Shadow Hashira [Rengoku Kyojuro x oc]

#11: Atardecer

Algo no andaba bien.

Para empezar, lágrimas recorrían su rostro al apenas despertar, una pesadez increíble no la dejaba levantarse del futón y la tristeza profunda era palpable.

Ilógico puesto que su humor se mantuvo intacto después del día anterior, hoy esperaba la salida del sol con ansias, apenas pudiendo sentarse admiró cómo la luz inundaba la habitación, los cálidos rayos deslumbrantes tras las montañas se veían magestuosos pero las lágrimas no cesaban.

Prefirió no pensar en algo malo, tal vez había tenido una pesadilla, quizá fue un sueño demasiado bueno, no lo sabía debido a la falta de memoria matutina. Pero aún así, con toda esa pesadez se preparó para iniciar con su rutina atareada en la finca mariposa.

Primero: regar las flores, ella podría no comer en todo el día pero las flores eran prioridad. Segundo: preparar el desayuno. Por lo general Aoi se encontraba en la cocina muchísimo antes de que ella abriera los ojos, esta vez se dio el lujo de tararear al cortar vegetales y remover las sopas. Su número tres ya no tenía sentido puesto que los tres cazadores ya estaban recuperados y en misión, ante el ajetreo de sus emociones al despertar no recordó ese pequeño detalle. Hoy podría aceptar a Kyojuro en su corazón.

Con forme el día avanzaba la curiosidad iba de la mano, ya había acabado con todas sus tareas y los cazadores aún no llegaban, sólo esperaba que nada malo hubiera ocurrido.

De pronto, como si fuera una invocación, Tanjiro entra al patio, siendo auxiliado por sus fieles compañeros. Este se notaba herido y la mancha de sangre en su abdomen lo confirmaba. Rápidamente corrió a socorrerlos pero en cuanto la vieron los tres comenzaron a lagrimear.

—K-kyomi-san... —empezó con voz rota y fue todo lo que pudo decir antes de derrumbarse en llanto, ella no sabía a qué se debía ese exagerado desconsuelo.

—Esta bien, Tanjiro-kun, curaremos esas heridas pronto, vayamos adentro —trata de tranquilizar, sin embargo los tres siguen abatidos, comenzaba a cuestionarse qué había sucedido en aquella misión.

Dentro de la gran habitación se aseguró de curar todos los malestares de los menores, su preocupación fue en aumento pues Kyojuro no había llegado con ellos pero le daba miedo siquiera mencionarlo.

Tanjiro les pidió de favor a sus amigos un momento a solas con la chica que muy confundida tomaba asiento frente a él.

—Tengo algo que darle Hikatokage-san... —de debajo de su característico haori a cuadros saca una cajita, como si la hubiera transportado bajo su brazo todo el camino— Rengoku-san... me pidió que le entregará esto junto a unas palabras...

Kyomi toma la caja un tanto cohibida ¿Qué tramaba Kyojuro como para ser tan dramático en darle un presente?

—Él quería que supiera que hasta el último respiro pensó en usted y que está muy feliz de ser aceptado... —las palabras salían de su boca casi en sollozos. Kyomi queda en blanco con la mirada perdida— él dijo que no estará decepcionado si decide seguir su vida con otra persona...

A partir de ese momento la voz de Tanjiro se escucha como eco en la cabeza de Kyomi, voltea a ver la caja entre sus manos, tiene una pequeña mancha rojiza cerca de la esquina y se nota sucia, eso no importa, lo relevante es el deslumbrante regalo dentro, un accesorio para el cabello, de los que se utilizan sólo en ocasiones especiales. Era púrpura y tenía cierto parecido a las flores de glicinas, eso le recuerda a su primera conversación en el campo de flores, lo tan ameno que se veía bajo toda esa luz, opacando totalmente a las flores.