Maratón 3/3.
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El ruido de un tono pegajoso la sacó de sus sueños. Sin ver exactamente a dónde se dirigía su mano, buscó a ciegas su celular en el pequeño mueble que tenía a su lado, cuando lo tomó miró la pantalla y se dio cuenta de que eran las 5 am, faltaba una hora aún para que su alarma sonase, y es porque el ruido venía de una llamada, un número no registrado.
—¿Hola?—preguntó volviendo a cerrar sus ojos, con su oz adormilada.
—Hola, Poché.—saludó una animada Daniela al otro lado de la línea. Poché al escuchar su voz sonrió de inmediato.—¿Te desperté?—preguntó preocupada.
—No te preocupes.—respondió aún con su sonrisa y sus ojos cerrados.—¿Cómo estás? Pensé que tu celular se había roto.
—Te estoy llamando desde una cabina telefónica.—respondió sonriendo dentro de la cabina roja, era un poco anticuado, pero a Daniela le seguía pareciendo impresionante.—Aprendí tu número e intenté marcarlo por aquí; y sonreí mucho cuando respondiste.—rió.—No pensé que fuera a funcionar.
—Oh, que bueno que funcionó entonces.—rió con ella, mientras frotaba sus ojos con su otra mano.—¿Cómo estás?
—Muy feliz.—respondió sinceramente.—Decidí llamarte antes de ir a trabajar, espero que no te moleste. Quería darte los buenos días.—se encogió de hombros viendo el vidrío de la cabina se empañaba, sonrió al pensar que quizá era señal de nieve. A Daniela le encantaba la nieve, mucho más que la lluvia.
—¿Puedo despertar así de ahora en adelante?—preguntó con una sonrisa, imaginando la de Daniela.
—Puedo llamarte todos los días a esta hora.—respondió emocionada, tomando el teléfono con ambas manos para sostenerlo mejor.—Cuando salgo de casa y camino hacia mi auto me cruzo con esta cabina, nunca antes la había usado—dijo sinceramente.—, pero ahora tengo una razón. Buenos días, Poché.
—Buenos días, Calle.—rió un poco.—¿A qué hora despertaste?—la sonrisa de Daniela se redujo un poco.
—Cuatro.—respondió sinceramente, sería honesta en lo que pudiera serlo.—Despierto primero, hago el desayuno y el almuerzo, luego tomo una ducha, me arreglo, me despido de Jacob y salgo de casa—asintió—para llamarte y darte los buenos días a partir de hoy.—eran muchas cosas qué hacer para solo una hora. Al parecer, tenía cada cosa calculada.
—Entiendo.—susurró aún adormilada. Daniela sonaba muy animada a pesar de dormir pocas horas, y eso era algo muy curioso.—¿Ya te dijeron lo preciosa que te ves hoy?—Daniela negó con su cabeza aunque Poché no pudiera verla, mecánicamente.
—No.—respondió.
—Te ves preciosa.—le dijo sin dejar de sonreír.
—Pero no me has visto hoy.—respondió un poco confundida, comenzando a sentir frío en sus manos.
—No necesito verte para saberlo.—dijo en tono obvio.—Estoy segura de que así es.—Poché escuchó la risueña risa de Daniela al otro lado de la línea y fue inevitable reír con ella.
—Entonces tú también, debes verte preciosa en pijama.—rió antes de darse cuenta de lo que acababa de decir.—No quiero decir que solo te veas bien así, me refería a que-...—
—Daniela—interrumpió.—, tienes que entender que yo no me molestaré contigo.—le habló suavemente.—Sé que piensas eso. Al final del día eres humana, no te disculpes por existir.
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Daniela Darcy. » caché. [adaptación] (TERMINADA).
أدب الهواةÉsta historia no es mía. Todos los derechos reservados a @Paper_Crush, quién me dio el permiso para adaptar ésta bella historia ʕ•ᴥ•ʔ. Espero les guste ( ˘ ³˘). Poché nunca se imaginó que acompañar al pequeño hermano de su novio con la excusa de su...