Capítulo 9. Respirando con calma.

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Se despierta y encuentra el otro lado de su cama vacío, se sienta rápidamente asustado y comienza a llamar a su pareja.
—¿Zhan? ¡¿Zhan donde estás?!.
—Aqui estoy mi amor. –Dice entrando a la habitación mientras sostiene entre sus manos una bandeja con el desayuno. –Estaba preparando el desayuno, ¿tuviste una pesadilla?.
—Por un momento creí que te habías ido y me habías abandonado otra vez.
—No digas eso mi amor, ya te dije que no volveré a dejarte.
Zhen entra trotando a la habitación y llega junto a la cama sosteniendo un pan.
—¡Papi! ¡Papi!. –Tiende sus manos para que lo cargue y lo suba a la cama.
—Aiya... Ven aquí bebé. –Lo sostiene entre sus brazos y lo sube a la cama para sentarlo a un lado suyo. – Ay... que pesado estas mi cielo.
—¡Papi...!. –Tiende sus brazos para que Yibo lo abracé.
—¿Qué pasó mi amor? ¿Ya desayunaste?. –Le da un breve abrazo y acaricia su cabello.
—Mnhm... –Asiente.
—Entonces supongo que sólo quedo yo.
—Anda come o se te va a enfriar el desayuno amor.
Yibo comienza a comer su desayuno hasta que...
—Papi ¿Qué es esto?. –Señala las marcas de besos que Zhan le hizo en el cuello y en el pecho y Yibo casi se ahoga con la comida.
Toma un sorbo a su vaso con jugo y es Zhan quien le contesta a su hijo.
—Son marcas de amor, bebé.
—¿Marca de amor?.
—Si cariño, tu papi Zhan se las hizo a tu mami Yibo porque la adora y la ama mucho.
—Ohhh...
—Zhan no le digas esas cosas.
—¿Qué tiene de malo?, además nuestro bebé ya debe haber visto que sus papis se aman mucho.
—Aún así, no está en edad de saber ese tipo de cosas.
—Mmm que aburrido eres. –Hace un puchero y ve a su hijo que se mira a si mismo y a Yibo simultáneamente.– ¿Qué pasa mi amor?.
—Mami tiene muchas marcas, ¿porqué yo no tengo ni una? ¿no me quieres?. –le dice con su voz pequeña e infantil.
—Claro que si mi amor, te amo muchísimo es sólo que a ti no puedo hacerte muchas por que tu eres pequeño y no puedo hacerte tantas por que te dolería.
—¿Me va a doler?.
—Solo poquito.
—Quiero una aquí. –Señala un punto en su brazo y Zhan se acerca para darle un beso grande.
—Claro que si mi amor. –Le deja una pequeña marca.
—Y aquí. –Se señala el cuello para que su padre le haga otra y este obedece.
—¿Satisfecho?. –Zhen asiente con una sonrisa y Zhan le pellizca las mejillas suavemente.
—¡Ay te adoro cosita!.
Yibo lo observa con ojos de ternura y se siente muy feliz de que por fin este a su lado.

Después del desayuno Yibo toma una ducha para quitarse el sudor y otros fluidos corporales dejados durante la noche anterior.
Mientras se está bañando, Zhan entra y lo observa lavandose el cabello.
—¿Necesitas ayuda?.
—No, estoy bien.
—¿Seguro? ¿No te sientes muy adolorido?.
—Estoy bien amor.
—¿Porqué mejor no usaste la bañera?.
—Estoy bien asi, no te preocupes.
—Bueno, entonces iré a ver a Zhen y luego regresó para ayudarte.
—Espera.
—¿Qué sucede?. –Yibo cierra la llave del agua y se acerca a él.
—Ya termine.
—¿Tan pronto?. –Yibo asiente. –Bien entonces te ayudaré a cambiarte. –Le coloca la Bata de baño y le sostiene la mano hasta llegar a la cama, busca un cambio de ropa completo en el armario y lo ayuda a cambiarse, una vez que lo hace lo sostiene entre sus brazos y lo lleva hasta la sala. –Listo, ahora voy a comenzar a preparar la comida.
—Zhan no es necesario, podemos pedir algo de comida luego, por favor siéntate. –Le indica que se siente a un lado suyo en el sofá y Zhan suspira y le hace caso. Luego ve a su hijo durmiendo recostado en la alfombra sobre unas almohadas en medio de sus peluches.
—No creí que se fuera a dormir.
—Es la hora de su siesta así que es mejor no molestarlo para que duerma cómodo un rato.
—Entonces... tú y yo... ¿podemos hacer cositas?.
—Talvez.
—¿Talvez?.
—Gege no quiero que se despierte y escuche todo.
—Comprendo, pero podemos ir a la habitación y no hacer ruido.
—O mirar la tv un rato y pedir algo para comer.
—Didi aveces eres muy aburrido. –Frunce el ceño en señal de reproche y hace un puchero.
—Esta bien hagámoslo pero no lo hagas tan duro o voy a terminar gritando y despertando a Zhen.
—¿Cuándo lo he hecho tan duro como para hacerte gritar, si con hacerlo normalmente gimes demasiado?. – Yibo le da un golpe en el brazo
—Sin vergüenza, deja de recordarme esas cosas.
—Tu empezaste.
—Papi... –Se mueve y frota sus párpados somnoliento. Yibo se levanta y se acerca para cubrirlo con la manta.
—¿Qué sucede mi amor? ¿Tienes hambre?.
—¿Dondé está papi Zhan?.
—Aqui estoy cariño, ¿Qué pasa?. –Se acerca y se posiciona a un lado suyo. –¿Tuviste una pesadilla?.
—Mmm no, tengo sueño.
—Entonces duerme bebé, papi y mami están contigo, no va a pasar nada malo.
—¿Y si viene un mostro?.
—Un monstruo mi amor, no te preocupes por eso, yo voy a agarrarlo a golpes y hacer que se vaya por donde vino para que no te moleste ni te lastime.
—¿Y si tiene bebés mostró?.
—Bueno pues entonces le pediré que se vaya y le daré unas galletas para sus bebés.
—¿De fresa?.
—Si, de las que haya en la alacena.
—Bueno pero no lo lastimes.
—Esta bien, tú descansa mi amor, tu papá te cuida de los monstruos .
—Si. –Se acomoda bien sobre las almohadas grandes y abraza su peluche favorito mientras su padre lo cubre con una cobijita.
—Dulces sueños bebé. –Le da un beso en la frente y voltea a ver a Yibo que lo observa con amor. –¿Sucede algo? ¿me veo muy encantador hoy?.
—Demasiado. –Se acerca y lo besa en los labios. –Te amo.
—Y yo a ti.
Lo sujeta de la cintura pegándole a su cuerpo y con una de sus manos sostiene su cara mientras que poco a poco se acuestan en el piso sobre la alfombra sin dejar de besarse, Zhan frota su intimidad con la de Yibo sujetando su cintura ocasionando gemidos ahogados por parte de Yibo que no separa sus labios de los de Zhan. Sin despegar sus labios de los contrarios, Yibo envuelve sus brazos alrededor del cuello de Zhan mientras este continua enredando sus lenguas en una lenta y sensual danza sin notar que alguien los mira de cerca; no hasta que...
Zhan se detiene y mira a un costado para encontrar a su hijo observarles con detenimiento.
—¿No ibas a dormir ya?.
El pequeño sigue mirando con detenimiento sin pestañear hasta que se fija en la mirada sombría de su padre y se cubre con la manta hasta la cabeza fingiendo no estar ahí.
—Asi está mejor. No mires hasta que yo diga, ¿ok?. –El niño asiente bajo las sábanas y él continua besando a su pareja comenzando a tocarlo bajo la ropa.
—Umm... no Zhan, para.
—¿Porqué?.
—No podemos hacer eso aquí y menos junto al niño.
—¿Quien dijo que íbamos a hacerlo? Sólo estaba besándote. –Dice en un tono coqueto.
—Eso ni tu te lo crees, sin vergüenza, haste a un lado. –Le dice avergonzado y lo aparta para sentarse y acomodarse la ropa.– Casi caigo en tus redes, vil tramposo.
—Jajaja yo no he hecho nada, tu fuiste quien me correspondío, yo solamente seguí.
—Eres un pervertido.
—Lo soy pero solamente contigo bebé.
Yibo se sonroja y se va al baño a lavarse la cara para no tener que continuar excitandose por culpa de Zhan.

Protegiendo la luz en la Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora