#17: Akaza

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Escuchar que su entrenamiento sería apartado de los demás le causó un poco de tristeza, tenía curiosidad sobre el desempeño de sus compañeros, y secretamente ella quería estar ahí para golpear a todo aquel que se atreviera a mirar mal a Kyojuro.

En cambio, Kagaya se tomó la molestia de guiarla por un sendero entre el campo de glicinas, la luz del día le recordaba a cuando Rengoku la llevó ahí para hablar de su aliento.

¡Su aliento!

Lo había olvidado por completo.

Ubuyashiki detuvo sus pasos frente a una pequeña cabaña, estaba deshabitada pero bien cuidada.

—Debajo del tatami central se encuentran los libros educativos de todos los pilares retirados—informa sereno, Kyomi no lo entiende hasta que conecta ideas— ahí dentro está el aprendizaje que Hikatokage Kenji le dejó como último recurso a su hija si esta decidía seguir su camino de cazadora.

A Kyomi se le aguadan los ojos con sólo escuchar el nombre de su padre.

—Mis niños estuvieron buscando a los herederos de los alientos de sombra y resplandor, ninguno fue encontrado con vida —menciona suspirando— estos libros son ahora lo único que nos queda de esperanza... Eres nuestra fé.

Kagaya toma sus manos, confiandole no sólo su vida sino la de todos.

Y ella no iba a decepcionarlo.

Para evitar los ojos curiosos y a los demonios espías, el entrenamiento fue dirigido por el líder, este apenas y podía hacer que su voz saliera

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Para evitar los ojos curiosos y a los demonios espías, el entrenamiento fue dirigido por el líder, este apenas y podía hacer que su voz saliera.

Amane, la hermosa esposa de Kagaya, se encargó de leer y guiar sus posturas, siendo firme el cuánto a los errores y justa con la calistenia.

La primera postura había sido dominada tiempo atrás, la segunda le tomó un poco más de esfuerzo pues su cuerpo requería flexibilidad para arquear la espalda a tal punto que pudiera tocar sus rodillas con la frente.

La tercera postura, un infierno seguro. Consistía en tomar ventaja corriendo para de un tajo cortar cualquier material resistente, la magia del aliento la hacía resistir los ardientes destellos de luz que en ocasiones le causaron quemaduras. Pero era rotundamente difícil respirar, debía correr, saltar y forzar la nichirin; todo en un segundo.

Pero, como decía su padre "todo es difícil, más no imposible con perseverancia y entusiasmo"

Trató y trató hasta que por fin pudo cortar aquel fuerte pedazo de metal frente a ella.

La cuarta postura parecía querer matarla a ella y no a los demonios. Comenzando con el compromiso que debía tener, "una buena razón causa buenos resultados". En el libro se redactaba la postura la pie de la letra, tenía que impulsar todo su peso en el ataque y girar para así crear un efecto remolino. Sus piernas parecían querer quebrarse y más de una vez su uniforme fue rasgado por su propia velocidad.

Shadow Hashira [Rengoku Kyojuro x oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora