Daniela Darcy. » caché. [adaptación] (TERMINADA).

Capítulo 10.

—Hoy quien va a recibir una paliza va a ser ese gigante.—dijo Maxwell muy confiado arreglando su uniforme de fútbol en su cuerpo.—Anotaré dos goles, uno por ti y uno por tu amiga—Poché rió un poco mientras lo esperaba sentada en la cama.—, y ojalá el balón le golpee el rostro, juro que lo intentaré.—volvió a reír. 

—Te ves muy emocionado.—le dijo Poché con una sonrisa. Maxwell era un hombre que la mayor parte del tiempo lo ocupaba en su trabajo, prácticamente vivía para trabajar, así que verlo genuinamente feliz era muy reconfortante para Poché. 

—Lo estoy, hace mucho que no juego fútbol y aunque la persona que nos invitó sea un completo imbécil.—dijo sonriéndose a sí mismo en el espejo.—Voy a jugar, y tú y Ethan estarán allí.—salió del baño para dar una vuelta sobre sí mismo.—Que novio tan guapo tienes.—Poché rió al escucharlo. 

—Vamos, señor ego. Se nos hará tarde.—respondió levantándose para caminar fuera de la habitación y así ver cómo iba Ethan. Maxwell frunció un poco el ceño al verla ir, Poché ya no lo besaba como antes y no quería culpar a Daniela Darcy de eso. 

━━━━━━ ◦♡◦ ━━━━━━

—¡Poché!—sonrió una Daniela muy emocionada al verlos entrar a las gradas. Poché dirigió su mirada a ella con una sonrisa que no se borró a pesar de verla usando lentes oscuros y una bufanda.—¡Ethan!—saludó con su mano vendada. 

—Voy a buscar al gigante, ustedes vayan con ella.—le sonrió Maxwell antes de irse a hacer lo que dijo. Poché y Ethan se dirigieron sonrientes a la grada donde estaba Daniela. 

—¡Doctora Darcy!—sonrió Ethan antes de abrazarla fuertemente. Daniela sonrió y correspondió su abrazo cerrando de igual manera sus ojos para aguantar el dolor que sentía su cuerpo en ese momento, el niño no podía notarlo.—La extrañé tanto.—siguió sonriendo al terminar el abrazo. 

—¡Nene!—sonrió Daniela.—Yo te extrañé también. ¿Cómo estás? ¿Cómo has seguido?

—Muy bien.—asintió rápidamente.—He tomado sus consejos.—Daniela abrió la boca impresionada, provocándole una risa al niño. 

—Hola, Daniela.—intervino Poché con una sonrisa. La menor dirigió sus inexpresivos ojos y su sonrisa a ella antes de levantarse. 

—Hola, Poché.—le dijo Daniela sonriendo, pero sin moverse. 

—¿Cómo estás?—le preguntó acercándose a ella para darle un delicado abrazo que Daniela tardó un par de segundos en corresponder, un poco nerviosa de quién pudiera estar viéndola.—Te ves preciosa hoy.—rió al terminar el abrazo. Daniela rió un poco.—¿Pero no tienes calor? ¿Por qué la bufanda?—preguntó en realidad confundida, deberían hacer unos treinta grados. 

—La bufanda en mi cuello—dijo llevando su mano a el.—, es muy útil en realidad.—rió antes de volver a sentarse en la grada y que Poché hiciera lo mismo a su lado, en cambio, Ethan estaba de pie fascinado por la gran cancha y los jugadores, esperando a que apareciera su hermano mayor. 

—Claro. ¿Cómo sigue tu muñeca?—preguntó interesada. 

—Muy bien, muchas gracias.—respondió con una risa.—¿Cómo vas con los niños? Me gustaría algún día ver una de tus clases.—Poché sonrió, que gran idea. 

—Oh, cuando quieras.—respondió.—Mientras decides yo puedo ir a esa conferencia de la que tanto me has hablado.—Daniela la miró a través de sus lentes oscuros, los cuales fueron escogidos por su esposo.—Estás muy emocionada, y quisiera estar allí para apoyarte.—la sonrisa rota de Daniela se extendió por todo su rostro.—Sí quie-...—