Capítulo 10: La flor perdida

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A veces en lo oscuro, en lo complicado, se toca la verdad.
Carmen Martín Gaite
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—Chicos — les dijo una castaña, alta, con un uniforme con una insignia M en el pecho, acercandose al trio.

—Mamá— le busco su mejor sonrisa.

—Señora Granger—decir que estaba nervioso era poco.

—Tia Herms— el solo disfruta el show.

—Ven a abrazar a mamá mi amor— Rose no lo dudo hace meses que no la veia y la habia necesitado tanto, la abrazo con demasiado cariño—¿Como has estado?

—Lo mejor que he podido ma— no le gustaba mentir y menos a ella— oye y ¿papá?

—Esta con el tío Harry patrullando el castillo, ¿Porque linda?

—Oh, bueno la última vez que se contacto conmigo tuvimos una discusión y quisiera arreglar todo con el...

—Estoy segura de que fue algo muy tonto amor, el no me comentó nada— la mirada que Hermione le dedicaba era una con tanto amor que era imposible imaginar cómo se sentiría cuando ella, la luz de sus ojos, le revelara que ahora estaba defectuosa.

Lo conmovedor que era el momento no se sentia en el aire, todo aquello que habitara en ese gran castillo se sentía tan deplorable, los árboles perdieron su bello color anaranjado, mientras que una neblina invadió el entorno, cada alumno que llegará a salir lo invadía tal tristeza que el profesorado le preocupaba tanto que se tratara de un centenar de dementores.

—En un momento regreso mi niña, ire a arreglar temas con la profesora McGonagall— dijo separandose y limpiandole los pequeños rastros de lagrimas que Rose tenia— ya salude a tu hermano, en un momento regreso.

—Te espero en la torre de Gryffindor mamá, tengo mucho por contarte.

—Claro, y mas sobre el joven Scorpius— dijo divertida mientras el nerviosismo del rubio aumentaban. Solto Albus una carcajada —Nos vemos al tercer cambio de hora Rosie, ya sabes cómo la profesora McGonagall tarda en sus juntas.

Ella les sonrio yendo con la directora, los tres se miraron y suspiraron con tranquilidad.

—Rojita, ¿estás bien?— su tono de voz era dulce.

—Mamá no sabe que hable con papá...

— El tío Ron no quería que se supiera sobre la discusión, no te preocupes — aseguró Albus

— Pero mamá sabe de mi relación con Scorpius —Una duda inundó su pecho, esto no era normal, papá le contaba todo a mamá.

—Tranquila Rojita, recuerda que apareció en el profeta nuestra relación— le dijo mientras rodeaba su cintura por atrás, era un gesto que le estaba gustando demasiado.

—Esto está siendo raro— la duda seguía ahí mientras su mente buscaba la respuesta más coherente.

—Mejor vayamos a la biblioteca rojita, tenemos tutorías aún — y aún con sus manos en la cintura dándole pequeñas caricias se acercó a su oído y dijo con un susurro ronco— podríamos buscar maneras como las de hace rato, para demostrar lo real de lo nuestro.

Decir que estaba sonrojada era poco.

—Consíganse un cuarto— dijo divertido Albus quien se dio la vuelta yéndose sin antes decir— pero era una relación falsa, claro.

Los dos rieron apenados, Scorpius la soltó sintiendo la ausencia de sus cuerpos y antes de replicar, ella se puso de puntas dándole un pequeño beso en sus labios y echándose a correr.

Sin títulos ni apellidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora