Capítulo 14 : " Se llama como yo "

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- No, no te preocupes... Jack, por favor, va todo bien. Tranquilo - dije pegada al teléfono. - Está todo bien, en serio - susurré caminando entre la gente. Habían pasado tres días desde que Jack había viajado a NY, estaba pendiente de si estaba bien o no. Le preocupaba que saliese y volviese a meterme en lios. Le aseguré que no salía y que ya no andaba metida en esas cosas que antes me hacían daño. - ¿Y King? - me explicó que estaba genial. Mi vecina había cuidado de él estupendamente durante mi ausencia. - ¿Y has visto a Sally? - guardé mi otra mano en el bolsillo de mi cazadora mientras me contaba que no había visto más que a su abogado - Irá todo bien, Jack. Ahora tengo que irme, voy a buscar trabajo. Hablamos luego. Cuídate mucho.
Y colgué.
Como ya tenía experiencia trabajando como camarera en restaurantes fui a unos cuantos para preguntar si había algún puesto libre.
Me senté en uno de los bancos de un parque y pensé en todo lo que estaba pasando en mi vida. Escondí un mechón de pelo detrás de mi oido y miré a mi alrededor. El parque estaba ocupado por unos cuantos niños, no demasiados. Pero estaban animados, jugando tranquilamente.
De repente, vi como un pequeño balón de color rojo venía rodando por el suelo hasta chocar con mi pierna. La cogí y vi que una niña estaba corriendo en mi dirección. Cuando se acercó, pude comprobar que esa niña era Megan.

- Hola, Megan - se acordaba de mi.

- Hola - susurré dándole el balón.

- Gracias - dijo recibiendo el balón - ¿Juegas conmigo? - miré a todo mi alrededor pensando que en cualquier momento Michael aparecería y me separaría de ella.

- Tengo que... irme ya, Megan. Lo siento.

- ¿Por qué viniste a casa? - preguntó sentándose en el banco cuando vio que yo me levanté para irme.

- Bueno... Tenía que hablar con tu padre, nada más.

- ¿Eres su amiga? - miré sus ojos y sonreí un poco.

- Algo así... - dije colgando el bolso de mi hombro.

- ¿Vendrás hoy? - levanté una ceja y negué con la cabeza.

- No, Megan. Hoy no.

- ¿Por qué? Podemos jugar con Mike y podemos ver la tele. - Dijo sonriendo mientras hacía girar el balón.

- No creo que tu padre quiera que vaya - ella frunció el ceño y me miró directamente a los ojos.

- Si sois amigos...

- Megan. - Michael volvió a aparecer y se arrodilló delante de su hija. - Tenemos que irnos ya.

- Papá, quiero quedarme con ella - dijo la niña señalándome.

- Tenemos que ir a casa, tu hermano está cansado.

- ¿Alice ha venido? - preguntó entusiasmada.

- Sí, está con tu hermano. - Ella sonrió al escuchar a Michael y segundos después me miró.

- ¿Vienes, Megan?

- Cariño, déjala seguro que tiene cosas más importantes que hacer - contestó Michael pasando su mano por el pelo de su hija.

- ¿A que quieres venir a comer con nosotros, Megan?

- Mm... Debes preguntarle primero a tu padre, creo que no le gusta la idea.

- Dejémoslo para otro día, mejor - susurró Michael cogiendo a su hija.

- No, papá, no. - Dijo ella rodeando el cuello de su padre.

- ¿Pero por qué quieres que venga? -  le preguntó su padre.

- Por que se llama como yo.

Al escucharla, sonreí y agaché la cabeza. Me dieron ganas de abrazarle o de decirle que me parecía la niña más adorable del planeta. Pero me contuve.

- A la una y media en casa, por favor. - dijo Michael antes de girar.

- ¡Bien! Adiós, Megan - exclamó despidiéndose con la mano.

5 de Enero de 1995.

" El mundo de Megan "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora