Daniela Darcy. » caché. [adaptación] (TERMINADA).

Capítulo 13.

Maratón 2/3. 

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—¿Quieres ser mi esposa?—preguntó de verdad ilusionado, pensando tantas cosas que con el tiempo se consumirían en ninguna. 

Daniela miró el precioso anillo que estaba en el pequeño estuche y no podía retener sus lágrimas. Sus ojos se dirigieron a los de su novio, y sonreía al pensar cómo sería su vida de casada, ¿más feliz de lo que se encontraba en ese momento, quizá? Sería Daniela Darcy, la esposa de Jacob Darcy. Tomó una decisión al verlo expectante con ese brillo en sus ojos verdes, el color que tanto amaba gracias a él, el color que dejaría de ser su favorito tiempo después. 

—Sí.—asintió sin dejar de sonreír, sintiendo que sería feliz el resto de su vida con el hombre que amaba, sintiendo que las únicas lágrimas que derramaría de ahora en adelante serían de felicidad como en ese momento. 

Jacob sonrió ampliamente mientras sacaba el anillo del estuche y tomaba la mano de su ahora prometida. En el momento en que el anillo se posicionó en el dedo anular de Daniela, no solo selló su compromiso con Daniela Darcy, también selló un futuro lleno de lágrimas, y ninguna, ni una solo era de felicidad. 

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Daniela estaba tan concentrada besando a Poché, que quizá dejó pasar el hecho de que estaba casada y que su esposo no era precisamente la persona más compresible del mundo, sin embargo lo que sentía en ese momento era inconfesable, era algo entre su corazón y ella. 

Poché estaba tan concentrada besando a Daniela, que quizá olvidó que tenía novio y que su novio era la persona con quien vivía y a quien supuestamente amaba, sin embargo lo que sentía en ese momento era algo que había dejado de sentir hacía mucho tiempo atrás. 

Cuando ambas se separaron y por ende abrieron sus ojos, al verse la una a la otra no pudieron evitar reír suavemente. 

—Vaya...—susurró Poché con una sonrisa.—, tengo que decir que fue mi primera vez besando a una chica.—Daniela se encogió de hombros. 

—La mía no...—susurró Daniela casi inaudible, sorprendido en realidad mucho a Poché. Daniela lo notó e inevitablemente se sintió nerviosa.—, solo fue una vez, no quiero que pienses que beso a todas las chicas que conozco, yo solo...-quise, perdón.—decía rápidamente. Poché rió un poco. 

—Me gustó.—confesó haciendo sonrojar aún más a Daniela.—Sí, fue maravilloso, casi tanto como tú.—Daniela al no saber que responder concretamente debido a lo nerviosa que estaba, solo pudo reír suavemente.—Ven—dijo tomando sus manos provocando que se levantaran juntas.—, siéntate aquí.—señaló el escritorio. Daniela sin entender pero sin cuestionar, como ya tenía claro, obedeció. Poché se acercó a ella, a centímetros de su rostro con su vista fija en sus labios y al detallarlos tan cerca se dio la libertad de tocar su herida permanente con suma delicadeza.—Tus labios saben a sangre.—susurró un poco dolida. 

—Perdón.—suspiró. Poché negó con su cabeza.

—No lo dije por eso, lo dije porque tienes tu boca maltratada—respondió sinceramente.—, y a pesar de que me haya gustado el beso, no puedo evitar preocuparme por ti y más ahora que-...—

—Me gustas.—interrumpió Daniela sonrojada, volviendo a sonreír.—Oh, lo siento.—bajó su mirada un poco avergonzada dejando de sonreír. Poché solo sonrió un poco al ver como Daniela se dejaba ver tan inocente.—No quiero hacerte sentir incómoda.—habló avergonzada.

—No.—respondió Poché encogiéndose de hombros.—Me besaste—Daniela asintió.—, y yo te volví a besar, me gustó hacerlo. No tienes que disculparte.