❝ᴛʀᴇᴄᴇ❞

1.7K 206 36
                                    

Niki despertó con un leve dolor de espalda debido a la incomodidad de dormir en un lugar que no era su cama. Talló sus ojos y cuando pudo acostumbrarse a la luz mañanera, se dio cuenta de que estaba muy cerca de Heeseung; se sentó de golpe, viéndolo removerse para acomodarse mejor aún con sus ojos cerrados, sonrió con una cálida sensación en su pecho por la imagen tan etérea que sus ojos tenían la dicha de ver, no todos los días se amanece junto a Heeseung, debía aprovecharlo.

—Buenos días, Niki—saludó Sunghoon mientras bajaba las escaleras ya muy bien bañado y arreglando con una expresión neutra en su rostro.

El mencionado apartó rápidamente la mirada del cobrizo, sintiéndose avergonzado por haber sido descubierto. Peinó su alborotado cabello mañanero, y se dirigió hacia la cocina siguiendo a Sunghoon, suponiendo que los demás estarían ahí.

—Vinieron justo a tiempo, el desayuno ya está listo—sonrió Jake antes de buscar los platos para servir.

Jungwon a su lado bucaba las tazas que usaría para servir el café recién hecho. Niki vio a su alrededor, notando que Sunoo no estaba en ningún lado.

—¿Y Sunoo?—preguntó tomando asiento en el comedor.

Sunghoon suspiró, recordando los eventos sucedidos hace un poco más de una hora. Estaba un poco decepcionado; luego del segundo beso, Sunoo no dijo nada y salió corriendo de ahí a pesar de que había correspondido, ni siquiera dijo una excusa, solo se fue. No le gustó que tuviera que irse solo, pero fue tan rápido que ni siquiera logró alcanzarlo.

—Es domingo, Niki, sabes que está ocupada a está hora—habló Jungwon, dejando una húmeda taza de café frente al rubio.

—Cierto, lo había olvidado—asintió.

—¿Qué es lo que tienes que hacer?—pregunto Sunghoon con intriga.

—Hoy es día de visita con su madre—explicó Jungwon, tomando asiento a un lado de Jake— Creo que irá el solo hoy, recuerdo que mencioné algo sobre eso ayer antes de venir.

—¿A que hora sale de su casa?

—Dentro de diez minutos, creo—miró el reloj el castaño.

Sunghoon se levantó rápidamente de la mesa y salió de la casa sin despedirse, típico de él, pensaron.

Camino a pasó rápido, tenía que hablar con él, no podía ignorar así de fácil que se habían besado, además, ¿por qué huyó? Si no hubiera querido besarlo, solo lo hubiera apartado, pero, al contrario, le correspondió de la misma manera, como si también lo estuviera esperando.

A lo lejos, logró verlo cerrando la puerta principal de su casa, ya estaba aseado y vestido con sus típicas sudaderas que lo hacían ver adorable. Camino más rápido hasta que estuvo frente a él, regulando su respiración debido a la agitación.

—¿Qué haces aquí?—frunció el ceño el menor un poco confundido.

—Te acompañaré.

Sunoo negó con la cabeza, no estaba en sus planes que otras personas conocieran la situación de su madre. Sabía que era difícil ir solo, pero prefería eso a tener que dar explicaciones.

—Voy solo, regresaré pronto, podemos hablar después—empezar a caminar, dejando atrás al mayor.

Sunghoon ladeó la cabeza, confundido, pero caminó tras él hasta que se puso a su lado sin decir nada. El castaño no sabía cómo hacer para que se fuera, aún se sentía tímido debido al beso, su primer beso.

—Sung, solo déjame ir solo—se detuvo, mirándolo con súplica, aunque una parte de él, quería ser acompañado y consolado.

—Me dijiste Sung—sonrió emocionado ante el apodo. Sunoo rodó los ojos, dejando escapar una pequeña risa que borró su ceño fruncido— Déjame acompañarte, iré en silencio si eso quieres.

「ᴄᴏᴏᴋɪᴇs」- sᴜɴɢsᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora