Capítulo final

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Desperté con el susurro de una voces y luego un movimiento sutil, un roce que fue depositado en mi mejilla. Despacio y con un poco de fuerza de voluntad, abrí mis ojos y vi los maravilloso ojos océanos de Leon. Su rostro estaba suficientemente cerca como ver una pequeña sonrisa en sus labios.

-Dime que por lo menos sigo en una pieza.-el rubio se rió de mí comentario y luego se dedicó a simplemente acariciarme el rostro con tranquilidad.

-Sigues igual de linda y pesada.

-Lo de pesada estuvo de más.-me quede a observar al rubio reír y me quedó embobada en su bella sonrisa pero luego recuerdos lo último que pasó entre nosotros y de como desmembré al tipo militar. Me levanté de las piernas de Leon, dándome cuenta que estaba entre sus muslos mientras me sostenía en sus brazos. Observe que ya no estamos en el laberinto antiguó de hace un rato y vi un camino largo que de seguro hay que seguirlo.

-Tenemos que seguir ese camino.-como lo suponía.-No investigue la zona porque no quería dejarte sola.

-Esta bien, ahora que puedo caminar, sigamos.-Leon se le levanto del suelo y luego sentí sus manos en mis hombros. Acomodo mí remera blanca en su porción inferior y luego sacudió un poco de tierra de mis pantalones negros. No sé que más podía sacar porque de negro mí pantalón ya no tiene. Nuestros ojos se encontraron y respire profundo tratando de calmarme.

Rompí el contacto para ponerme en marcha. Me adelante a él para no mirarlo más, estúpido e idiota corazón. Cuando llegamos vimos a un ejército de ganados, literalmente, era un ejército.

-Mierda, son muchos. ¿Cómo vamos a lograr pasar todo eso?.-nos escondimos detrás de unas cajas de maderas, Leon apoyo su mano izquierda cerca de mí cara. Su cuerpo se inclino al mío y sin reparó suspiro sobre mí nuca. Cerro tan fuerte los ojos que estos mismo me empezaron a doler.

-Diría que ahora si quiero que uses tu control.

-No pensaba pedirte permiso.-lo mire y el me miró serio. Le saque la lengua molestándolo y este bufó.

-Aunque no deberías, no te recuperaste de todo.-corrí la mirada cansada y observe a los demás ganados.

-Solo utilizare mí fuerza. No voy a usar mí control.

-No, sabes que-recargo su arma y me volvió a mirar serio.-quédate aquí mientras yo despejó la zona.

-Tu mierda, no pienso dejarte solo.

-Primero, cuida tu boca y segundo el agente profesional aquí soy yo.

-Ajam si. No cuidare mí boca y agente o no, no pienso dejarte solo.-el suspiro molesto y con su mandíbula bien marcada. Está enojado pero yo también, se piensa que voy a dar el brazo a torcer.

-Si no cuidas esa boquita voy a...

-¿Hacer qué?.-me le acerque tanto a su rostro enfrentándolo, puso mí cara de mala la mejor que podía salir. Él bajo su vista hasta mis labios y luego se inclino hacia ellos. Nuestras respiraciones se mezclaron, mí corazón retumbaba en mí oído con fuerza y no podía pensar en nada, absolutamente nada. ¿Debería pararlo? No, quiero besarlo y no pienso arrepentir.

Pero nuestra pequeña burbuja desapareció por un ruido fuerte de un helicóptero. Una luz brillante, nos iluminó a ambos cegándonos. Luego escuche un ruido procedente de la cintura de Leon, tomo un pequeño auricular y se lo llevo a la oreja.

-Ya era hora.-me acerque al rubio para tratar de saber que estaba pasando. Luego Leon saco otro auricular y me lo paso para poder escuchar que mierda estaba pasando.

-Lo siento, había mucho trafico.-suspire mas que aliviada, al fin. Podía sentir que esto ya llegaba a su fin, podríamos volver a casa, podría ver a mi padre de nuevo.  Pero mi mente como siempre es un maltra de ideas espontaneas, a veces no tan buenas. Leon, ¿Qué pasara con él luego de todo esto?, ¿Seguiré viéndolo?,¿Querrá verme?. Basta Erethria, concéntrate en salir de aquí a como de lugar y luego te fijas que va a pasar con el rubio.

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