❝sɪᴇᴛᴇ❞

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Sunoo se dio un último vistazo en el espejo, arregló su sudadera, quitó las arrugas de sus pantalones, revisó que sus zapatos no se vieran tan mal y peinó su cabello. Nunca se había preocupado tanto por su imagen, pero en esa ocasión, quería verse bien, un poco menos feo que los demás días. Sintió una aterradora sensación de inseguridad, al recordar las palabras de las personas que lo insultaban, todos los comentarios iban encaminado a lo mismo, que era pobre y feo, aunque sus amigos le decían lo lindo y tierno que era, no terminaba de creerlo por completo.

Guardó todas sus cosas y emprendió su recorrido. Casa por casa, persona por persona que se encontraba en la calle o en el parque de su vecindario, hasta que tiempo más tarde, se detuvo frente a la casa de los Park.

Respiró hondo y puso su mejor sonrisa, solo esperaba que todo terminara rápido para poder huir y esconder como un cachorro asustado. Tocó la puerta un par de veces hasta que por fin lo atendieron, pero no fue quien esperara.

—¡Ddeonu!—el rostro de Jake se iluminó en una bonita sonrisa— Te estaba esperando, ya tengo listo el dinero y lo que quiero.

Sunoo rió, definitivamente debía darle un regalo algún día en señal de agradecimiento, mucha gente era grosera con él y encontrarse con personas dulces lo hacían sentir más motivado y alegre.

—Está bien, dime.

—Bien, para empezar, quiero cinco galletas de cualesquier de las que tienes—se detuvo a pensar un poco nervioso por lo que diría, pero era su oportunidad— Tú... ¿Eres amigo de Jungwon?

Sunoo levantó la cabeza y dejó lo que estaba haciendo para mirarlo, sus ojos se veían más brillantes y sus mejillas un poco sonrojadas, y entonces se dio cuenta, a Jake le gustaba su mejor amigo.

—Si, ¿quieres que le diga algo por ti?—sonrió con picardía.

—Yo... No lo sé, ¿podrías hacerle una galleta muy linda de su carita y decirle que es de mi parte?—preguntó, avergonzado ante la mirada del castaño— Es que, no sé cómo acercarme, ya sabes, parece ser buena persona.

—Ajá—rió Sunoo— Claro, puedo hacer eso por ti.

—¡Genial! Toma—le entregó el dinero y recibió con alegría sus galletas— ¿Quieres que llame a Sunghoon?

—S-Si—sintió su corazón latir con rapidez.

Jake sonrió y corrió al interior de la casa para llamar a su mejor amigo. Segundos después, Sunghoon apareció con el ceño fruncido, viéndolo un poco confundido porque lo había mandado a llamar cuando sabía que no le iba a comprar nada.

—¿Necesitas algo?

—Sabes, tu cara se va a arruinar si sigues arrugándola.

—¿Para eso me mandaste a llamar? Porque si es así, me voy ahora.

—¡No, espera! Es que no me pongas esa cara cuando me veas—hizo un puchero un poco desanimado.

Sunghoon notó la manera en que la expresión del menor cambio, así que trató de ser más amable, al menos con él.

—Lo siento—dijo casi en susurro, lo suficientemente alto para que Sunoo pudiera escucharlo y sonreír— ¿Necesitas algo en especial?

—Si, de hecho, quiero invitarte a salir... ¡No! A ti no, digo, a tus amigos...

—¿Quieres invitar a salir a mis amigos?—levantó una de sus cejas.

—Espera, soy malo en esto—suspiró— Empezaré de nuevo.

—Ajá, no te entendí nada.

—Bien, creo que a mis amigos y tus amigos se atraen, entonces se nos ocurrió la maravillosa idea de salir todos juntos, pero ellos son muy tímidos así que me dijeron que si podía decirte que saliéramos todos, es decir, tú y tus amigos conmigo y mis amigos... Eso—explicó con rapidez, otra vez demasiado nervioso, pero ya lo había dicho, no había vuelta atrás.

「ᴄᴏᴏᴋɪᴇs」- sᴜɴɢsᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora