"Nada perdura, nada es preciso y seguro (...), la perfección es la simple negación de esa inexactitud marginal e ineludible que es la misteriosa e íntima cualidad del Ser."
—Herbert George Wells
————————————————Prendí mi celular encontrándome con una foto de mi rubio y yo el día que me pidió ser su novia, plasmaba el maravilloso momento en el que él se hinco ante mí con el gran ramo de flores, recordar ese momento me hacía sonreír con dulzura, era un instante del que tenía evidencia de su veracidad gracias a mi hermano, deslice desbloqueándolo metiéndome a mis mensajes.
Aún no respondía, había leído mi mensaje más no lo respondía.
No es como que tu novio te va a ignorar a propósito solo por que quiere Rose.
Mi novio, era raro poder darle ese divino título sin sentir que me mentía.
Era real, el anillo en mis dedos, mi fondo de pantalla y la sensación de calidez que cubre mis sentidos eran pruebas de lo real que era.
Seguramente no sabía cómo responder pensé para no darle más importancia al asuntó.
Abrí la puerta de la que en su momento fue la habitación de mi mamá para bajar hacia la sala, donde estaba mi hermano junto a mis abuelos. Aún seguía sin saber cómo llamarlos.
Si Juliana y Robert Granger's o Camila y Wendell Wilkins.
Respondían a ambos nombres.
Mamá los había encontrado tiempo después y con meses de investigación y el apoyo del ministro de ese momento recupero sus memorias.
El detalle es que ellos preferían fingir que la magia no existía, Hugo y yo no tenemos permitido decir donde estudiamos, bueno ni siquiera si poseemos o no magia, la simple palabra "magia" les hacía removerse de sus lugares y apartar la mirada, había veces que los encontraba mirándonos con miedo, en especial a mamá.
Mamá nos fallo a los tres.
Mis abuelos habían desarrollado un trauma por la magia.
No los culpo para nada.
―Rosie, que linda te vez, hasta que tus padres compran ropa digna de ti—la dulzura en el tono de mi abuelo me hizo acercarme a él con anticipación.
Ellos me recordaban a que podía ser común.
Normal.
―Gracias abuelo.
―La ropa fue un regalo de su novio—interrumpió mi hermano quien entraba con mi abuela del jardín.
Ellos siempre han sido más cercanos.
―Oh ¿tienes novio señorita? ¿cómo se llama?—pregunto mi abuela con una sonrisa acercándose a mi con paso lento, no es tan mayor para tener problemas de caminar pero el frío afectaba a todos por igual.
―¿Por que no nos contaste florecita?—dijo mi abuelo tomando la mano de mi abuela dándose un pequeño beso.Sin importar cuánto tiempo y que personas fueron siempre se han amado.
Ojalá poder tener algo.
Tal vez ya no lo tienes Rosie...
―Es algo nuevo me lo pidió antes de salir de vacaciones de navidad en el colegio.
― ¿Es de tu edad? ¿te trata bien? —reí por la insistencia asintiendo divertida.
―Es de mi edad, me trata como una reina y lo conozco desde primer año por mi primo Albus, es su mejor amigo.
―¿Tu que opinas Hugo?—mire a mi hermano quien encogió los hombros pero su sonrisa en su rostro me hizo temer.
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Sin títulos ni apellidos.
FanfictieLa perfección es algo banal, pero toma importancia cuando las cámaras y la atención están en ti apenas naces, crecer conociendo que tus padres tomaron decisiones que te dejan la vara alta; los héroes de la guerra o un seguidor entre la filas del mal...