Capítulo 4

354 37 5
                                    

-Ya veo que el Presidente también ha equipado a su hijita con unos buenos misiles.-mire al sujeto con asco por ese comentario tan bajo hacía Ashley. Leon y yo nos miramos, el rubio solo no le dio importancia pero mi rosto de seguro fue de puro asco porque puso su mano en mi brazo izquierdo. Por alguna extraña razón me tranquilizo y suspire para calmar las ganas de no matarlos.

-¡Que grosero!.-eso Ashley pone en su lugar a ese viejo pesado.-No creo que haya nada relevante en mi figura o mi posición social.-Leon se paso al otro lado y vi que revisaba las ventanas, copie su acción. Ashley demostró unas lindas garras.-¿Quien eres?.

-Perdóneme su alteza...-yo me cruce de brazos para seguir viendo el show. Leon se posiciono detrás mío, seguía revisando las ventanas.-¿Quizás la señorita debería presentarse antes de preguntarle a alguien su nombre?.

-Se llama Ashley Graham, la hija del Presidente.

-Bien, ¿usted mi otra señorita?. No creas que la pase de percibida.-le sonreí y con voz mas neutral conteste en seco.

-Eretheria  Montero, la hija de un poli.

-Parece reunión de polis esta noche, no Leon.-el rubio se poso atrás de Luis.

-Parece.

-Un gusto conocerla señorita Montero.

-Lo mismo digo señor Sera.-se rio y dijo.

-Mujer directa, me gusta.-le deje de prestar atención. El olor era ya insoportable, no podía aguantar las ganas de hacer desaparecer ese asqueroso olor. Me tape la boca y la nariz, quería sacar a todos esos asqueroso de mi alrededor.

-¿Estas bien Eri?.-Ashley se acerco a mi con preocupación, le sonreí.

-Estoy bien, solo que el olor me molesta, quiero hacerlos desaparecer.-Leon me miro aun mas raro y Sera habló.

-¿Ellas están...? Bueno, ya sabes...

-No te preocupes. Están bien.-Ashley bajo la cabeza y Leon solo me sonrió con los labios. Yo me puse de mas mal humor.

-No importa. De todas formas, uno presenta ciertos síntomas antes de convertirse en uno de ellos.-¿síntomas?.

-¡Mira!.-Ashley volteo hacía la ventana y vimos como mas se acercaban, ese olor por Dios.

-¡Ashley, arriba!.-saque mi arma y Leon se posiciono a mi lado, junto a él estaba Sera.

-Es hora de jugar.-Luis saco las palabras de mi boca.

-Me voy arriba.-corrí escaleras arriba y me prepare para lo que venía. Leon se posiciono al final de las escaleras. Empezaron a disparar y cubrí a Leon de uno y otro. Luego corrí a mi lado y disparamos juntos desde arriba. Alguno que otro intento tocarme pero le daba una patada para alejarlos. Pero no contaba que mis patadas fueran tan fuertes.

-Al parecer la chiquita tiene potencia.-Leon me ayudo a sacarme uno de encima y le devolví el favor usando mi pistola.

-Te mataría, en serio lo digo.-escuche su risa.

Decidí usar la escopeta y pude rebajar un poco más el número de esos tipos. El hacer que mueran ayudaba a mi nariz, una parte de mi disfrutaba destruir a cada uno. No quería que ninguno se me pegaran cerca de mi. Era como si me ceguera por completo y deseara solo sangre y mas sangre. 

-Esta cosa no parar mas.-escuche a Sera y subió con nosotros. Ellos seguían disparando y yo saque mi hacha.

-Me canse.

-Espera, Eri.-Leon intento detenerme pero era demasiado tarde. Me abalance a la manada de humanos y sentí la ligereza de mis pies cada paso quedaba. Me deje llevar por ese extraño impulso que me decía que tenía que destruir a cada uno. Corte cabezas por cabezas, extremidades por extremidades, no podía parar. No se en que momento dejaron de disparar pero yo solo seguí. Quería acabar con todos, mi manos estaban llenas de sangre y mi ropa llena de partes de cuerpo de los campesinos.

Otro CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora