Capítulo 15: ¿A dónde vamos?.

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"Ah~ me tarde mucho otra vez, ¿Verdad?. Mmm lo sé, es exasperante esperar, lo siento pero mi cabeza no da para mucho estos días, jeje."
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—¿Quién eres tú?.
—Soy... mmm se puede decir que un amigo, quizás... aunque solo si te portas bien.
El hombre saca una navaja y juguetea con ella sonriendo de oreja a oreja causandole a Yibo más escalofríos de los que le causó una simple tormenta.

Se acerca poco a poco intentando bloquearle la salida a la puerta, Yibo intenta abrirse paso pero lo bloquea y este se defiende lanzando un golpe con la pala pero para su mala suerte no acierta.

—¡Aléjate de mí! ¡No te acerques!.
—Mami... –Comienza a lloriquear Zhen y Yibo solo se estresa pensando en como escapar.
—¡JAJAJAJA! ASI ME GUSTA, QUE TIEMBLEN, QUE LLOREN, ¡QUE GRITEN!.
Mientras más lo hagas más ganas me dan de atacarte a ti y a ese mocoso.
—No te atrevas o te juro que te mato.
—Jajaja, quiero ver de lo que eres capaz de hacer niño bonito, pero de aquí no saldrás hasta que me digas donde esta ese miserable.
—¿Qué miserable?.
—El estúpido asesino con el apodo del pajarraco.
—¿De qué hablas? ¿Acaso no fue él quien te mando a asesinarme o darme al menos un buen susto?.
—No, yo ni siquiera sabía que estabas aquí, pero ya que te encontré juguemos un ratito.

Se lanza a atacar pero Yibo es más rápido, jala a su hijo y corre en la dirección opuesto a su atacante, lo hace dar vueltas alrededor de la mesa y se coloca a la defensiva.
—Te lo advierto, ¡aléjate de mi y lárgate!.
—¡Como si te tuviera algo de miedo, mocoso!.
Se escucha el sonido sordo de un disparo y el hombre cae al suelo, Yibo se asusta y de inmediato ve a su atacante.
—Basura inútil. –Dice un zhan completamente vestido de negro con un curita en la cara.
—¡Papi!. –Se suelta y corre a abrazar a su padre.
—¡No! ¡Zhen espera!.
—Hola bebé, ¿cómo has estado?. -acaricia su cabeza y Yibo lo aleja rápidamente.
—¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?.
—Yo también me alegro de verte Yibo. –Dice en un tono sarcástico, lo rodea y revisa al intruso.
—¿Dónde estuviste? ¿Porque te largaste durante días y nos dejaste aquí encerrados?.
—Número uno: hice lo que tú querías, te deje solo. Número dos: Agradece que te salve y número tres: ¿porque no te ves asustado?.
—¿Porqué debería estarlo?.
—¿Por el cadáver en el piso?. –mira a Zhen picar con uno de sus pequeños dedos al hombre intentando moverlo y mejor lo sujeta de la cintura y lo aleja. –¿Qué haces? ¡Esa cosa ya se pudrió! ¡Te vas a ensuciar!. –Toma su mano y la limpia.
—Dame al niño Zhan.
—¿Zhan? ¿Ya no me dices mi amor?.
—¡Por supuesto que no!.
—Entonces no.
—¡Solo dámelo!.
—¡Mejor cállate y haz las maletas!.
—¿Qué?.
—Tenemos 20 minutos para salir de aquí sin dejar rastro.
—¿Estás loco? ¡Yo no iré contigo a ninguna parte y mucho menos Zhen!.
—No te estoy preguntando, solo haz lo que te digo y punto. –Le apunta con el arma y no le queda más opción que obedecer. –Muevete.

Yibo comienza a empacar primero las cosas de su hijo y escucha a Zhan haciendo ruido en la sala.
—¿Qué demonios estás haciendo?.
—¿Qué te importa? Apúrate a hacer lo que te dije.
—Papi ¿Jugamos?.
—No mi amor ahorita no, tenemos que guardar todas nuestras cosas para irnos a nuestra nueva casa.
—¿Otra?.
—Si así es.
—¿Dónde?.
—En un lugar lejos de aquí.
—¿Entons cuando vamos a jugar?.
—Mira bebé, ahorita no podemos jugar por que tenemos que irnos pronto y tenemos prisa, pero te prometo que en cuanto lleguemos a nuestra nueva casa vamos a jugar mucho y nos vamos a divertir bastante.
—¿Deberás?.
—Si mi cachorro, pero ahorita quiero que me hagas un favor, que te parece si ayudas a Papi y a mami a guardar todos tus juguetes en esta bolsa para irnos pronto.
—¿Todos? ¿Hasta el señor papa?.
—Si hasta el señor papa, –duda un momento y luego lo alienta un poco para que haga lo que le dice.– ándale ve y dile a tu madre que te ayude y se apure.
—Ya guarde toda su ropa.– sale de la habitación jalando una gran maleta junto con una mochila y las deja en el pasillo.
—Vaya, parece que ya tenías todo listo.
—Estaba pensando en irme apenas terminara de abrir esa puerta.
—Mmm... ¡Bien por ti! ¡Ahora tienes la oportunidad de irte conmigo!.
—¡No quiero irme contigo!.
—Pues entonces te vas en la cajuela del auto pero de que vienes con nosotros, ¡vienes con nosotros!. Ahora alista tu ropa.
—No quiero.
—NO ME HAGAS ENOJAR.

Protegiendo la luz en la Oscuridad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora