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Con sigilo me asomé por la puerta abierta de la sala de rehabilitación, recogiendo mi cabello suelto para evitar que me delatara.

Allí estaba JungKook junto al doctor Kang. El gruñón pelinegro estaba dando cortos y pesados pasos con su doctor pisándole los talones.

A pesar de haber pasado poco menos de tres meses desde su despertar, los avances que JungKook daba eran enormes.

Digo, ya se podía mantener de pie durante tres minutos, daba cortos pasitos y había recobrado un poco de la sensibilidad en sus piernas.

La mueca orgullosa en su rostro, reflejada con cada paso que daba, me contagiaba a mí.

Les hice una seña a MiYang y YoonGi de que me siguieran en silencio y con sigilo nos colamos en el salón.

Había hablado mucho acerca de JungKook con mis hermanos (ya que así considerábamos MiYang y yo a YoonGi aunque de vez en vez lo trate de señor), ya fuera mediante videollamada o cuando llegaron a casa luego de su viaje. Estaban ansiosos por conocer al gruñón ser que me acompañaba todos los días y me hacía reír cada vez que le enviaba un mensaje (por que sí, TaeHyung le consiguió un celular nuevo para que se mantuviera en contacto) en las noches luego de que llegaba a casa.

Minutos de silencio y concentración fueron los que abundaron en el salón mientras JungKook caminaba entre dos barras de apoyo por el camino establecido por el doctor.

Casi al final, sus piernas comenzaron a temblar y el agarre en las barras se hizo más fuertes.

Al instante reaccioné y, antes de que su cuerpo cayera al suelo, coloqué su silla de ruedas y quedó sentado.

-¡Bravo, JungKookie!-aplaudí con emoción y besé su frente aún si él estaba en shock pues ya se imaginaba en el suelo-¡Cada día avanzas más!¡Estoy muy orgullosa!

El doctor Kang soltó una risilla y se unió a mis aplausos por un par de segundos.

-Vas bien, muchacho. Tienes mucha voluntad.

-Ojalá tuviera la misma voluntad para soportar a mi enfermera personal.

Y sí, ahí estaba de vuelta el pesado de Jeon.

Yo sólo rodé los ojos.

-Oye, no seas grosero con noona-con un puchero, MiYang se acercó a ambos y se colocó frente a mí, cruzado de brazos.

¡Se veía tan tierno defendiéndome!

-¡Ohhh!-la boca de JungKook se amplió con asombro-. Así que este es tu hermano-entre sus manos, tomó el rostro del menor para analizarlo-. Te ves mucho más agradable que tu hermana.

-¡Yah!-pero las quejas de MiYang sólo lo hicieron reír.

-Bueno, bueno, ahora los presento, pero primero salgamos que el doctor Kang tiene más pacientes que atender-animé y, con una sonrisa por parte del doctor, empujé la silla de ruedas de JungKook con YoonGi y MiYang siguiéndome.

Apenas salimos al pasillo, miré a todos lados y, viéndolo vacío, me apresuré y senté horizontalmente sobre los muslos del amargado.

Y ¿cómo no? Se tomó la molestia de protestar...Más cuando MiYang imitó mi acto pero sobre mis piernas.

Es decir, dos cuerpos sobre el suyo.

-¡Pero bueno!-gruñó-¿Ya les dejó de llegar oxígeno al cerebro como para andar haciendo estas graciecitas?

-Ajá, sí. Claro-decidí ignorarlo olímpicamente pues, por mucho que se quejara, la diversión se reflejaba en su rostro. Según él yo seguía siendo su grano en el mismísimo trasero, pero muy bien sabíamos ambos que nuestra relación ya no se basaba solamente en insultos de su persona a la mía-. Mira, te presento a mi hermano menor, Lee MiYang-señalé al aludido y este le sacó la lengua burlón, acción que JungKook imitó.

-No me das miedo, niñito. Y ten cuidado, eh-alzó una ceja, pretendiendo lucir amenazante-, que te recuerdo que tú y tu insoportable hermana están en mis muslos en estos momentos y, si me da la gana, los puedo dejar caer.

-¡Uy sí!¡Qué miedito!-miré orgullosa a mi hermano menor ante su fingida y dramática mueca de horror.

-¿Lo estás viendo?-exclamó JungKook en mi dirección, señalando al menor-. Está copiándote. Eres una mala influencia para tu propio hermano.

-No digas estupideces-rodé los ojos-. Aquí el único insoportable eres tú y aún así, aquí sigo.

-¡Ay, sí!¡Ay sí!-se burló el gruñón-. Como si yo te hubiera puesto una pistola en la frente para que me cuidaras.

-Pe...

Y mis palabras quedaron en el aire, siendo sustituida por un gritito colectivo por parte de JungKook, MiYang y yo al momento en que YoonGi posó sorpresiva y sonoramente la palmas de su mano en las empuñaduras de la sila de ruedas.

Aquello hasta un brinco nos hizo dar.

-¡Y yo soy Min YoonGi, el hermano mayor!-se presentó entre risas al ver que ninguno de los tres había salido del susto que nos dió-. YangMi nos ha hablado mucho de tí y nos alegra que seas su amigo y le des una razón más para sonreír, pero de veras que eres un poco amargado, chico, así que aquí estoy yo para remendarlo.

MiYang y yo nos miramos con susto y nos abrazamos a JungKook y el espaldar de la silla, confundiéndolo.

Pero es que él no sabía lo que esa malvada sonrisa de YoonGi significa.

-¡A correr, señores!

Y sí...el muy loco corrió empujando la silla con nosotros encima por todo el pasillo, mismo que inundamos con nuestros gritos de adrenalina y risas pues la situación más inusual no podía ser.

Ese fue un buen día, donde mis hermanos convivieron con mi primer amigo y viceversa, cosa que ayudó mucho al gruñón de JungKook a dejar un poco de lado su amargura.

Realmente es un consuelo que aún recuerde esos lindos momentos y pueda atesorarlos en mi corazón.

⦅αɾεɳ'ƭ ωε?⦆ °ʝεσɳ ʝµɳɠ ҡσσҡ°✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora