Un día normal, el famoso trío compuesto por Osamu y Atsumu Miya —los gemelos más conocidos en la preparatoria Inarizaki— y Suna Rintaro, amigo de esos dos y compañero de equipo, estaban ya en el salón, esperando que las clases empezaran, el de ojos verdes recostado sobre su mesa tomando una siesta mientras los gemelos conversaban.
Paz. Suna estaba agotado con el entrenamiento duro que tenían todos los días, pero hacer Hockey no era fácil, además de eso Suna era portero, por lo que nunca podía faltar a una práctica. Estaba llegando a su quinto sueño cuando de repente uno de sus compañeros llegó para avisar a sus amigos algo con voz exaltada, parecía muy emocionado.
—¡Hay peleas de chicas! ¡Está la monja! —exclamó el chico entre emocionado y cansado de correr tanto —¡Ya vamos antes de que nos lo perdamos!
Los gemelos se vieron entre ellos y luego miraron al castaño, él al sentir dos miradas sobre sí alzó la cabeza con cansancio y miró a sus amigos con reproche.
—¿Quieren ir a ver? —bufó y Atsumu asintió con firmeza, Osamu trató de hacerse el desinteresado pero eran claras sus intenciones, es decir, no todos los días se podía ver a la monja de la clase 2-1 agarrarse con otra —Olvídenlo —Suna volvió a recostarse sobre su escritorio para dormir pero los Miya se pararon y Osamu cuando estaba por irse tomó a Suna del chaleco y lo tiró a rastras fuera del salón.
—¿Qué haces, maldita sea?
—Vamos.
—¿Pero por qué? —cuestionó a ambos chicos mientras corría a su lado, sin entender.
—Solo vamos —dijo el rubio.
Con los gritos de la multitud rodeando a alguien los altos chicos notaron como la matona de la escuela trataba de golpear a la monja como si se estuviera burlando. Megumi Mei, mejor conocida por la monja debido a su deseo convertirse en eso, una chica tímida, amable, dulce y reservada estaba siendo molestada por la matona de la clase 2-1; Suzume Azami.
—¿Qué está sucediendo?
—Se están peleando, menso —le respondió Suna al rubio de los gemelos y Atsumu lo miró con molestia.
—¡Eso ya lo veo! ¡Me refiero a por qué están peleando!
—Entonces habla bien —dijo el peligris mirando la pelea con preocupación también, no comenzaba ni el día y ya estaban peleando por los pasillos.
—¿Tú también, Samu?
Cuando estaban por golpear a Megumi en la cara una mano extra se hizo presente, poniendo la palma para recibir el puño de la matona que iba directo al rostro de la tímida chica. La gente se sorprendió al notar como una chica con cabello desordeno y castaño se interponía sonriendo desafiadora.
—¡Oye, oye, oye! —dijo con diversión mientras sacudía la mano que recibió el puño —Todavía no empieza el día y ya andan peleando como gatas.
—No te metas.
—Ay, perdón, pensé que necesitabas relajarte, ya parecías algo caliente —volvió a decir la chica y Megumi la miró, era más alta que ella por un par de centímetros y delgada.
—¿Y quién demonios eres?
La chica extraña hizo una mueca.
—¿Hablas en serio? Compartimos salón hace 4 años —dijo ella con decepción y la matona pareció recordarla, sonrió con malicia.
—Ah, pero si eres la extra.
—¡Ya me recuerdas! Aunque ese no es mi nombre, soy...
—No me importas, extra, solo quítate de mi camino —dijo con tono amenazador.
—Lamento informarte que no puedo, el pasillo es un espacio público, si decido quedarme, me quedaré aquí —dijo con despreocupación, muy orgullosa. La matona no dio pie atrás y la golpeó en la mandíbula tirándola al suelo. Megumi soltó un chillido y se llevó las manos a la boca con preocupación, los chicos del equipo de hockey, que observaban curiosos, estaban por interceptar pero la chica se levantó con rapidez y la agarró de la camisa lista para golpear musitando una grosería pero...
—¡Kota, a dirección!
La supuesta Kota bajó la cabeza rendida.
—Aish... siempre me pillan a mí.
—¡Ahora! ¡Deja de hacer problemas! Siempre los haces —gruñó el director esperando que la chica soltara a su compañera y lo siguiera.
Megumi iba a defenderla pero "Kota" la miró y negó con su cabeza, caminó por los pasillos y cuando estuvo al lado de Suzume le apuntó con su dedo.
—Ya nos arreglaremos nosotras dos.
Suzume chasqueó la lengua con confianza, feliz de que no recibiera castigo alguno. Kota soltó una risilla llena de malicia y abrió la boca:
—¡¿Qué que dijiste, Suzume?! ¡¿Qué después me ofrecerías un cigarro?! ¡Lo siento, pero no fumo! —gritó Kota con picardía y la matona miró al director negando a la cabeza.
—¡Tú también, Suzume! —agregó el director suspirando después.
—Perra...
—Je, je, vamos, sé que tienes cigarros en tu bolsillo de la falda, veamos cómo te deshaces de ellos —dijo Kota y caminó hasta el director con felicidad en su rostro, no caería sola.
El grupo se dispersó, quedando una nerviosa Megumi. Suna se quedó mirando como la chica de cabello castaño se iba a un lado de la matona mientras la señalaba con gracia, burlándose de ella, manteniéndose alejada por si acaso.
Él nunca había visto a esa chica.
—¿Estás bien? —preguntó Atsumu sacando a Suna de sus pensamientos y se acercó a sus amigos que estaban junto a Megumi.
—S-sí —respondió ella.
—¿Segura estás bien? —preguntó de nuevo el rubio.
—Sí, Tsumu-kun... estoy bien —aseguró la chica bajando la mirada a sus pies, algo sonrojada.
—¿Tsumu? Vaya, ¿y eso? ¿Qué sucede entre ustedes tortolos? —se burló Suna.
Al rubio de los Miya sintió sus mejillas sonrojarse.
—Cierra la boca. Nos conocemos, eso es todo.
—¿Cómo? —quiso saber Osamu, curioso de como su hermano conocía a esa chica.
—Trabaja en el café de la pista de Hockey, por favor, además me ayudó con algunas tareas—dijo él, lo último casi sin voz con vergüenza de reconocerlo. Suna y Osamu se rieron con algo de burla y Atsumu infló las mejillas enojado —. Bueno, ¿quién era ella?
—No lo sé... —pronunció Osamu.
—¿Y qué era eso de extra? —preguntó Suna con molestia.
—Ella es Tamako Kota, va en mi salón —dijo Megumi. La chica iba en el mismo salón junto a la matona y ahora con la aparente Kota. En cambio ese trío iba en la clase 2-3 —Siempre la castigan —agregó en voz baja y con las mejillas sonrojadas por tener a Atsumu tan cerca.
—Ya veo —musitó Suna, bostezando del cansancio —Vamos a clases, antes de que llegue el maestro.
Todos asintieron y fueron a sus salones, Suna arrastrando los pies para llegar a su salón, mientras trataba de olvidar a la chica castaña de antes.
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ʕ •ᴥ•ʔ
Hey hey hey! Volví y ahora con Suna ;) La verdad estoy nerviosa de como se podrá dar esta historia, toca muchos puntos distinto a lo que había hecho en BREATH, también tengo muchas ideas con otros personajes de Haikyuu!! así que espero poder desarrollar bien esto.
No soy de las personas que termina las cosas que empieza así que me esforzaré para que esta historia (y las otras que vienen hehe) sea la excepción.
Gracias a los que están leyendo y sin más que decir que lo disfruten.
—ʏdɒᗡ!
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Smile For Me [Suna Rintaro]
أدب الهواةElla siempre pedía sonrisas Él nunca las dabas Ella tenía un mundo oculto detrás Y él estaba dispuesto a conocerlo "¿Por qué siempre pides una sonrisa?" "Porque toda sonrisa tiene colores propios" [Advertencias] Esta historia contiene ficción, trist...