Capitulo 15: La tormenta que inunda al jardin

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"...

Cada vez menos animado,
Y en cada paso
Una lágrima de impotencia
Por nunca haberme librado;
De aquellas cadenas
Que se ajustan más
Con cada recuerdo
De mi pasado.

Elogios como "Tienes talento"
O " Está lindo"
Recibo con frecuencia
Pero no saben que detrás
Está una alma pidiendo ser libre
De esta su maldita herencia.
Con cada palabra mi ser se desvanece
Pero aunque quiera
No puedo escapar
Y mi corazón cada vez ruega
Por dejar de funcionar.

..."

—Mi maldición (Sere28)

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El frío aire de octubre se coló en su delgado camisón y traspaso hasta sus huesos; un escalofrío la recorrió acompañada de un ardor casi mortal recordándole sus quemaduras, heridas y males que adornaban su piel en este momento.

Sus temblorosas manos se fueron a su rostro recargándose en la fría madera de aquella puerta, la única que la separaba de ellos.

10 segundos.

Una lágrima.

15 segundos.

Otra lagrima.

20 segundos.

Su garganta de desgarro cuando sacó su dolor.

1 minuto.

Un mar interminable de dolor.

1 minutos y medio.

Una pelea de quien terminaba antes con ella; ¿los recuerdos? ¿Los adornos de su piel? ¿La decepción?

2 minutos y no salieron, ella sabía que la habían escuchado y aún así, ninguno salió, lo esperaba de todos, de todos menos aquellos con los que compartía sangre, aquellos que eran su familia.

—...osie...— sus manos fueron sacadas de su rostro, su vista estaba empañada de sufrimiento— ¿Que pasó Rosie?

Esa voz la recordaba muy bien, el tono en el que le hablo era otra cosa.

¿Decepción? No.

¿Preocupación? Mhm.

Visualizaba pequeñas manchas de color rojizo y rubio moviéndose enfrente suyo hasta que su estómago cayó cuando las manos de su hermano soltaron la suya y otras posaron las suyas.

No, no, no, no me toques, quiso gritar, pero su voz no salió, no reconocía esa mancha rojiza enfrente suyo.

Sus brazos le pesaban lo suficiente para considerar si rendirse o seguir luchando contra aquella mata de color rojizo.

— Soy Lily, Rosie soy tu prima

El oxígeno golpeó su pecho con tanta fuerza que sintió que podría morir con una paz inhumana.

Las mismas manos que se posaron en las suyas le ayudaron a disipar sus pesadas lágrimas y por fin pudo diferenciar a cada uno de ellos. Estaba Lily enfrente suyo, tomando su mano y con la otra limpiando mi rostro, atrás de ella estaba mi hermano y James. No lo había visto nunca así. ¿Estaba muy mal?

—Tenemos que cambiarla— dos tonos de voz casi melosas le llegaron de su costado, su rostro volteó a donde provenía ese sonido y miró ahí a su prima Molly y Dominique, pelirrojo y rubio; rubio, pero no como él.

—Le podría lastimar, Malfoy dijo que está muy lastimada— a su izquierda estaba, no tuvo ni que voltear para reconocer esa voz, lo había evitado desde que llegó a Hogwarts no porque no lo quisiera si no por que se parecía tanto a aquel hombre con el que compartía nombre, lo miro y un sollozo logró colarse y escapar de sus labios haciendo que el la mirara con pesar.

Sin títulos ni apellidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora