❝sᴇɪs❞

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Minutos después de que Sunghoon llegara a su casa, sus amigos aparecieron, ruidosos y alborotados como siempre, solo que se veían más sonrientes y más tontos de lo normal. Jake no dejaba de suspirar como una adolescente, y Heeseung parecía estar en su propio mundo.

—¿A qué se debe sus caras de idiotas? ¿Fue por la película? Porque si es así, que bueno que no la vi—dijo Sunghoon desde su cama.

—Si supieras—suspiró Jake, tirándose al lado de Sunghoon— Jungwon es muy lindo, demasiado lindo.

—Es porque no estuviste con Niki—habló Heeseung, tirándose a la cama también con sus amigos— Sonríe mucho y tiene lunarcitos que adornan su bonita cara—sonrió de manera tonta.

Sunghoon los miró incrédulos y río.

—¿Hablan en serio? ¿Y esos quiénes son o qué?

—Eh, los mejores amigos de Sunoo—respondió Jake con obviedad— Creo que las galletas que me vendió tenían algo.

—Confirmo—secundó Heeseung.

—No puede ser, ¿cómo están así por niños de dieciséis?

—Pensé que tenían menos la verdad—se encogió de hombros el castaño— ¿Cómo sabes su edad?

—Sunoo tiene dieciséis, así que supongo que ellos también, tiene sentido para mí.

Heeseung entrecerró sus ojos y miró con sospechas al azabache, recordando que los había dejado en el cine, y si Jungwon y Niki son mejores amigos de Sunoo, pero él tampoco estaba ahí, significaba que...

—¡Nos abandonaste por Sunoo!—exclamó el de cabellos cobrizos, levantándose de golpe y señalando hacia Sunghoon.

—¿Estuviste con Sunoo?—la sorpresa en Jake era evidente también.

Sunghoon se sintió nervioso bajo la mirada de ambos chicos, le daba un poco de vergüenza admitir lo que había hecho por Sunoo, principalmente porqué el no hacía esas cosas y definitivamente iban a burlarse de él o a molestarlo con eso toda la eternidad, no era porque fuera malo por tener intenciones con otras personas, sino que era una faceta que nadie conocía a excepción de su madre, prefería tener la imagen de alguien amargado y desinteresado, solo así sabía quiénes se le acercaban con otras intenciones.

Y es por eso que Sunoo le llamaba la atención.

—Ya, si, estuve con él—admitió apartando la mirada de ellos.

Jake y Heeseung se miraron con una sonrisa pícara.

—¿Y que hicieron? Si se puede saber—dijo Jake, moviendo sus cejas de manera sugerente.

—Nada, ya deja de verme así, asqueroso pervertido.

—No estoy diciendo nada, pero ahora que recuerdo, dijiste que nos ibas a explicar.

Sunghoon suspiró, tapando su rostro con sus manos. Sus mejores amigos eran demasiados curiosos y habladores, no dejarían de preguntar hasta obtener una respuesta, no tenía salida más que hablar.

—A Sunoo lo estaban molestando y tuve que intervenir, es todo.

—¿Es todo? Se me hace que hay más, Park, suéltalo.

—Hicimos galletas—murmuró de manera casi inaudible a propósito, apartando la mirada hacia otro punto de la habitación.

—¿Qué?—pregunto Heeseung— Habla bien.

—¡Hicimos galletas!

Las risas estallaron en la habitación y es que no se imaginaban a Sunghoon en una situación así, tomando en cuenta que sabían su rechazo hacia las galletas, era simplemente increíble.

「ᴄᴏᴏᴋɪᴇs」- sᴜɴɢsᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora