"Los hombres, en general, no son sino marionetas maltratadas por un titiritero."
—Giovanni Papini———————————
Los grandes vientos de finales de invierno golpeaban con determinación mi cuerpo estremeciéndome, el inminente frio se dedicaba a atravesar mi abrigo sin piedad, los sonidos de los trenes partiendo y los murmullos de las personas nos acompañaron hasta cruzar la pared entre la estación diez y nueve del andén adentrándonos a nuestra parada para toparnos con flashes y cámaras que solo esperaban nuestra llegada para volverse locos. Mis padres detrás nuestro como sí guardianes se tratarán mientras mis primos, hermano y yo dirigíamos el paso directo al tren, las luces parpadeantes me cegaron por un momento lográndome visualizar simples brumas de diferentes colores que impedían nuestro abordaje de regreso de vacaciones a nuestro maravilloso y más que "seguro" colegio, noten el sarcasmo.
Escuché pequeñas discusiones de Aurores que impedían la invasión de los periodistas dándonos un pequeño momento de privacidad donde mis padres aprovecharon para jalarnos del brazo y reunirnos solo los cuatro, ya saben, como la familia que se supone somos.
—¿Estás seguro de que estás bien? —mencionó mi castaña madre quien con un tono de genuina preocupación acarició el cabello rojizo de mi hermanito.
Acababa de salir de San Mungo y por casi ruegos de mi hermanito regresaría inmediatamente a Hogwarts, mis padres algo reticentes aceptaron pero asegurándole por todo lo que conocía que lo procuraran y atraparían a sus agresores, que los harían pagar, no puedo asegurar si lo que sentí fueron celos o una abundante decepción, tal vez soy yo la poco suficiente para sus estándares, tal vez soy yo la que debería dejar de existir porque, aunque suene como un comentario lleno de envidia, yo también soy su hija y yo también necesitaba esas palabras, ese juramento, pero a comparación de eso recibí...desprecio.
—Si lo estoy mamá tranquila—Le sonrió mi dulce hermano a mi madre como si no le hubiera roto el corazón todos estos años, como si fueran perfectos, como si hubieran actuado al menos una vez en su vida como padres, pero no era así, y solo me causa tener ganas de alejarlo de ellos, de alejar a mi pequeño hermanito que aún espera cambien y alejarlo de ellos, porque el miedo de que le fallen y verlo llorar como de pequeños era algo que no me creía capaz de volver a permitir. Ya no.
—Hijo cualquier cosa dinos, somos tus padres y siempre estaremos para ti—Mire hacia otro lado sin poder soportar su hipocresía por más tiempo, ya me estaban hartando, mi gesto atrajo a las hambrientas cámaras a las cuales sólo les pude sonreír y con la elegancia que tengo les enseñe el dedo de en medio después de mandarles un pequeño beso siendo alumbrada por los flashes.
—Papá tranquilo— escuché decir a mi hermanito quien como siempre les sonreía con dulzura.
Mis ganas de alejarlo de ellos para evitar que le rompan el corazón era tal que mis palmas comenzaron a picarme, ¿Es malo que quiera cuidarlo de nuestros propios padres?
—¿Como vamos a estar bien si nuestro pequeño fue herido hace tan solo unos días? —Hugo me miro por el rabillo de su ojo con pena, como si fuera su culpa las acciones de mis padres, ambos lo habíamos notado, teníamos tratos diferentes para situaciones algo parecidas, pero él no tenía la culpa y jamás la tendría, le sonreí tranquilizadoramente para quitarle daño al momento, como si no me importara que a mi jamás me dijeron esas palabras de consuelo, como si no me importara que los necesitaba aun sabiendo cuantas veces me había fallado, los necesitaba pero no los quería cerca, dos cosas diferentes y esta última tenía muchísimo más peso.
Lo vi relajarse sonriéndome con cariño, a lo que pude corresponder con facilidad cosa que no puedo asegurar hice cuando mis padres me sonrieron como si no fuera su culpa que mi hermano fuera agredido, como si no me hubieran mentido y ocultado una profecía, como si no hubieran previsto mis males, como si no hubieran dado seguridad al niño de mis ojos, a mi hermanito.
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Sin títulos ni apellidos.
FanficLa perfección es algo banal, pero toma importancia cuando las cámaras y la atención están en ti apenas naces, crecer conociendo que tus padres tomaron decisiones que te dejan la vara alta; los héroes de la guerra o un seguidor entre la filas del mal...