Capítulo 12

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-No abras...-muy tarde, un loco envuelto en llamas se tiró sobre Leon sin demora. Lo ayude dándole una disparó en la cabeza y luego cayó sin más.

-Mierda, te lo dije.-el rubio me miró con una muy mala cara, su pecho estaba agitado por el susto y mis ojos se desviaron hacia el inicio de su cuello. Sus venas estaban más hinchadas y negras, supuse que el parásito de su interior estaba tocando unas fibras muy delgadas de su ser y debía controlarlas.

-Me lo hubieras dicho antes.

-Pues perdón por tener respeto a tu mente. No quiero meterme y luego te enojes porque querer meterte en tu cabeza.-me acerque a el y le di un suave golpe en su pecho en forma de broma. Las venas dejaron de verse y relaje mi cuerpo. No sé en qué momento me puse tan tensa que hasta la contracción de mis músculos me dolía.

-No gracias, prefiero ver tu linda sonrisa. Así si me tienes a tus pies.-me le quede mirando un rato y luego libere una pequeña risa que hizo tapar mi boca con mi mano.

-Ja, ¿Y caen las mujeres con eso?.

-En algunas ocasiones funcionan. Solo quería intentarlo de nuevo.

-Ya.-ambos nos reímos por lo bajo que fue su chiste, luego Leon tomo mi mano y seguimos el camino como siempre.

Abrimos una puerta de metal más y se escucharon unos gritos. Supimos que eran de Ashley y entramos a la habitación como locos para encontrarnos con dos ganados más. Ambos cayeron y vimos unas cámaras de seguridad en dónde enfocaban a Ashley golpeando y gritando pidiendo ayuda. Ella no estaba sola, había dos mas con ella, uno procedió a empujarla para reducirla al suelo y le dió la orden a otro para que apagará las cámaras.

-Aficionados.-Leon se separó de la pantalla y me miró un poco irritado.

-Idiotas, ¿Para qué apagan las cámaras si ya le vimos dónde estaban?.

-Exacto, hay que movernos rápidos.

-.-.-.-

Supongo que me acostumbré a la sensación de ser invencible, pero me sentía rara y extraña. Con cada movimiento que hacía podía perder más el control. Obviamente podía controlar mi otro lado pero tenía miedo. Si no puedo sacar este parásito en mi interior ¿Qué pasará con mi padre? ¿O Luca?. No creo que pueda perdonarme a mi misma si algo les llega hacer, me odiaria y mucho. Saco estás conclusion porque observé a Leon muy raro.

Cuando estamos en medio de una batalla, sus ojos se vuelve oscuros. Su cara se deforma que no parece el, a veces continúa sin mi, como si olvidará de mi presencia. Al principio pensé que solo es el hecho de que está estresado y que recuperar a Ashley es primordial. Pero algo me hizo darme cuenta que no era así.

-Cruzamos está puerta y nos vamos a cruzar con una criatura de seis cabezas y tres brazos.-me reí y el no se rió conmigo. Se quedó mirando al cuerpo enfrente suyo con mucha determinación. Me le acerque de a poco para no asustarlo.-Leon.-lo llame y el me volteo a ver, pero la profundidad de sus ojos puede ver algo rojo. Su expresión cambio cuando su vista se encontró con la mía. Olí el molesto olor a moho que desprendía de su cuerpo y comprendí que cada vez el parásito está más cerca de tomar el control.

-Perdon, me distraje.-me sonrió y yo también le sonreí. Tomo mi mano y la beso la palma con suavidad. Ese gesto me tranquilizó, era el León de siempre ahora.

-Esta bien, tenemos que continuar.-entrecruce mis dedos con los suyos para continuar y atravesar la otra puerta de metal. Pero mi cabeza no podía dejar de pensar que si algo le llegará a pasar, no me va a quedar de otra que neutralizarlo hasta conseguir radicar la plaga. Pero ¿Lo mismo será para mí?.

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