Capítulo 14. Encerrado.

148 38 18
                                    

¿Me tarde mucho está vez verdad? Lo siento pero de verdad que he tenido muchos problemas con mi celular y la app pero ya estoy de regreso. 😊
*******************

Los días pasan y la tensión pronto comienza a crecer. 
Yibo no soporta seguir encerrado y hace todo lo posible por hacérselo saber a Zhan, su ansiedad aumenta y hay momentos en los que no lo puede dormir, comer , ni consentrarse en algo, pierde los estribos fácilmente y Zhan hace oídos sordos a su actitud sin tomarlo en cuenta pasando por alto todos y cada uno de sus berrinches y arrebatos emocionales.

—Me iré a trabajar, por favor cuida bien de Zhen ahora que no está mi hermana para ayudarte.
—No soy estúpido, se cuidar a mi hijo por mi propia cuenta.
—No lo dije para que te enojes, solo lo digo por...
—¡Es por qué crees que yo soy un inútil que no sabe cuidarse ni darse cuenta de las cosas, por eso ahora no me dejas salir ni a la esquina maldito traidor!.
—Yibo ya hemos hablado de esto muchas veces, te agradecería mucho que me dejes de llamar traidor sin razón.
—Es lo que eres, ¡un maldito loco traidor!.
—Tu eres quién se comporta como un demente.  –Toma una mochila y se dirige a la puerta.–
En fin, no me esperes hasta tarde por que no creo llegar hoy.
—Por mi no vuelvas nunca.
—¿Sabés? Me encantaría ver qué haces aquí tu solo si no llego.
—Seria muy feliz si no te vuelvo a ver.
—Ya veremos, me voy y espero que no les falte comida.
Cierra la puerta y se va.  Apenas Yibo lo mira irse y corre al sótano para buscar una pala o algo lo suficientemente fuerte para romper el vidrio de la puerta trasera que está asegurada con llave. Sin embargo hay algo que el no tiene en cuenta y eso es; el sistema de seguridad.
Yibo comienza a golpear la puerta para romper el cristal y al hacerlo el sistema deja caer una cortina de metal impidiendole la salida.
—¡NO, NO, NO! ¡NO PUEDE SER! ¡¡AGH NO!! –Grita con desperacion. –¡MALDITA SEA!. –Tira las cosas y se pone a llorar de rabia y frustración, su pequeño hijo se acerca con cautela y le da un abrazo.
—Mami, no llores.

=== Tres días después. ===

—Si ya pasaron tres días y aún no ha vuelto significa entonces que planea dejarme aquí encerrado y ver cómo me las arreglo por mi cuenta, por eso dijo eso de que a ver si me alcanza la comida. Este maldito planea burlarse de mí pero no va a poder, ya tomé nota de todo lo que hay y voy a ahorrar lo más que pueda en comida y despensa así no tendré problemas.

=== Dos semanas después===

He estado comiendo solo dos veces al día para ahorrar algo de comida pero aún así no creo que alcance mucho más de 15 días.

Con suerte, lo que hay de despensa solo me va a alcanzar para otra semana o máximo 10 días , voy a tener que comer solo una vez al día y ya no podré darme el lujo de gastar mucho papel higiénico.  Zhen ha estado preguntando todos los días por su padre y hay momentos en los que se enoja y me culpa de que no esté.

—Mami ¿Ya no hay galleta de coco?.
—No bebé, ya no hay.  Solo nos quedan unas pocas de chispas de chocolate, dentro de poco ya no quedará nada.
—Ve a la tienda.
—Amor no puedo, tu sabes que no podemos salir.
—¿Dónde está papi?.
—No se mi amor.
—¿No va venir hoy?.
—No lo sé cariño y por favor ya ve a tu cama a dormir, yo voy a terminar de lavar los platos.
Mhm... –Se va corriendo y sosteniendo su peluche.

Suspiro y miro hacia la ventana, parece que va a comenzar a llover, creo que habrá una tormenta. Termino lo que estaba haciendo, apagó las luces y me dirijo a la habitación de Zhen para arroparlo y dormir.
—Mami hay truenos.
—Si mi amor, hay truenos y relámpagos, vamos a dormirnos pronto para que no nos asusten.
—¡Pero ya vienen!.
—Si ya vienen, se escuchan a lo lejos pero por eso hay que dormir luego y...  –se va la luz.
—¡Ahh! ¡Mami!.– Lo abraza temblando de miedo y aunque Yibo también tiene miedo por que le teme a la oscuridad y los truenos debe hacerse el fuerte y permanecer tranquilo para no asustarse más.
—Tranquilo mi amor, no pasa nada, yo estoy contigo no te asustes.
—Quiero a Papi.
—No te preocupes mi amor, voy a buscar una linterna, espera un poco bebé. –Busca a tientas en los cajones de la cómoda que está a un lado y saca rápido una linterna. –Ya está mi amor, ya está, no pasa nada mira ya tenemos algo de luz.
—Pero mami hay mostros (mounstros).
—No te preocupes corazón, ellos... ellos no están por qué también le tienen miedo a los truenos .
—¿Y los fantasmas?.
Un escalofríos recorre su espalda y no puede evitar abrazar más a su hijo.
—Mami quiero a Papi, él puede espantar a los mounstros. Quiero que vuelva.
—Si yo también. –escuchan los truenos cada vez más cerca y el pequeño no puede evitar asustarse.
—Mami...
—Ya mi amor, yo estoy contigo no te asustes. Tengo una idea, mira por que no te quedas aquí un momento en lo que yo busco unas velas y...
—¡No quiero! ¡Tengo miedo!.
—Bueno entonces vamos los dos juntos, ¿Si?.
Zhen asiente y lo lleva cargando hasta que llegan a la cocina, Yibo deja a su hijo sentado sobre la mesa en lo que el busca rápidamente en la alacena, toma unas velas y las enciende sobre unos platos.
—Ya está, ¿lo vez bebé?, ahora tendremos luz.
—Si.
—Vamos hay que dejar estas dos aquí y llevaremos otras dos a la habitación, vente. – Le toma la mano y se dirigen a su habitación para descansar. Yibo coloca las velas sobre un mueble asegurándose de que estás no vayan a caerse y provocar un incendio.
—Listo mi amor, ahora sí a dormir.
—Shi. –Se acurruca a su lado dándole un abrazo para no sentir miedo y dormir sobre su pecho.
Yibo suspira algo temeroso pensando en que ojalá todo esté bien.
—¿Dónde estarás Gege?. –Susurra al quedarse dormido.
•••         •••

Ya por la mañana se despierta poco a poco, justo cuando apenas termina la noche y comienza el amanecer con los primeros destellos del día, mira un poco confundido su alrededor y ve las velas ya apagadas. Cosa que pasaría con normalidad si estás llegan a su fin o se apagan con una corriente de aire, pero, no a la mitad.
Yibo se levanta despacio con eso en mente y las mira a ambas fijamente.
—Papi... –se sienta despacio y frota sus ojitos.
—Shh... –Yibo le hace una seña para que guarde silencio y se baja de la cama con sumo cuidado, ¿porqué otra razón se apagan las velas si no se cumplen las otras dos condiciones? se pregunta a si mismo, ¡Obviamente por que alguien las apagó!; y si no fue él entonces... ¡ay alguien en casa!.
Se coloca sus zapatos y se asoma despacio y con cuidado pero no ve a nadie por ninguna parte. Toma la pala que dejó junto a la puerta y se dirige a la otra habitación para observar pero tampoco ve nada. Suspira, "solo fue mi imaginación" piensa.  Zhen sale de la habitación para observar también y se apega a él.
—¿Mami?.
—No fue nada bebé, solo fue idea mía. – Le acomoda sus cabellos con suavidad y el pequeño le muestra una sonrisa.

De inmediato sus pocos segundos de paz se ven perturbados cuando Yibo nota que si hay alguien en la casa.

—Vaya, vaya, pero que tenemos aquí.
Un hombre fornido,alto y con barba sale en la otra dirección y Yibo por instinto se pone delante de Zhen sosteniendo la pala entre sus manos para defenderse.
—¡¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste?!.– Mira rápido hacia la puerta y nota algo inusual, ¡La puerta está abierta y no hay alarma!.
—Jaja ¿No es obvio?, entre por la puerta. Jamás pensé que me encontraría aquí contigo, jamás pensé que el fénix tuviera a un muchacho y a un niño aquí secuestrados.
—¿Quién eres tú?.
—Soy... mmm se puede decir que un amigo, quizás... aunque solo si te portas bien.
El hombre saca una navaja y juguetea con ella sonriendo de oreja a oreja causandole a Yibo más escalofríos de los que le causó una simple tormenta.

Protegiendo la luz en la Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora