TWENTY SEVEN

2K 218 257
                                    

“No es normal lo que estoy sintiendo, conozco los caprichos y los sentimientos pasajeros, no temo enamorarme, pero presiento que te amaré como a nadie y eso me tiene temblando”.

“No es normal lo que estoy sintiendo, conozco los caprichos y los sentimientos pasajeros, no temo enamorarme, pero presiento que te amaré como a nadie y eso me tiene temblando”

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

27.

Después del terrible fracaso de Deidara al intentar llamar por teléfono al Uchiha, iba regresando bastante desanimado a la habitación, mañana iba a ser otro día y no podía ponerse mal por eso, después de todo parece que el azabache la estaba pasando muy bien con Pain.

— Anocheció muy rápido. — habló consigo mismo el rubio. — Me daré una ducha, haré la tarea y dormiré temprano.

Al pararse frente a la puerta de aquella habitación se percató que ya estaba abierta, frunció el entrecejo.

« ¿Obito? » Fue lo primero que pasó por su mente, él es el único que podría estar dentro.
Suspiró pesado y colocó un mechón de cabello detrás de su oreja, abrió con cuidado la puerta.

Y, efectivamente, Obito estaba sentado en el pequeño escritorio que tienen ambos. Deidara tragó saliva y cerró la puerta.

— ¿Obito? Creí que ya no regresarías. — Mencionó el ojiazul de una forma burlesca, mientras se sentaba en la cama.

El azabache fingió no haberlo visto y continúo con su trabajo en el ordenador.

— ¿Me vas a ignorar, hmm? — preguntó nuevamente burlándose.

Obito suspiró y rodó levemente los ojos, y recargó su brazo en la silla volteando hacia Deidara.

— ¿Cuándo hablaremos seriamente? — preguntó un poco molesto.

El ojiazul desvío la mirada y se levantó de la cama, soltando lentamente su mochila.

— Me pregunto lo mismo. — Contestó y empujó la silla del pelinegro para atrás, tratando de acorralarlo y acercó su rostro al de Obito. — Eres tú quien empezó a ser grosero, hm.

— Entonces hablemos ahora. — Ordenó el pelinegro con el entrecejo fruncido.

— Claro, ¿Puedo sentarme en tus piernas mientras “dialogamos”? — Interrogó el rubio con una sonrisa ladina.

« ¿Éste hombre no se cansa? » Pensó el Uchiha molesto.

El azabache intentó levantarse de la silla, pero el Kamiruzu lo volvió a sentar.

— ¿A dónde vas? ¿No querías que habláramos? — Dijo el rubio jalando al Uchiha del cuello de su camisa.

— ¡Basta, Deidara! — regañó Obito molesto, tomando al ojiazul con brusquedad. — No lo arreglaré así ésta vez.

— Ya entiendo, Pain te lavó el cerebro. — Comentó y comenzó a reír. — ¿Es eso, no?

El pelinegro se levantó furioso de la silla y azotó a Deidara contra la pared.

— ¿Por qué tienes que meter a Pain en todo? — preguntó el azabache enojado.

— Si piensas discutir mejor hagámoslo en la cama, hmm.

— Estoy harto de que cada vez que tengas un mal día recurras a mí para desahogarte, después me ignoras frente a tus amigos y te burlas de mí cada que intento acercarme a ti. — Habló molesto el Uchiha, apretando la muñeca del Kamiruzu. — Trato de estar bien contigo pero de pronto llegas e insultas a mis amigos, me tratas mal y cuando estoy esperando una disculpa, vienes a mí para preguntar si quiero follar contigo, y como soy un complemento imbécil no puedo decirte que no. 

— ¿Ésta es tu manera de hablar? — preguntó molesto el rubio.

— Cambias radicalmente de un día para otro porque ya tienes novio, te alejas sin dar una explicación y te excusas diciendo que no me tiene que importar, aún sabiendo que me siento mal por ti, te encuentro en todos lados y solo estás ahí para joderme porque sabes perfectamente que no soy capaz de decirte o hacerte algo porque soy un idiota...

— Bésame. — Dijo Deidara mirando a los ojos al azabache.

Los labios de Obito comenzaron a temblar, bajó la cabeza, le dolía tanto el pecho que no quería continuar con su patético discurso.

— No pienso besar a un tipo que no sabe lo que quiere. — Contestó bastante serio Obito, aguantando las ganas de llorar.

El Kamiruzu frunció el ceño y desesperadamente intentó soltarse del agarre del pelinegro.

— ¡Suéltame y jódete entonces!

— Incluso aún después de haber corrido a mi amigo Pain y darme una cachetada, vine para arreglar las cosas, lo único que te importa es sentirte bien... — Murmuró Obito. — ¡¿POR QUÉ NO PUEDES PENSAR UN POCO EN MÍ, DEIDARA?! Solo te interesa tu bienestar, ¿Alguna vez te he importado, tan siquiera un poco? Dímelo...

Los ojos del rubio comenzaron a cristalizarse, las lágrimas caían y caían, Deidera apretó sus labios.

— Estuve pensando tanto en ti que me había olvidado de mí, aún cuando tú me evitabas estando fuera de ésta habitación, aún cuando te vi con Sasori quise pensar que mi felicidad no importaba si tenía la tuya, que estúpido soy, ¿Verdad?

Obito soltó a Deidara, pero éste se quedó parado allí todavía.

— Solo quería sentir por una vez en la vida que me querías, que te preocupara lo todo lo que podía pasarme... No sé porque estoy diciendo estás estupideces, si ni siquiera te importa. ¿Qué piensa hacer ahora, señorito Deidara? — preguntó el Uchiha. — ¿Está pensando buscar a alguien que lo complazca más que yo? Porque yo comienzo a ser una molestia...

El rubio limpió sus mejillas y respiró profundo, todas estas palabras lo estaban lastimando.

Sabía perfectamente lo mucho que podría afectar a Obito, y nunca se detuvo, realmente estaba mal por todo esto, incluso hoy antes de llegar a casa solo podía pensar en Tobi, miles de maneras para solucionar sus problemas pero nuevamente arruinó todo.

No podía siquiera hablar bien, las palabras no salían.

— “¿Me vas a ignorar?” — preguntó Obito.

El ojiazul salió corriendo del dormitorio, quería ir a cualquier lado pero no soportaba estar un minuto más allí, todo lo que le había dicho el Uchiha lo había puesto más que triste, la culpa de todo era él y lo único que podía hacer era llorar y llorar.

— Deidara... — Susurró apunto del llanto.

Finalmente había explotado, había sacado todo lo que sentía y pensaba, había herido a su rubio querido.
Ambos se preguntaban que iba a pasar después de esto, era obvio que nada iba a ser igual pero era un problema más grande aún.

Ya era muy noche para salir así como así a la calle, no pensó con claridad los peligros que hay afuera.

Obito, preocupado, salió corriendo también buscando al Kamiruzu...

Más que pasión - [T/ObiDei] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora