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UNO

-¿Estás de coña Kyung? -lo miré expectante y por su cara vi que no me estaba tomando el pelo.

-No estoy de coña YunJi, y te toca controlar la discoteca, sí -rodé los ojos. Pero que podía hacer, él era mi jefe, y yo solo era una policía más a quien debía de dar órdenes, y hoy contaba con que era mi guardia. Excelente. No podía contraatacar -No vas a estar sola, Jimin irá contigo.

-¿Debería de darte las gracias por eso? -hice mi mayor cara de desagrado.

-Oh, gracias por la parte que me toca Yun -oí a Jimin detrás de mi ofendido, o al menos fingiendo estarlo.

-Callate Jimin -ordené y fácilmente acató mi orden haciendo como si una cremallera cerrara su boca, ojalá la tuviera de verdad.

-Sí que deberías darme las gracias, además, estoy un pelín cansado de esta discusión cada semana que te toca guardia, sabes que ese es tu trabajado YunJi -rodé los ojos, y me jodía que tuviera razón, que podía hacer, todo lo que decía era verdad, porque sabía que esta discusión la teníamos todas las semanas y porque sabía que ese era mi trabajo. Yo elegí ser policía ¿no?

-Yun, me llamo Yun -corrigí, porque sabía más que nadie que no me gustaba mi nombre completo, según mi madre era muy tierno, a mi me parecía una puta mierda -Y está bien, ¿no tengo otras opciones, no? -negó de lado a lado y soltó un suspiro largo y tendido -Ya sabes Jimin, tu conduces y yo mando -le apunté con el bastón que tenía colgado a un lado de mi uniforme totalmente negro.

-¿Porqué? Siempre que tenemos guardia juntos me toca lo más aburrido, no vale Yun, quiero ser yo el que manda esta vez -lo miré serio, él tenía un puchero bastante tierno en su rostro porque le desagradaba lo que acababa de decir, pero sabía que mi actitud era inquebrantable.

-Vas a ser el puto conductor Jimin, porque yo quiero ¿vale? ¿te quedó claro? -mi mirada no era nada amble o simpáticas, y lo bueno de ello era que Jimin cedía ante ellas como si me temiera, pero sabía que lo hacía más por no verme cabreada de verdad.

-Vale Yun, seré el conductor, otra vez -aclaró y yo sonreí.

-Quien sabe y tenemos poco trabajo hoy en la noche y... -su sonrisa se ensanchó, sabía a que me refería y por su rostro, no le gustaba la idea, le encantaba con todas las letras.

A ver, sabía lo había dicho porque lo debía de tener hasta los cojones de ser el que conducía, para contentarlo un poco y que su trabajo no se le hiciera pesado, pero también sabía él, que no era de insinuar sexo o algo que implicara lo mismo, porque siempre era él el que me llamaba para eso y el que lograba convencerme para ellos también. Claro está que no me insistió mucho porque desgraciadamente me gustaba, me gustaba echar un polvo con Jimin en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, porque sabía que iba a quedar satisfecha y tal. Podía ser que por eso había durado tanto con Jimin haciéndolo y que no implicara relaciones formales, porque me gustaba como me lo hacía, y porque complacía mucho y era muy mono.

-Eres una chusma, ¿sabias? -arqueé una ceja fingiendo estar ofendida.

-¿Yo una chusma? -me llevé mi mano a mi pecho dramatizando un poco.

-Sabes muy bien como mover tus fichas.

-No tengo la culpa que mi oponente sea tan blando con mis ataques -sonrió y él también lo hizo.

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Las manos de Jimin eran escurridizas y más cuando encontraba mi braga tan mojada por él. Me encontraba encima de Jimin, con mis piernas a cada lado de sus caderas dentro de la patrulla con la que estábamos haciendo nuestro trabajo, después de una hora entera vigilando la discoteca que sonaba a todo dios y asegurándonos de que nada iba a pasar, pasamos a algo más interesante porque nos empezábamos a aburrir. Jimin aparcó el auto detrás de unos arbustos, el lugar me parecía una mierda pero ahora estaba cachonda y me valía el lugar.