Aunque lo que debía hacer era ir inmediatamente con Ubuyashiki e informarle sobre su descubrimiento, en vez de eso, sus pasos fueron veloces hasta toparse la entrada de su casa, emocionada se dirige a la tumba de su padre, lista para pasar lo que resta del día hablando hacia el cielo.
—Mis compañeros son muy amables, hice dos amigas y... hay un chico que... — se detiene un momento, pensando en si realmente iba a comentarle a su padre sobre aquel pilar que la hacía confundir— él es... interesante, y si estuvieras aquí sé que estarías sonriendo porque por fin pude entablar unas cuantas palabras con un hombre que no eres tú... ¡Pero eso no significa que me guste, Hikatokage Kenji ni se te ocurra pensarlo! —regaña risueña, riendo en silencio tal vez extrañándolo demasiado— debo irme, ya casi anochece, descansa padre.
Cuando termina se despide amorosa, prometiendo volver en unos cuantos días y mientras se retira unos pasos urgentes llaman su atención, rápidamente sube al filo del muro que separa su propiedad del basto bosque, dando vuelta en la esquina se encuentra un hombre y lo reconoce como el mensajero, con intensiones de perseguirlo adopta la respiración de concentración continua, lista para seguirlo sino fuera porque lo pierde de vista al doblar en un callejón, el hombre desaparece en un segundo pero puede olfatear el olor putrefacto a demonio en el callejón, un olor del que nunca podría borrar de su memoria. Kibutsuji Muzan había estado presente.
Asustada corre hacia la sede donde la primera persona con la que se cruza es Shinobu Kochou, ni siquiera lo piensa cuando se lanza a sus brazos, ella la sostiene asombrada.
—¿Kyomi-san, ocurre algo?
—M-muzan... estuvo cerca de mi casa— eso fue suficiente para alterar a la pilar, que abraza fuerte a la mayor tratando de tranquilizarla.
—Vayamos con Oyakata-sama y nos explicas cómo sucedió, ¿si? —propone suave
En la puerta de la casa se haya un pequeño niño, de ropajes pulcros y apariencia divina, era como ver un mini Ubuyashiki meditando, apenas siente sus presencias este se pone de pie bloqueando la entrada.
—Oyakata-sama está indispuesto en este momento —habla tranquilo, realmente se parecía a su padre.
—Kiriya-kun, esto es importante —insiste Kochou— se trata sobre Kibutsuji...
Apenas el nombre es mencionado el niño se aparta de la puerta, advirtiendo antes que el patrón estaba descansando.
Shinobu empuja la puerta corrediza despacio, dentro se encuentra la escena de Kagaya Amane colocando un paño húmedo sobre el rostro del pelinegro, éste suspira sabiendo que el problema era lo suficientemente grande como para requerirlo con urgencia.
—Kibutsuji Muzan está persiguiendo a Hikatokage-san —es lo primero que informa la pilar insecto, sosteniendo la mano de la mencionada a modo de apoyo.
Kyomi mantiene la cabeza baja en respeto hacia el patrón, el entrar a los aposentos de su familia era ya en sí una falta de respeto enorme, su padre siempre le recordaba que ante todo debía pedir permiso antes. Aún más si se trataba de una figura de autoridad como Kagaya Ubuyashiki.
—Muzan está tras la única persona que puede acabarlo... —el pelinegro toma asiento en su futón, pensando en alguna forma de poner a salvo a la chica y al mismo tiempo utilizar esa ventaja— Hikatokage-san, quédate en la sede un tiempo.
Kyomi no hace más que asentir, no tenía motivos para negarse y sinceramente, tampoco valor.
El temor de ser perseguida por un demonio ya era malo, pero el ser observada y aún más, que quisieran exterminarla era lo suficientemente abrumador como para aceptar cualquier cosa, protección y apoyo era lo que más necesitaba en ese momento y afortunadamente Kagaya lo sabía. Él extiende los brazos en su dirección y ella no puede reprimir el sollozo que escapa de sus labios. Kagaya Ubuyashiki se había vuelto su figura paterna.
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Shadow Hashira [Rengoku Kyojuro x oc]
FanficLos demonios son cada vez más fuertes y Muzan Kibutsuji esta lejos de ser atrapado, por eso, Oyakata-sama esta en busca de un nuevo pilar, alguien fuerte y responsable, de corazón noble e imperturbable. Hikatokage Kyomi, una cazadora que apenas supe...