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ʝµɳɠҡσσҡ

Por primera vez en la mañana despertaba antes de la llegada de mi adorable enfermera.

Cincuenta porciento sarcasmo y cincuenta porciento realidad.

Durante los diez meses de rehabilitación, ella y yo nos hicimos mucho más que cercanos y hasta habíamos llegado al punto de hablar de nuestros pasados, nuestras metas, nuestros sueños, nuestro futuro...

Ella me enseñó a sonreír más, a abrirme más a las personas (consiguiéndome así a unos cuantos amigos entre pacientes, enfermeros y doctores), a no rendirme incluso cuando muchas veces las piernas me dolían y sentía que sería imposible para mí caminar de nuevo.

Ella me mostró que tenía una errónea visión de la vida, y yo acepté mi equivocación.

Todos los días a mi lado. A todas horas sonriéndome y recordándome una frase que, según ella, nos definiría como amigos.

¿Acaso no somos adorables? Me pregunto una vez que llevó consigo unas diademas con orejas de gato y me obligó a tomarme fotos, así que, mientras ella sonreía de lo lindo, yo mostraba mi mejor mala cara...pero incluso así ella dice que soy agradable.

¿Acaso no somos inseparables? Aquella vez habían intentado cambiar el personal que atendía a pacientes en rehabilitación como yo, pero ella y el doctor Kang lograron mantener su lugar y enseguida que se supo la notica ella corrió a abrazarme.

¿Acaso no somos fuertes? Me dijo el día que nuestro pasado emergió momentáneamente.

¿Acaso no somos los mejores amigos? Y aquello último me lo había soltado hacía no menos de tres días antes cuando estuvimos hablando junto a YoonGi y MiYang y ellos dijeron que nosotros éramos como el agua y el aceite y nunca nos llevaríamos bien.

Pero no, se equivocaban...y tampoco sabían cuánto me dolía cada vez que aquella chica de imborrable sonrisa me llamaba: Mejor amigo.

Y no es que me molestara saber que llegué a ocupar tal lugar en su corazón...más bien me molestaba porque ese no era el lugar que yo quería ocupar.

Ella se acurrucaba en mi pecho cuando tenía días duros y aún estaba en su turno dentro del hospital. Se quedaba dormida en mis brazos y me rogaba en sueños por caricias en su cabeza. Ella me sacaba a caminar con frecuencia y leíamos juntos. Ella me abrazaba y besaba mi mejilla. Ella me acariciaba el cabello cuando me costaba dormir y daba la casualidad de que ella estuviera de guardia. Ella me contaba chistes malos para animarme cuando me veía mal por caerme o cuando simplemente sentía que todo se me venía abajo.

Ella era y es mi mayor apoyo, y yo hice y hago todo lo que esté en mis manos para seguir siendo el suyo.

Porque la amo, sí, y mucho.

Quería abrazarla siempre, besarla siempre, tenerla cerca siempre, decirle lo mucho que significaba para mí siempre.

Quería un para siempre con ella, y aunque no sabía si ella sentía lo mismo, decidí arriesgarme, como mismo TaeHyung me había aconsejado...incluso el mismo YoonGi se había dado cuenta de mis sentimientos y me había apoyado.

Esa mañana, aproveché que ella aún no llegaba para tomar una rápida ducha y vestirme lo más decente posible con la mejor pijama que los Kim pudieron llevarme.

El día anterior en la noche, el doctor Kang me había dado la genial noticia de que sería dado de alta dos días después y yo ya estaba que trepaba paredes de lo feliz que estaba.

A ver, que para mí lo único bueno de ese hospital era YangMi, mi amistad con el doctor Kang y la recuperación absoluta de la movilidad de mis piernas. Por este último motivo era que me tenían "en observación" hacía una o dos semanas atrás.

¡Pero al fin saldría y le daría la sorpresa a YangMi!

Junto a mi declaración, claro está.

-¡Agh!¿Quién se imaginaría que yo estuviese en esta situación?-chasqueé mi lengua, procurando alisar lo más posible mi camisa.

Ciertamente ni yo me creía capaz de hacer algo así.

Pero bueno...

-¡Buenos días, JungKookie, mi gruñón favorito de toda la galaxia!

Sonreí inevitablemente y me apresuré a salir del baño.

-Buenos días, ángel.

Ah...sí, la llamo así.

-¡Pero bueno!-dió una palmada y corrió a abrazarme, gesto que correspondí, por supuesto-¿Y ese milagro que has despertado tan temprano?

-Bueno...quizás se deba a que hoy es un día importante para mí.

Sus hermosos ojitos parecían dos pares de destellos.

-¡Eso me alegra, bonito!-mis mejillas fueron apretujadas por sus manos y eso me hizo reír-. Y...¿Se puede saber qué es tan importante hoy?

La sonrisa ladina que en mis comisuras se estiró de seguro la intimidó, pero el sonrojo en sus mejillas no se hizo más notable hasta que, con mis manos en sus caderas, la acerqué más a mí, tanto, que parecía no haber ni un milímetro de distancia entre ambos.

Con la misma galantería, junte ambas frentes y me tomé el atrevimiento de jugar con nuestras narices.

-Dentro de poco lo sabrás...

Sus brillosos orbes coincidieron con los míos y amé perderme en la profundidad de aquel color café.

Quise besarla y mandar a la mierda todo, lo juro, pero ella fue más rápida y terminó sonriéndome antes de rodear mi torso con sus brazos y recostar su cabeza en mi pecho.

De igual manera sonreí y abracé, esta vez, sus hombros, acariciando su cabello.

-Hoy tengo un día bien cargadito, bonito. Me asignaron los casos de la enfermera So ¿Recuerdas? La viejita-no la veía muy bien, pero sabía que sus labios estaban formando un hermoso puchero.

-Cómo olvidar a esa amable señora-reí-. Ella ha sido muy buena conmigo cuando tú no has estado. Pero ya que te asignaron sus casos y yo tengo ganas de caminar, me gustaría mucho acompañarte. Tal vez te sea de ayuda.

-¿¡En serio!?-me daba gracia como estaba toda emocionada y chillaba pero aún así no se despegaba de mi pecho.

-Claro, vamos.

Efectivamente, ese día fue bueno. Ayudábamos a los pacientes asignados y la sola convivencia entre nosotros ya era motivo suficiente para sonreír.

⦅αɾεɳ'ƭ ωε?⦆ °ʝεσɳ ʝµɳɠ ҡσσҡ°✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora