「ᴄᴏᴏᴋɪᴇs」- sᴜɴɢsᴜɴ

❝ᴅɪᴇᴄɪsᴇ́ɪs❞

Sunghoon se encontraba acostado en su cama, viendo sus zapatos apoyados en la pared, pensando en cómo y por qué todo se había vuelto tan extraño entre Sunoo y él. Suspiró con tristeza mientras sacaba una de las lindas galletas que su madre le había comprado a Sunoo esa misma tarde, las había tomado a escondidas y empezó a comerlas, sintiéndose demás deprimido para poner atención al hecho que estaba comiendo algo que creyó odiar durante mucho tiempo.

Hasta que un lindo castaño apareció en su vida ofreciéndoles las mejores galletas.

—¡Sunghoon!

Estupida mala costumbre de sus amigos de entrar a su habitación como si nada.

—¡Toquen la puerta!—exclamó asustado y molesto, metiendo las evidencias de su gran secreto debajo de su almohada con rapidez.

—Lo siento, tu mamá dijo que podíamos pasar—rió el cobrizo antes de mirarlo de manera sospechosa por sus acciones.

—Si, a la casa, no a mi habitación—rodó los ojos— ¿Qué hacen aquí a esta hora? ¿No tienen casa?

—Duh, claro que si—dijo Jake acostándose en la cama— De ahí vengo, pero quiero pasar tiempo con mi mejor amigo que últimamente está más amargado de lo normal—acomodó la almohada bajo su cabeza, pero un peculiar ruido lo hizo prestar atención.

—Mejor habla con nosotros, ¿por qué estás tan amargado?—se sentó en la cama el mayor de todos.

—¡Son galletas! ¡Estabas comiendo galletas!—interrumpió Jake al sacar todos los envoltorios y la galleta a medio comer debajo de la almohada del pelinegro.

—¡Sunghoon, te gustan las galletas!—exclamó ahora, Heeseung— Esto es demasiado para procesar—puso su mano derecha en su frente, fingiendo que estaba por desmayarse de manera dramática— Sucio mentiroso, me das asco.

Sunghoon tapó su rostro, había sido descubierto.

—Ni una sola palabra, a nadie—dijo de manera amenazante, tomó los envoltorios y los dejó en su escritorio— Es que estoy deprimido, es eso.

—Lo sabía, no puedes odiar las galletas de Ddeonu—sonrió Heeseung mientras movía sus cejas con picardía— Están hechizadas o algo así, por eso estás tan loquito por él.

—Ya, si, me gusta mucho él y sus galletas, ¿felices?

—Ladrón, de seguro se las quitas a tu madre en lugar de pagar por las tuyas—señaló Jake.

—¡No es cierto! Siempre le dejo dinero en compensación de la desaparición de sus galletas—se encogió de hombros— Pero ya, si me gustan, dejen el tema.

Ambos chicos asintieron con una enorme sonrisa en su boca, pero sus expresiones cambiaron al verlo tan desanimado, y es que últimamente había estado así, todo lo irritaba, además, supieron por Niki y Jungwon que Sunoo había estaba muy diferente también, demasiado silencioso y triste.

—¿Por qué estás tan desanimado?—preguntó directamente el más alto— Y antes de que lo niegues o evites el tema, Sunoo está igual.

—No me habla—respondió sin darle vuelta al asunto, no tenía ni las energías para evadir el tema, era mejor enfrentarlo con sus amigos para desahogarse— No sé por qué, quizás porque lo besé, aunque no creo porque luego de eso todo siguió normal... A lo mejor se sintió mal después.

—Espera, ¿besaste a Ddeonu?—preguntó el castaño, poniendo su palma en su boca en señal de sorpresa.

—¡Besaste al niño!—exclamó Heeseung, abrazando con más fuerza la almohada que estaba a su lado.