Viajando al pasado [ Historia Finalizada ]

12

-Wei Wuxian!!!!!

El grito de Jiang Cheng hizo que Wei Wuxian sintiera un nudo en su garganta, y observo esos ojos violetas que lo miraban con odio y desprecio. En la mano izquierda del líder Jiang se escontraba ese látigo.. zidian..

-Donde ocultaste a esos perros Wen?!! Wei Wuxian responde!- Nie Mingjue tenía su sable en mano listo para atacar.

Wei Wuxian no respondió y solo sonrió suavemente, esa sonrisa que les dio por última vez a los juniors antes de que estos volvieran al futuro. Jiang Cheng tembló un poco ante esa sonrisa suave, pero se recompuso y se lanzó hacia el patriarca yiling que lo esperaba.

Claro que ambos empezaron a luchar de a mano limpia, quien obviamente Jiang Cheng llevaba la ventaja, pero Wuxian no se dejaba intimidar.

-Que respondas Wei Wuxian!!! Donde pusiste a esos malditos Wen?! Acaso los ocultaste?!- el líder Nie le reclamaba lanzadose hacia el con su sable.

Wei Wuxian no podía seguir esquivando los ataques de ambos líderes y solo se alejo de ellos a una distancia prudente. Ya no era tan bueno como antes, pero el era bueno asiendo que los cadáveres se levantaran (y bailarán un cumbion bien loko).

Los demás discípulos y los tres líderes Jin, Nie, Jiang y otros líderes de sectas más pequeñas estuvieran ahí para tomar las cabezas de los Wen y de el temible Patriarca Yiling, Wei Wuxian saco su flauta y empezó a levantar los cadáveres que estaban alrededor de todo Yiling. Cuando el sonido escalofriante de la flauta empezó a sonar miles y miles de cadáveres empezaron a rodear los discípulos. El cielo se oscureció y ahí empezo la batalla que los enemigos estaban esperando.

Claro que para los discípulos era difícil acabar con todos al mismo tiempo, ya que no dejaban de abalanzarse como las olas que golpeaban las rocas. Apesar de que los líderes querían llegar hasta Wuxian los cadáveres no los dejaban, más bien hasta se agrupaban para que estos no lo tocaran y que ni siquiera llegarán hasta cuatro metros de distancia. La batalla era bastante dura, siendo muy difícil para los enemigos acabar con esa gran cantidad de cadáveres. Hubiendo dos personas que estaban muy enojadas por esto.

Jin Guanyao y Jin Guanshan observaban con desagradó como el Patriarca Yiling manipulaba muy bien a los muertos vivientes que mataban a los discípulos sin piedad alguna. Apesar de los insultos al Patriarca este ni siquiera se inmutaba, los ignoraba y se divertía al escuchar los huesos romperse y pedirle piedad. Aunque en una parte muy profunda de el, le pedía que se detuviera. Que no siguiera, pero el quería desquitarse de todas las desgracias que les había pasado a ellos (Wen y el mismo Wei Wuxian). Siendo los culpables todos los que estaban en este lugar.

Apesar de todo el todavía sentía una pequeña esperanza de que estos se detuvieran y pidieran hablar, eso no sucedería y no importaría cuanto lo deseara. Solo quería la libertad para su familia y aunque toda su vida quede estancada en la oscuridad del infierno el podría irse satisfecho de lo que había hecho. Los gritos llenaban sus oídos como una hermosa melodía que el siempre quiso escuchar todo esté tiempo.

Pero todos los movimientos de los discípulos y líderes de clanes quedaron en nada al escuchar una risa tan escandalosa, fuerte y maniática que salía de la boca de Wei Wuxian, esa risa había hecho que los bellos de todos los presentes se erizaran al escuchar algo tan macabro. La risa de Wei Wuxian podía escucharse claramente por todos los tumultos funerarios, el líder Nie, Jiang y Jin por un momento sintieron el miedo, al escuchar esa risa. Parecía estar burlándose de su inutilidad al tratar de matar a los cadáveres.

Jiang Cheng fue el primero en hacer el movimiento de tratar de acercarse a Wei Wuxian con espada en mano, listo para matarlo pero algo que no contó es que Wei Ying ya había predecido ese movimiento y ya lo esperaba. Cuando esté logro atravesar los cadáveres listo para apuñalarlo lo que recibió fue un rodillazo en su estómago que lo mando a volar varios metros, eso fue lo que sorprendió a los demás ya que no pensaban que el patriarca tuviera esa fuerza.