Capítulo 2

2.3K 218 34
                                    


Personajes que serán utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

El palacio brilla con la luz de la estrella más cercana, los pasos son lentos, golpes que en el silencio del lugar resonaban profundamente, como si tan recóndito sitio nunca hubiese sido habitado o tenido el privilegio de acoger a alguien, en parte así era hasta cierto punto, porque su dueño muy poco tiempo permanece allí y cuando lo hace solo es para quitar un peso de angustia al resto del universo, porque eso significa que el corto descanso le librará del juicio que él trae.

-señor?.- la dulce y encantadora voz se escuchó cerca de su oído, uno de los placeres más grandes que el universo puede tener, sentir aquel sonido provenir de la dama más hermosa, pero ya sea por costumbre o por que no le importa, solo significaba el inicio de un nuevo despertar.

-el día que me encargó despertarle ha llegado, hay trabajo por hacer.- él no era como el resto de dioses, perezosos que un rato más de sueño significan décadas o incluso siglos, para él no existe el descanso, de hecho, si su asistente no se lo propusiera hasta el cansancio, no dormiría nunca. -aún tiene el recordatorio?.- interrogó el ángel, aunque la respuesta era la misma siempre.

-lo recuerdo.- murmuró.



Aquella mañana el supuesto descanso se cortó en seco, no era como usualmente pasa con él, dónde las visiones que le atormentan son las mismas, una tras otra, aquella noche no fue el mismo sueño, de ahí que el descanso se interrumpiera.

-¿qué es esto?.- pensó, completamente agitado, notando como el sudor frío descendía por su anciana piel, sus manos que temblorosas no podían obedecer sus órdenes, tal vez el poder que el pozo le otorgó le anunciaba algo malo, porque en su mente el color violeta es el que perdura, las llamas que evaporan todo a su paso, el poder que pulveriza los cuerpos, el ser que cambia completamente el término deidad y, cuando quiso salir de las mantas sobre su cama para ir por más alcohol pudo verlo, un animal, un felino que desde el marco de la ventana le señalaba con sus rasgados ojos, inclinando una y otra vez su cabeza como si le analizara. Dicen en el mundo humano que la presencia de esos animales es símbolo de mala suerte, pero dejando todo eso a un lado, estaba más que seguro que ese sentimiento es el mismo que aquel día le invadió.

-algo malo pasará.- 


Destructor - Capítulo 2


Sus pasos eran normales, pero solo para ojos de una deidad, porque con cada pisada todo el mundo se estremecía, el color violeta se evaporaba a sus alrededores, desvaneciendo todo a su paso, la vegetación moría y los cielos se oscurecían, frío y más frío era lo que anunciaba la destrucción de un mundo, muchos pudieron ver ese destello, algunos dijeron que era rojo, otros que azul y algunos más que violeta, no obstante si algo quedó claro en aquel entonces, aquello fue el aura que cubrió su mundo, permitiendo presagiar que de ahora en adelante, la nada era lo que les esperaría.

Entonces ya nada tuvo sentido, el palacio se tornó oscuro y un tanto más silencioso, incluso pudo sentir que aquel trono que le ponía en lo más alto de su reino no le pertenecía, en sus memorias el tan horrible rugir constante de la bestia se hace presente.

-el resto de dioses aguardan por usted.- aquel mensajero de su reino interrumpió en sus aposentos recordando una Reunión a la que debería asistir, aunque pasó a ser irrelevante notando el estado de la persona que dirige el olimpo.  -parece que ha tenido una pesadilla señor.- analizando el sudor que recorría la frente del hombre decidió comentar, pero silencio fue lo que obtuvo por respuesta, algo que muy pocos asuntos a causado en él, entre ellos está el día en que todo pudo haber un fin.

Antes del InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora