Capítulo 11 : " Recuperar todo de nuevo "

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Subí las escaleras y llamé a la puerta. Nerviosa miré a mi alrededor y vi a la gente de Los Ángeles caminando rápidamente de un lado a otro. Coloqué bien mi gorro negro y miré hacia la puerta que ya se estaba abriendo.
Jack sonrió y sin decir nada me cogió en brazos. Reí un poco:
- Ya, idiota. Que he engordado - me soltó sin dejar de reir.
- ¡Estás mejor ahora que antes!
- No digas tonterías - dije antes de morder mi labio.
- ¿Y esa maleta? - encogí mis hombros. - ¿Pasas y me lo cuentas?

Jack siguió leyendo el testamento mientras yo me terminaba el café mirando las fotos que tenía en su salón.

- ¿Vas a ser la que cuide de...? - asentí y dejó de hablar.

- ¿Cómo no me dijiste nada, Jack?

- El mismo día que ella...  Se fue, empecé los trámites de separación con Sally, Megan - levanté una ceja.

- ¿Te has divorciado?

- Estoy en ello, pero bueno... Volviendo al tema de los niños, ¿vas a quedarte para siempre?

- Jack, primero tengo que hablar con Michael - él asintió y guardó el papel en la carta. - No sé cómo reaccionará ni nada... Es una locura.

- Ya...

- Llamó a la niña Megan, Jack - dije antes de suspirar.

- La conozco - susurró con una sonrisa. - Es preciosa, y su hermano también aunque esté enfermo y por eso le haya visto tres veces solo.

- ¿Cómo enfermo? - pregunté rápidamente. - Jack - él mordió su labio inferior.

- ¿Siempre te tengo que informar yo de lo malo?

- Infórmame de la verdad, por favor. - Le pedí mirándole a los ojos.

- Laia ya estaba enferma cuando dio a luz. Ya sabes que ella no podía comer, dormía poco y eso le dificultó todo a la hora de traer al mundo a tus sobrinos. Según me contó Michael, el pequeño nació primero pero tardó más minutos de lo previsto en salir y complicó la salida de la niña también. Al final, los dos consiguieron salir bien pero Michael, el niño, nació con complicaciones para mover sus piernas.

- ¿No puede andar? - dije casi sin voz.

- No. De momento. No han dicho que sea invalidez de la que no pueda recuperarse nunca pero, está en silla de ruedas.

Tapé la boca con mis manos y cerré los ojos.

- Dios... - susurré.

- Seguro que con tu ayuda los niños estarán mejor, y Michael también - dijo Jack poniendo una mano en mi rodilla.

- No lo sé, me preocupa todo esto... No sé nada de ellos, ni siquiera de mi padre...

- Ahora vas a poder recuperar todo y esta vez de verdad. - Le miré y sonrió.

- ¿Crees que Michael me echará a patadas de su casa? - inquirí apoyando mi cabeza en su hombro.

- Puede - dijo riendo - en serio, no creo que lo haga. - Cogió un bolígrafo y en el sobre del testamento de mi hermana, empezó a escribir algo.

- ¿Qué haces? - le pregunté mirando lo que estaba escribiendo.

- Aquí tienes la nueva dirección de Michael.

2 de Enero de 1995.

" El mundo de Megan "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora