donde se podía ver toda la ciudad de los Ángeles, era increíble esa vista, también pude ver una hermosa cabaña de madera y una mesa con comida en ella. Valla nunca va a dejar de sorprenderme.

Apreté mis manos sobre su pecho y sonreí mientras la moto seguía moviéndose lentamente hasta que llegamos a la puerta de la cabaña, Austin giro un poco la cabeza para mirarme y sonrió.

- Sorpresa -dijo en un susurro a través de casco -

- Es hermoso - respondí y empece a tratar de quietarme el casco, necesitaba respirar el olor del verde pasto, pero fracase, lo único que logre fue enredarlo mas. Austin apago completamente la moto y bajo de ella antes de ponerse enfrente de mi y empezar a desenredar el enorme nudo que hice. Solo podía ver sus ojos, pero sabia que estaba sonriendo, y me sentí un poco tonta por haber hecho ese enorme nudo. ¿Quién no sabe quitarse un casco? Ah si, yo.
Después de un rato por fin pudo sacarlo por mi cabeza, sonreí un poco y vi como él empezó a quitarse el suyo. Cuando por fin pude ver su rostro me ayudo a bajar de la moto tomándome de la cintura y pegándome a su cuerpo hizo que tocara el piso. Una extraña sensación paso por mi cuerpo, pero se fue de mi mente cuando do Austin tomo mi mano y hizo que camináramos hacia la cabaña.

- ¿Quién vive aquí? - pregunte -

- Nadie, esta cabaña es de mi madre, solíamos venir aquí cuando era pequeño - sonrío - me gustaba jugar y girar en el pasto - Llego a mi mente esa imagen y sonreí, me gustaría verlo jugar y girar en el pasto -

- Es hermosa - dije - Gracias por traerme aquí - el me miro y saco unas llaves de su pantalón, busco entre ellas y cuando encontró la indicada abrió la puerta. Hizo que yo pasara primero y el lo hizo justo detrás de mi. Dios, es mucho mas hermosa por adentro, todo es de madera pero a la ves es tan moderno y elegante, empece a caminar en ella, lo primero que pude ver fue la cocina, tenía una barra justo en medio y enormes taburetes de madera, era... Preciosa.
Seguí caminando hasta llegar a la sala, tenía enormes cojines y una chimenea, también había una enorme television, claro no podía faltar. Y en medio había una pequeña mesa, tal ves podríamos jugar algún juego de mesa ahí. Sonreí.

- ¿Te gusta? - dijo detrás de mi, sabia que no había dejado de seguirme desde que entramos en la cabaña y miraba cada expresión de mi rostro -

- Mucho - fue lo único que pude decir, pero un pensamiento llego a mi mente haciendo que la sonrisa se borrara de mi cara - ¿A cuantas mas has traído aquí? - pregunte sin pensar, el me miro confundido -

- ¿De qué hablas?

- Si ¿A cuantas mas has traído aquí? - repetí, una parte de mi quería saber la respuesta, pero otra no quería, pude sentir que Austin se movía a mis espaldas y en un segundo ya estaba detrás de mi, paso sus manos por mis hombros y recargo su barbilla en uno de ellos -

- No voy a responder esa pregunta- dijo y yo sentí que mi cara empezaba a arder, eso significa que ya ha traído a alguien mas ¿no? Me aleje de el sin pensarlo
¿cómo se atreve a traerme al lugar en donde también han estado sus demás conquistas? Me quede parada en ningún lugar fijo, estaba asimilando su respuesta, sentí que empezaba a acercase a mi así que me gire y lo enfrente.

Polos opuestos (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora