Capítulo 19 : " El mundo de Megan "

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- Muchísimas gracias, chicos - dije desde la puerta.

- Nada, ¿necesita ayuda con algo más? - preguntó uno de los chicos que estaban ayudándome con la mudanza.

- No, no. Muchas gracias, en serio.

Ya estaba todo en mi nuevo piso. Quedaba colocar algunas cosas que seguían guardadas en cajas, pero no tardaría en colocarlas.
El piso estaba situado en frente del parque en el que vi por segunda vez a los niños. Eso era una ventaja, si alguna vez los niños querían pasar el día conmigo, si Michael estaba de acuerdo, pues podríamos pasar la tarde en el parque. Me fascinaba la idea.
Mi móvil sonó, lo saqué del bolsillo trasero de mis vaqueros y lo cogí sin mirar:

- ¿Si? -dije pegando el móvil a mi oido con la ayuda de mi hombro, ya que estaba moviendo algunas cajas hacia una esquina.

- Megan, ¿te pillo ocupada? - preguntó Jack.

- No, tranquilo. - Mentí para no cortarle.

- Vuelvo mañana, y ahora mismo estoy con King - di un salto.

- Ay - exclamé - No ha quedado nada en casa, ¿no?

- No, no, tranquila - susurró. Escuché a King ladrar cerca de Jack.

- ¿Está bien King? - Jack rió.

- Sí - sonreí cogiendo el móvil con la mano. - Ah, por cierto me dijo Michael que estuviste en su casa con los niños.

- Sí, Jack. La verdad es que las cosas con Michael están mejor. Y los niños son adorables.

- Me alegra mucho oir eso, Megan. Por cierto, me preguntó por tu dirección también. - Fruncí el ceño.

- A mi no me ha preguntado.

- Será para saber si te pilla cerca de su casa o algo así - dijo despreocupado.

- Supongo... Bueno, ¿y qué tal el tema del divorcio?

Suspiró.

- Va para largo, aunque tecnicamente como no podemos ni vernos, pues estamos separados. - Asentí.

- Oye, ¿estás bien?

- Sí, morena. Ya sabes que esto suele doler al principio, luego...

- Luego va dejando de importar.

- Exacto - dijo antes de suspirar. - Voy a hacer las maletas y voy a dejar todo listo para mañana.

- Vale, tienes que venir a verme, ¿vale? Y yo también te debo unas cuantas cenas por haberme dejado tu casa - escuché su risa y yo reí con él.

- Lo tendré en cuenta, morena.

Después de colgar, comencé a desempacar los libros, fotos... Echaba de menos tener una nueva casa sobretodo en Los Ángeles. A lo mejor era cierto que las cosas estaban cambiando a mejor.
Terminé con tres cajas y decidí descansar un rato. Fui a la cocina, trenzando mi pelo y dejándolo caer hacia un lado, y saqué una botella de agua del frigorífico justo cuando llamaron a la puerta. Caminé hacia ella colocando bien mi vieja camiseta que dejaba al descubierto uno de mis hombros y abrí la puerta.

Michael.
Michael había venido a verme.

Parpadeé un par de veces sin creer lo que estaba viendo y sonreí.

- Hola - dije.

- Hola, Megan - dijo sacando las manos de los bolsillos de su abrigo negro. Miró hacia el rellano y señaló el gran ventanal del edificio en el que estábamos. - Esta noche ha nevado y hace un frío horrible fuera.

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