Capítulo 4 : " Navidades para olvidar "

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Michael y Laia seguían juntos. Felizmente juntos desde hace meses.

Tenía que soportar verles besándose cada vez que les veía fuera de casa y luego, dentro de casa más de lo mismo.

Me dije a mi misma que debía olvidarme de este estúpido juego. Por eso intenté estar más distante con ellos porque era una tremenda estupidez pensar que me estaba enamorando de Michael.

Laia había invitado a su novio a casa a cenar. Ya que era el día de Navidad, mi abuelo, el padre de mi padre vino a casa para estar con nosotros.

Me senté al lado de Robert, mi abuelo, mi padre presidía la mesa a su izquierda estaba Laia, y al lado de ella, Michael. Estaba en frente de mi.

No quería apartar la vista la mi plato, ¿para qué? ¿Para mirarle y qur la cena se hiciera más insoportable de lo que ya era?

- Bueno, Mike. ¿No te gustaría haber cenado con tu familia? - inquirió mi padre.

- Mm... Claro pero ellos están lejos ahora mismo y yo tengo trabajo aquí y mis estudios.

- Y a mi - dijo Laia cogiendo su brazo con timidez.

- Y a ti - susurró él.
"Por favor, que acabe esto ya", pensé.

- ¿Y qué hay de ti, cielo? - preguntó mi abuelo haciendo que le mirase.

- ¿De mi?

- Sí, hace mucho que no hablamos - dijo antes de sonreirme. - ¿Va todo bien?

- Sí, sí todo está bien.

- Me alegro, Megan.

Antes de volver a mirar mi plato, no pude evitar mirar a Michael que, estaba mirándome directamente a los ojos. Negó un par de veces con la cabeza y luego miró a mi hermana para sonreirla.

Cuando terminamos de cenar, fui la única de la mesa que se levantó para recoger los platos mientras mi abuelo contaba alguna de sus batallitas.

La verdad es que, adoraba a mi abuelo. Era esa persona de mi familia que estaba pendiente de todos pero no se daba cuenta de que cuando le decía que estaba bien, quería decir lo contrario.

Dejé las copas en la encimera y giré para volver al salón. Pero, vi a Michael entrar con los platos en las manos.

Bajé la cabeza e intenté salir de la cocina pero no me dejó.

- ¿No vas a desearme una feliz Navidad? - le miré y vi lo tranquilo que estaba, sonriendo.

- Feliz Navidad, Michael - dije en un susurro.

- Le has mentido.

- ¿A quién?

- A Robert. Bueno, a Robert y a todos.

- ¿Y qué más te da? - inquirí cruzándome de brazos.

- ¿No te cansas de hacer las cosas mal? ¿Y de complicarle la vida a tu familia? - alcé ambas cejas al escucharle - sé que la semana pasada os detuvieron a ti y a Jack por pasar droga en una discoteca. ¿Acaso crees que no me preocupa lo que pueda pasarte? Lo que tú sufres lo sufre Laia.

- Que equivocado estás, Michael - dije fríamente.

- Si a ti te pasara algo, Laia no podría soportarlo.

- No va a pasarme nada y si me pasa, tú cuidarás de Laia y como siempre, nadie cuidará de mi.

- Megan... - dijo tocando mi brazo.

- Déjame, si tú eres como ellos al fin y al cabo.

- Si fuera como los demás no me preocuparía por ti como ya lo hago - dijo entre dientes.

- Bueno ya te di las gracias, ¿no? Y te pedí perdón por lo que tuviste que soportar aquel día. - Dije mirando sus ojos.

- Eso no tiene nada que ver, Megan - suspiré e intenté volver a salir. Pero no me dejó. - Deja de meterte en problemas si no quieres que esto vaya a más.

- Michael, mis problemas son mis problemas y ya. No tienes derecho a meterte en mi vida.

- Por tu culpa ella lo pasa mal.

- ¿Y qué hay de mi? - dije alterándome.

- Precisamente por ti es por lo que te estoy diciendo esto - exclamó elevando su tono de voz.

- No, no te equivoques, por mi no. Es por ella.

Michael se quedó mirándome a los ojos dándose cuenta de lo sincera que estaba siendo que estaba siendo con él.

- ¿Por qué gritais? - inquirió Laia acercándose a nosotros.

- ¿Qué pasa? - preguntó mi padre.

- Que molesto - dijo Michael.

- ¡Ahora no te hagas el víctima!

- ¡Megan! - gritó mi hermana.

- Sé cuando molesto y prefiero largarme. - Dijo sin dejar de mirarme.

- Pero, ¿qué pasa? No entiendo nada - dijo mi hermana siguiendo a Michael.

- Muchas gracias por la cena. Va a ser difícil olvidarla - dijo saliendo de casa.

- Michael, por favor - gritó mi hermana cerrando la puerta tras ella.

Supe que después de ese día las cosas cambiarían a peor.

25 de Diciembre de 1988.

" El mundo de Megan "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora