🌻ғɪɴᴀʟ🌻

1.8K 192 36
                                    

—No puede ser, no puede ser, no puede ser—corrió, Sunoo por toda la habitación en busca de su zapato izquierdo— Tonto Sunoo del pasado, debiste buscar todo ayer—se regañó en voz alta, moviéndo con dificultad la cama en busca del zapato perdido.

Un año entero había pasado demasiado rápido, de un momento a otro, su ceremonia de graduación era esa noche. Estaba muy confiado de que encontraría todo a la mano, pero se equivoco, y por esa razón estaba más nervioso y afligido al saber que se estaba quedando sin tiempo. Miró el bonito traje que compró para la ocasión, había estado trabajando el doble durante todo el año para ahorrar lo suficiente y seguir ayudando con los gastos de la casa; la idea de aprender a hacer más postres que galletas y cupcakes había sido maravillosa, siendo eso lo que ayudó a obtener más ingresos.

Su celular sonó, sacándolo de sus pensamientos. Busco entre el montón de ropa y cosas tiradas hasta que lo encontró, observó el nombre en la pantalla y atendió.

—¿Si?

¡Sunoo! ¿cómo vas?

—¡No encuentro mi zapato izquierdo!—se quejó, apoyando el celular entre su oreja y su hombro para seguir buscando— Es que no entiendo, mi habitación ni siquiera es tan grande.

Rejate, ¿quieres que te preste un par mío?—preguntó el castañito al otro lado de la línea, peinando su cabello a manera que se viera decente, pero no tan extravagante.

Sunoo estuvo a punto de responder cuando rápidamente sus ojos cayeron en lo que estaba buscando. Gritó de emoción al encontrarlo, sintiéndose más aliviado.

—¡Ya los encontré!

De seguro ya lo habías visto, pero estás tan apurado que no le tomaste importancia—rió el menor.

—Bueno empezaré a vestirme. ¿A qué hora llegarás?—se miró en el espejo mientras se colocaba su camisa blanca de botones.

Dentro de poco, Jake pasará por mi junto a Heeseung y Niki.

Sunoo asintió, aunque no pudiera verlo— Genial, ya no tengo tiempo y no me he vestido—lloriqueo.

Hablaron un par de minutos más hasta que colgaron. Sunoo terminó de vestirse y se peinó de manera casual, se aplicó muy poco maquillaje y se perfumó. La ceremonia de graduación sería corta y luego daría paso a la fiesta, la cual se supone que sería tranquila.

Miró la hora de su celular, dándose cuenta de que Sunghoon casi pasaría por él, porqué obviamente, él sería su acompañante. Sonrió satisfecho al ver su imagen en el espejo, estaba seguro de qué se veía muy bien; mordió su labio inferior con emoción al recordar que esa noche tenía permiso por primera vez de quedarse con Sunghoon, y no es que su hermana fuera una autoritaria que no lo dejará hacer nada, pero ya tenía dieciocho, y no podía seguir negándole poder quedarse con su novio, trató de entender de que ella siempre quiso cuidarlo, porque por más que creciera, seguiría siendo su pequeño hermano. Aún así, esa noche, Yeri le había dicho que se quedaría con sus amigas, dándole ese espacio para él y Sunghoon.

Minutos después, Sunghoon tocó la puerta de su casa, y sus ojos no podían apartarse de su guapo novio, menos cuando iba de traje también, dándole un aspecto más varonil que llamaba mucho su atención.

—Te ves precioso—fue lo primero que dijo el pelinegro al verlo en la entrada— Demasiado precioso para que tus compañeros te vean—lo besó con cariño, sonriendo a mitad del beso.

—Ya, debemos irnos—dejó un beso en la nariz del mayor— Tú también te ves muy guapo—le dio un casto beso en los labios, tomó su mano y se dirigieron al auto.

「ᴄᴏᴏᴋɪᴇs」- sᴜɴɢsᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora