Capítulo 6: La rosa y el escorpión

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"El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio." Stendhal

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La primeras dos semanas pasaron rápido, miraban a Rose y estaban seguros que lo dicho en el profeta solo eran inventos baratos, ¿Quien dudaba de ella?, nadie, se veía igual que antes, sonreía a los primeros años ayudándoles a encontrar sus salones, hablaba con los años posteriores entre pasillos como si fueron amigos dé antaño, y los de su propio curso se les acercaba y si tenía confianza los abrazaba, tomaba del brazo o de las manos, era igual que siempre, solo con un pequeño detalle, en las cenas no aparecería, ella ni el príncipe de Slytherin, todas las noches ambos se desaparecían y aparecían al final de la cena para dirigir a los de primer año a la sala común.

Para muchos empezaban rumores sobre qué tal vez, solo tal vez anduvieran, para otros era mera casualidad; la realidad es que a esa hora, el par se encontraba en un salón vacío cerca de la Torre de Ravenclaw, donde el cuidaba de ella mientras su poción tomaba efecto.

Ellos no se hablaban entre pasillos, pero aunque lo intenten negar siempre buscaban su mirada, no importa donde, los primeros días en el gran comedor, otros en clases, salidas donde Al misteriosamente invitaba a la pelirroja y esta se unía, en la biblioteca, entre clases, buscaban recordarle al otro que existían.

Casi nunca hablaban hasta un noche.

—Rose

—¿Mhm?—dijo una ya más tranquila pelirroja acostada entre dos mesas.

—Esto no durará.

—¿Que no durará?—se incorporó buscando entre la oscuridad al rubio, lo alumbraba la luz de la noche, bastante lindo si le preguntan.

—El engañarlos Granger, tal vez lo has conseguido dos semanas, pero luego se volverá sospecho, pronto preguntarán el por qué nos escapamos todas las cenas.

—¿Que ideas tienes rubio?

Este se quedó callado acercándose a ella poco a poco, quedando frente a frente, ella sentanda y el parado, se hizo espacio entre sus piernas y con un murmullo dijo—podemos fingir ser pareja.

Sus sentidos se nublaron y su cabeza no entendió el mensaje, lo miró a los ojos buscando un destello de burla entre esos ojos grises que espera la miren entre pasillos, pero lo que se topó fue con una seguridad muy definida, noto como tomaba sus manos y como con unos de sus dedos le da caricias inconscientes.

—Has funcionar esa cabecita roja, si decimos que andamos nadie cuestionará tus salidas en la cena, y tampoco tus miradas a la mesa serpiente.

—Yo no miro a tu mesa Scorpius.

—¿Segura?

Quiso negarlo pero no pudo, recordó las veces que dijo que podía ayudarla a que la gente olvidara sobre la cena, era una buena opción.

—¿Porque contigo?

—¿Porque no? Tenemos historia Granger— dijo llevando la mano de ella a su boca dejando pequeños besos en cada oración terminada—En la cena, cuando bromeamos, cuando te abrace, las veces que te cuide, tus vacaciones en la mansión Malfoy, que hayas implorado mi visita la primera noche en Hogwarts, todas las últimas donde te recuerdo has estado aquí, la ropa que llevas puesta tiene el sello de mi familia por donde la mires y, para rematar, nos vemos expectacular juntos.

Sin títulos ni apellidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora